A PROPÓSITO DEL OPUS DEI
Abbé Curzio Nittoglia
Publicado en el Nº 40 de la Ed. francesa de la revista "Sodalitium"
Fundado en 1928 en España por don Escrivá de Balaguer, el Opus Dei según las APARIENCIAS, una obra excelente, seria, conservadora y hasta, bajo ciertos aspectos tradicional; pero LA REALIDAD parece no estar de acuerdo con las apariencias. Para escribir las siguientes notas, me baso en un libro reciente(1) de Arnaud de Lassus que, dejando de lado todos los otros testimonios, estudia únicamente los textos: Constituciones, Estatutos del Opus Dei, libros y opúsculos que este último recomienda, así como los Documentos romanos sobre la Obra. Las críticas que se le hacen al Opus Dei en el estudio en cuestión son variadas, pero hay tres que surgen en forma particular: en primer lugar la "REALIDAD PROFUNDA de la Obra, escondida por el secreto, sería muy distinta de su APARIENCIA"; en segundo lugar "... su doctrina sería en parte liberal", y, finalmente, "la Obra profesaría una doctrina objetable sobre el trabajo"(2) La primera crítica emitida concierne al secreto: "parece que hasta 1989, sus estatutos fueron mantenidos dentro de un cierto secreto"(3). El artículo 189 de las Constituciones, (anteriores a 1982) dice en efecto: "...Institutum, uti tale OCCULTUM VIVERE VULT (El instituto, en tanto que instituto, debe vivir escondido)... Data indole Instituti, quod externe, uti societas, apparere non expedit (Dado la naturaleza del Instituto a la que no le conviene aparecer al exterior como una sociedad)". Y el artículo 190 agrega: "Consequenter, vel ipsa aggregatio Instituto nullam externam manifestationem patitur; extraneis celatur numerus sociorum: immo de his extraneis nostrine colloquantur el hecho mismo de ser miembro del Instituto no permite ninguna manifestación exterior; y se esconderá a la gente de afuera el número de miembros del Instituto; más aún, nuestros miembros no hablarán del mismo a la gente de afuera)". De modo que el autor deduce que el Opus Dei es "una obra en la que los estatutos no han sido divulgados hasta 1989 (o sea, más de sesenta años después de su fundación) y que siempre ha llevado muy lejos la preocupación del secreto"(4). Un segundo punto reprochado al Opus Dei: su doctrina social es liberal y por lo tanto no conforme al Magisterio tradicional de la Iglesia. Según Mons. Escrivá de Balaguer es necesario "evitar ese abuso... a crear una suerte de dogmas temporales"(5) y en diversos documentos se vuelve a encontrar este pensamiento del fundador: "Admitimos el más grande pluralismo en todo lo que es temporal"(6). Jamás le ocurre a este cristiano (al miembro del Opus Dei)), creer o decir que él desciende del templo hacia el mundo por representar allí a la Iglesia, ni que las soluciones que da a sus problemas (temporales) son soluciones católicas. No... ¡eso no es posible! Eso sería clericalismo"(7)... Y más aún; "Jamás hablo de política. No pienso que la misión de los cristianos en la tierra sea dar nacimientoa a una corriente politico_religiosa (eso sería una locura)"(8). ¡Qué lejos estamos del Magisterio de San Pío X: "No podemos no hacer política", y del de Pío XII: " De la forma dada a la sociedad depende la salvación o la pérdida de gran número de almas"! Y aún puede encontrarse en las obras de Mons. Escrivá(9) una declaración abierta en favor de la introducción en España de la libertad del culto de falsas religiones; por lo demás, la cosa no debe asombrarnos particularmente si consideramos que "(el Opus) es la primera organización católica que... admite a título de cooperadores a los no-católicos, cristianos o no"(10) En el libro del Padre Thierry, recomendado por el mismo Opus, se pude leer: "Los asociados al Opus Dei están convencidos de que en todo lo que es humano, política, cultura, economía... no hay dogma... Libertad en todo aquello que es elección de orden temporal, he allí el reflejo social de la unión dentro de la fe a Cristo"(11); se comprende entonces la exclamación de Mons. Escrivá: "las enseñanzas que ha promulgado el Concilio a ese respecto (la libertad religiosa) no pueden dejar de alegrarme"(12). La tercera crítica hecha al Opus Dei, concierne al culto del trabajo como fin último del hombre, que por su fundador, fue creado -como lo dice el Génesis II, 15 - "ut operaretur". Para sostener su tesis, Mons. Escrivá no hesita en forzar el sentido de la cita de Job: "homo nascitur ad laborem, et avis ad volandum", traduciendo laborem como "trabajo", deformando el sentido latino etimológico del término que significa fatiga, pena, y alterando así el significado de la frase que es comunmente traducida por los exegetas como sigue: "el hombre nace para sufrir, penar, fatigarse..." (y ciertamente no para "trabajar"). Por otra parte, la espiritualidad católica siempre ha enseñado que la vida contemplativa es superior a la vida activa, que es más noble. San Benito decía: "ora et labora", es decir ora primero, trabaja después. Mons. Escrivá enseña, al contrario que "la familia, el trabajo, la amistad llevan TANTO IGUAL a Dios, como la soledad o el retiro"(13), llevando a cabo así, una suerte de retournement de la divisa benedictina(14). Como se ve, no se trata de observaciones sin peso. El libro de De Lassus tendría entonces que plantear serios problemas a los numerosos católicos que buscan en el Opus Dei un punto de referencia seguro dentro de la situación de desagregation de numerosas instituciones eclesiásticas; ¿están verdaderamente seguros de encontrar allí lo que buscan? |
NOTAS
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