EL OPUS DEI:
SU VERDADERA FAZ
Juan Morales

   Valga este trabajo como proclama de la Instauración del Reinado de Nuestro Señor Jesucristo, en estos tiempos de apostasía. El Espíritu Santo ilumine los corazones y aclare el entendimiento de aquellos que lo lean. 

Sursum corda!.
Diciembre del año 1991.

Juan MORALES

 

INTRODUCCIÓN.   

   Mucho se ha dicho y se dice del Opus Dei. Nosotros sólo pretendemos en este trabajo, mostrar cuál es el espíritu que anima al Opus, el cual hace de esta organización un verdadero Caballo de Troya dentro de la Iglesia.

   Nos limitamos a reunir los textos y citas más significativos que revelan l qué es el Opus Dei. Los textos están extraídos de autores promovidos por la Obra y cuyos libros fueron editados por la  misma a través de su editorial Rialp. La importancia de las citas viene de lo que el mismo Opus Dei dice acerca de sí, siendo el mejor testimonio pues son sus propios textos.

   El Opus Dei se caracteriza por tener una mentalidad laical, que, responde en última instancia a un espíritu laico y secular, lo cual permite afirmar que, el Opus se identifica en este aspecto con el espíritu modernista del Vaticano II.

I. LA MENTALIDAD LAICAL
DE ESCRIVÁ DE BALAGUER

   "Para nosotros el sacerdocio es una o circunstancia, un accidente, porque dentro de la Obra la vocación de sacerdotes y de seglares es la misma".

   En el libro "Opus Dei" de Peter Berglar, encontramos en el capítulo VIII (pág.236) subtitulado "La Revolución Aprobada": 

   "Ocho semanas después de la muerte de Monseñor Escrivá de Balaguer, el Cardenal Frings -que había sido Arzobispo de Colonia desde 1942 hasta 1969- escribía una carta al Papa Pablo VI en la cual definía al Fundador del Opus Dei como un pionero de la espiritualidad laical que había reconocido con clarividencia los peligros y las necesidades de los tiempos; en la carta presagiaba para la Obra una importancia capital en el futuro de la Iglesia.

   Tan es así que Berglar (ibídemn pág. 216) no titubea en afirmar: 

   "(...) todos los miembros del Opus Dei tienen "mentalidad laical", lo cual es una condición indispensable para su vocación específica, ya que ésta consiste en ir por caminos de santidad y de apostolado cumpliendo con la mayor perfección posible la labor profesional y los deberes y  derechos de estado en medio mundo. Para querer alcanzar la santidad no hace falta rechazar ó alterar este estado".

   Esta mentalidad laical no cambia aún en los sacerdotes del Opus lo cual explica Berglar a continuación:

   "Aquellos laicos que son llamados al sacerdocio (un porcentaje muy pequeño en relación a la totalidad de los miembros) no sufren, por tanto, un conflicto interior, una "crisis de identidad"; su vocación al Opus Dei permanece inalterada e íntegra. La ordenación sacerdotal, -según explicaba el Fundador, en nada cambbia lo esencial de la vocación a la Obra: la "mentalidad laical" de un sacerdote -qué duda cabe- consiste en ejercer con la mayor perfección posible su trabajo "profesional", o sea, su ministerio sacerdotal. Gracias a que llevan años siendo miembros del Opus Dei y gracias a la "mentalidad laical" que han adquirido los sacerdotes de la Obra están especialmente capacitados para una acción pastoral en el mundo. Esa mentalidad les hace totalmente inmunes contra cualquier tipo de clericalismo: no se entremeterán en cuestiones incompatibles con su 1abor sacerdotal, ni en sectores que competen a la responsabilidad libre y personal de los laicos. 

   "El mismo Fundador, a lo largo de toda su vida dio ejemplo de esta mentalidad laical que predicó con tanta intensidad y que exigió con tanta fuerza.

