¡¡¡Alerta!!! Nueva Era (New Age) 

INTRODUCCIÓN

   Las ideas y prácticas que conforman el New Age (Nueva Era) son difíciles de inventariar, de enumerar, pues el New Age no tiene identidad definida, sino muchas fachadas: fachadas variables y confusas. Da la impresión de no constituir un movimiento unido, organizado, estructurado. Se presenta como una serie de ideas, creencias y prácticas aparentemente aisladas e inconexas, sin un fin y una organización definidos... simplemente como una moda. Además, tiene una capacidad de mutación realmente asombrosa y una gran variabilidad: han venido surgiendo a cada paso con nuevas cosas, nuevas ideas -o ideas viejas transformadas en nuevas.

    De ahí la dificultad para descifrarlo, dividirlo, descomponerlo, definirlo. No obstante, lo definiremos de esta manera:  

   El New Age (Nueva Era) es un movimiento seudo-espiritual de corte esotérico y ocultista, pagano, que incluye teorías erróneas y herejías condenadas por la Iglesia, las cuales contradicen verdades fundamentales de la Fe Cristiana y buscan llevar al hombre a creer que puede llegar a ser dios.  

   Su finalidad, encubierta bajo un pretendido respeto a todas las creencias, es la destrucción de la Fe Cristiana con lo cual pretende acabar con la Iglesia Católica y con cualquier otra denominación cristiana.  

   El “New Age” ha sido traducido en español como “Nueva Era”, pero en realidad la traducción de “New Age” sería “Nueva Edad”. Los seguidores de esta corriente también la llaman “Era de Acuario” y “Edad de Oro”. Por los fines que persiguen, otros la denominan “Configuración de Acuario” o “Conspiración Acuariana”.  

I. ORIGEN  

   a/.- La Teosofía  

   El New Age tiene sus raíces en la “Sociedad Teosófica” fundada en 1875 en New York por la rusa Helena Blavatsky, básicamente una espiritista, quien dice haber recibido sus enseñanzas de “seres espirituales especiales” o “maestros ascendidos”.  

   Para saber qué es la Sociedad Teosófica, necesitamos conocer que es la Teosofía.  

   La Teosofía es una creencia o pretensión de poseer un conocimiento místico directo de la “divinidad”, sobre ésta y el mundo, a través de doctrinas y prácticas secretas, esotéricas, ocultistas.  

   Elena Blavatsky fundó en 1875 la “Sociedad Teosófica” que es una mezcla de ocultismo y misticismo oriental (esencialmente lo que hoy es el New Age). La sucedió como presidenta Annie Besant, quien en 1929 trató de presentar un nuevo “mesías” al mundo: un hindú que rechazó su propuesto status y se separó del movimiento.  

   Pero es la tercera presidenta, Alice Bailey, (1880-1949), inglesa radicada igualmente en Estado Unidos, quien es considerada como la “suma sacerdotisa” de la “Sociedad Teosófica”. Ella funda el “Trust de Lucifer” (hoy “Lucius Trust”) y, como médium espiritista, decía recibir mensajes de un cierto “maestro de sabiduría” ya fallecido, un tibetano. (No es mera casualidad que sea oriental, como veremos más adelante).  

   En numerosos escritos de esta “Sociedad Teosófica” aparecen mensajes del espíritu demoníaco que le dictaba por medio de “escritura automática”, es decir, en estado de trance mediúmnico, durante el cual la mano del médium escribe automáticamente, sin que éste tenga control alguno sobre aquello que escribe.  

   Estos escritos forman una especie de “Plan” al cual se le dio un carácter secreto entre los seguidores. Dicho “plan”, que es el “Plan del New Age”, incluye un gobierno mundial y una sola religión mundial. El Plan del New Age debía permanecer oculto hasta 1975, año en que sería sacado a la luz pública.  

b/.- ¿De dónde surge la “Sociedad Teosófica” que funda Helena Blavatsky en 1875?  

   La Teosofía comenzó con los masones y en medio de ellos, dice una publicación del CELAM (Conferencia Episcopal Latinoamericana) titulada : “Sectas en América Latina”, en el Capítulo “Movimientos Pseudo-espirituales”, escrito por el Franciscano Fray Buenaventura Kloppenburg.  

c/.- ¿Que fines persigue la Masonería? ¿En que consiste la conspiración masónica?

   La Masonería, que es una sociedad secreta de corte esotérico y ocultista, condenada por la Iglesia, aunque simula lo contrario, persigue la destrucción de la civilización cristiana, comenzando primero con la Iglesia Católica y continuando con otras denominaciones cristianas, así como la abolición de toda norma, principio o institución fundados en el Cristianismo, para sustituirlos por una civilización pagana y una pseudo-religión igualmente pagana. Es importante conocer todo esto para poder continuar analizando el proceso histórico de conformación del New Age a partir de la “Sociedad Teosófica”.  

   Helena Blavatsky se transforma en médium espiritista poco antes de fundar la “Sociedad Teosófica”. Es durante una estancia suya en París (1867-1870) cuando ingresa en el grupo de Allan Kardek, masón y codificador del Espiritismo.  

   De regreso a los Estados Unidos, funda la “Sociedad Teosófica” en New York el 20 de noviembre de 1875 junto con otros masones: Charles Sotheran (uno de los jefes de la Masonería en Estados Unidos), Henry Steele (masón), George Felt ( de la Hermandad Hermética de Luxor, también masónica) y William Judge.  

   En 1871, Albert Pike, gran maestro de una de las ramas de la Masonería, el Rito Escocés, escribe un libro fundamental de la filosofía masónica: Moral y Dogmas de la Masonería. Pike, aunque no pertenece formalmente a la directiva de la “Sociedad Teosófica”, está en contacto con esta.  

   Otra evidencia de la conexión entre la Masonería y el New Age es este dato curiosísimo: el boletín que los masones distribuyen por todo el mundo a los “hermanos masones” se llama “New Age” !!! Hay constancia de que así fue, al menos desde 1921, pero este nombre podría haberse usado con anterioridad a dicha fecha.  

   Independientemente de las evidencias históricas del origen y dependencia del New Age con la Masonería, hay otra determinante: El Plan del New Age coincide con los fines de la Masonería: una religión mundial y un gobierno mundial. Es decir: las metas del New Age y las de la Masonería son las mismas.  

   Quizá por esto en 1884, el Papa León XIII dice en su Encíclica “Humanum Genus” lo siguiente: “Hay varias sectas que, si bien diferentes en nombre, ritos, forma y origen, unidas entre sí por cierta comunión de propósitos y afinidad entre sus opiniones principales, concuerdan de hecho con la secta masónica, especie de centro de donde todas salen y a donde todas vuelven”.

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