   Era tal la audacia de este espíritu laical del Opus y de su   Fundador que el mismo Berglar lo reconoce en los siguientes términos (pág.218):

   "Lo que hoy se lee sin sorpresa y se considera como algo natural y sabido, a comienzos de los años cuarenta era algo nuevo y parecía muy audaz. Ni siquiera los que tenían que ver con ello más directamente comprendieron de golpe toda la profundidad de la conexión interna y la íntima unidad que existía entre "alma sacerdotal" y "mentalidad laical": Aquellos tres que iban a ser los primeros sacerdotes del Opus Dei habían recorrido durante casi diez años un camino de entrega como laicos en el mundo, según el espíritu de la Obra; la vocación al sacerdocio ¿no les podría parecer, en primer momento, como una contradicción respecto a su genuina vocación laical? Lo que hoy es "transparente" para cualquiera, don Josemaría entonces se lo tenía que explicar, paso a paso a sus hijos. Se había esforzado, durante años, por encontrar la solución jurídica a un problema a todas luces difícil e incluso contradictorio, aunque esa contradicción -como luego se vería- fuera sólo aparente, no real. Cuando el 25 de junio de 1944 recibieron por primera vez tres hijos suyos la ordenación sacerdotal, se se n tía a la vez -lo dijo algún tiempo más tarde- muy contento y muy triste: "Amo de tal manera la condición laical de nuestra Obra, que sentía hacerlos clérigos con un verdadero dolor; y, por otra parte, la necesidad del sacerdocio era tan clara, que tenía que ser grato a Dios Nuestro Señor que llegaran al altar esos hijos míos". 

   Salvador Bernal cita también este hecho en su libro "Mons. Esrivá de Balaguer (edit. Rialp, pág. 152). No nos sorprende el que, para Escrivá no había distinción dentro del Opus entre un laico y un sacerdote. Todos son iguales:

   "Aunque el sacerdocio es lo más grande que Dios puede dar a un alma, queda también claro en la mente del Fundador del Opus Dei que para nosotros el sacerdocio es una circunstancia, un accidente, porque -dentro de la Obra- la vocación de sacerdotes y de seglares es la misma

   En el Opus Dei todos somos iguales. Sólo hay una diferencia práctica: los sacerdotes tienen más obligación que los demás de poner su corazón en el suelo como una alfombra, para que sus hermanos pisen blando.

   Las obras del Opus aún las sobrenaturales, se efectúan con esta mentalidad laical (pág.309):

   "(...) el modo de dirigir las obras (...) apostólicas promovidas por el Opus Dei. Estas labores -como es sabido- responden a una finalidad sobrenatural. Pero se proyectan y gobiernan con mentalidad laical, Por eso no son confesionales (...).

   Según explican ellos mismo, la no confesionalidad (lo cual veremos más adelante) del Opus Dei, radica en esta mentalidad laical (pág.87).

   "Mons. Escrivá de Balaguer -explica Bernal- fue un sacerdote que no hablaba más que de Dios. Era ostensible, clamorosamente patente. Y vivió también muy a fondo esa mentalidad laical que tanto predicó, con todas las consecuencias prácticas que de ella se derivan: para un sacerdote, no mangonear las almas, no entrometerse en lo ajeno, respetar la libertad de las conciencias, abominar de privilegios y exenciones...

   Vemos cómo de esta mentalidad laical se llegan a actitudes no sólo anticlericales como veremos, sino también un "espíritu liberal" basado en el respeto de la libertad y la dignidad del hombre.

   Andrés Vázquez de Prada, en su libro "El Fundador del Opus Dei" (editorial Rialp pág. 235), no deja de manifestar también esta profunda e innovadora mentalidad laical de Escrivá: 

   "Divertíase el Padre contemplando tropiezos y enredos, pero en el fondo, al considerar el buen aprovechamiento de sus hijos, le retozaba el alma con legítimo orgullo de Padre. No obstante viéndolos vestidos de negro, le manaba también una indecible sensación de pena al pensar que perdería para siempre tres hijos seglares. ¡Tan profundo era el espíritu laical que llevaba dentro

   "En esos instantes de novedad circunstancial, las fibras de su ser vibraban como un diapasón de horquilla, cuyas dos púas eran las dos vertientes de su espíritu: "alma verdaderamente sacerdotal y mentalidad plenamente laical".   

Mucho se ha dicho y se dice del Opus Dei. Nosotros sólo pretendemos en este trabajo, mostrar cuál es el espíritu que anima al Opus, el cual hace de esta organización un verdadero Caballo de Troya dentro de la Iglesia.

   Nos limitamos a reunir los textos y citas más significativos que revelan l qué es el Opus Dei. Los textos están extraídos de autores promovidos por la Obra y cuyos libros fueron editados por la  misma a través de su editorial Rialp. La importancia de las citas viene de lo que el mismo Opus Dei dice acerca de sí, siendo el mejor testimonio pues son sus propios textos.

   El Opus Dei se caracteriza por tener una mentalidad laical, que, responde en última instancia a un espíritu laico y secular, lo cual permite afirmar que, el Opus se identifica en este aspecto con el espíritu modernista del Vaticano II.

   La mentalidad laical respira por doquier, pues como dice el mismo autor (ibídem pág.351): 

  "En la Obra (...) la mentalidad laical que la acompaña, era palpable hasta en el aspecto numérico.

II. ESCRIVÁ DE BALAGUER
y SU AMOR POR EL MUNDO

   Para los socios del Opus Dei el estar al día, el comprender el mundo moderno, es algo natural e instintivo, porque son ellos -junto con los demás ciudadanos, iguales a ellos- los que hacen ese mundo y le dan su modernidad". 

   La mentalidad laical de que tanto se ufanan los del Opus, los identifica con el mundo a tal punto de llegar a decir que no necesitan adaptarse a él, lo cual significa que tienen la mentalidad del mundo (ibídem pág. 352).

   "Dios Nuestro Señor -decía el Fundador- ha puesto al día la Obra de una vez para siempre, dándole esas características peculiares, laicales, y no tendrá jamás necesidad de adaptación al mundo, porque todos sus socios son del mundo".

   Bernal, o en su libro "Mons. José María Escrivá de Balaguer" (pag. 138), cita un extracto del reportaje publicado en el libro "Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer", en el cual se nos muestra ese mundo que tanto ama el Fundador y expresado por él mismo de la siguiente manera:

   "Para los socios del Opus Dei el estar al día, el comprender el mundo moderno, es algo natural e instintivo, porque son ellos -junto con los demás ciudadanos, iguales a ellos- los que hacen nacer ese mundo y le dan su modernidad". 

   En la pág. 173 del mismo libro, expresa el autor refiriéndose a Escrivá:

   "Su corazón desbordaba cariño: hacia Dios, hacia los hombres, hacia el mundo. Amar al mundo apasionadamente es el título de la homilía que predicó en 1967 en el campus de la Universidad de Navarra ( ...).

   La compenetración del Opus y de su Fundador con el mundo es tal, que constituye su verdadera espiritualidad y una plena armonía con el Concilio Vaticano II, acorde con su espíritu liberal y modernista que lo caracteriza. Vázquez lo refleja aquí (pág. 31):

   "Siendo éste el espíritu de nuestra Obra, comprenderá que ha sido una gran alegría para nosotros ver cómo el Concilio ha declarado solemnemente que la Iglesia no rechaza el mundo en que vive, ni su progreso y desarrollo, sino que lo comprende y ama. Por lo demás, es una característica central de la espiritualidad que se esfuerzan por vivir -desde hace casi cuarenta años- los socios de la Obra (...).

   Por eso, Vázquez de la Prada en su ya mencionado libro "El Fundador del Opus Dei" nos recalca que Escrivá: "Amaba entrañablemente al mundo" (pág. 420). Todo lo cual nos lleva a la novedad e innovación de la espiritualidad de Escrivá y del Opus (tachada de revolucionaria por unos, herética por otros).   

   Ana Sastre en "Tiempo de Caminos" (editorial Rialp pág. 95), nos comenta:

   "Esta actitud de amor al mundo, como salido de las manos de Dios, y a sus nobles realidades, la acogida a toda dedicación humana y la libertad y responsabilidad, exclusivamente personales, consecuencia de la dignidad del hombre, producirán con moción.

   Un poco más adelante (pág.95), la autora continua explicando:

   "Estos datos ayudan a comprender lo sorprenden te de una institución con las características del Opus Dei. El clima de secularidad e iniciativa personal en que se mueve llevará a su Fundador a ser calificado de progresista, hereje y loco.

Lo mismo dice Vázquez (pág. 336) reconociendo el aspecto innovador y otrora herético, pero hoy convalidado por el Concilio Vaticano II:

   "(...) su colaborador y sucesor -(se refiere al hoy Mons. Álvaro del Portillo)- que siguió desde dentro el Vaticano 11, contribuyendo a su desarrollo, comentará: "En cuántas ocasiones, durante la aprobación de los documentos del Concilio, hubiese sido de justicia hablar con el Fundador del Opus Dei y repetirle: ¡Felicidades, porque lo que tiene en su alma, lo que ha enseñado incansablemente desde 1928, ha sido proclamado con toda solemnidad, por el Magisterio de la Iglesia!

   "Al recorrer la doctrina que vivifica los documentos del Vaticano II, en el que se repiten las enseñanzas tradicionales remozando su ropaje -viejo como el Evangelio y como el Evangelio nuevo- sorprende ver con qué facilidad se ajusta a los textos oficiales lo ya predicado por el Fundador. Aquella doctrina, que treinta años antes algunos consideraron descabellada  y herética,  estaba ahora revestida de solemnidad oficial.

   Un espíritu inédito como confiesa Ana Sastre, subtitulando así uno de los capítulos de su libro (Tiempo de Caminar") y que, a continuación dice (pág. 97): 

   "Desde el primer momento, Don Josemaría se entrega de lleno a la misión que le ha sido confiada. A pesar de la claridad meridiana con que ha visto el camino, comprende que su realización implica un fenómeno teológico inédito dentro de las líneas de espiritualidad existentes, en ese momento, dentro de la Iglesia.

   No es así de extrañar que Escrivá afirme, tal y como lo recoge Salvador Berna1 en su libro "Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer (pág. 257)":

  "La Obra aparecía, al mundo y a la Iglesia, como una novedad. La solución jurídica que buscaba, como imposible. Pero (...) no podía esperar a que las cosas fueran posibles. Ustedes han llegado -dijo un alto personaje de la Curia Romana- con un siglo de  anticipación. Y, no obstante, había que intentar lo imposible. Me urgían millares de almas que se entregaban a Dios en su Obra, con esa plenitud de nuestra dedicación, para hacer apostolado en medio mundo".

   En "Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer" (pág. 117) también vemos que la identificación de Escrivá con el mundo es total, y confiesa su amor apasionado por és te: 

   "(.. .) y no cabe en modo alguno hablar de adaptación al mundo, ó a la sociedad moderna: nadie se adapta a lo que tiene como propio; en lo que se tiene como propio se está.

   (ibidem, pág 229): "Pero el Señor no me ha dado vocación religiosa, y desearla para mi seria un desorden. Ninguna autoridad  en la tierra puede obligar a ser religioso, como ninguna autoridad puede forzarme a  contraer matrimonio. Soy sacerdote secular: sacerdote de Jesucristo, que ama apasionadamente el mundo".   

   La mentalidad laical y el amor al mundo de Escrivá, le hacía un "furibundo" anticlerical. Bernal nos lo expone de la siguiente manera: 

   "Y_he aquí, en este punto,  su acusada aversión a todo tipo de clericalismo jamás se le ocurre creer ó decir que él baja del templo al mundo para representar a la Iglesia, y que sus soluciones son las soluciones católicas a aquellos problemas. ¡Esto no puede ser, hijos míos! Esto sería clericalismo, catolicismo oficial ó como queráis llamarlo. En cualquier caso, es hacer violencia a la naturaleza de las cosas".

   "Esta pasión por la libertad es una herencia ri ca y fecunda que el Fundador del Opus Dei deja a los socios de la Obra y a todos los cristianos:

   "Tenéis que difundir por todas parte una verdadera mentalidad laical, (...).   

   A este último punto, podríamos añadir un paréntesis tomando como referencia el libro "Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer", (pág. 228), que reza de la siguiente forma: (...) y esta cristiana mentalidad laical os permitirá huir de toda intolerancia de todo fanatismo (...)".

   Volviendo a Bernal, continúa diciéndonos en el mismo sentido (pág.86):

   "Pero la autenticidad de su sacerdocio se desdibujaría si la separásemos de su mentalidad laical (...).

   "Mons. Escrivá de Balguer se caracterizaba por su decidido apoyo a la secularidad"

   La novedad del Opus es tal, que conlleva un espíritu profunda mente liberal y revolucionario que, ellos mismos, reconocen ensalzándose. 

   José Miguel Cejas en "Estudios sobre Camino", (ediciones Rialp) nos comenta en su artículo subtitulado "Una revolución silenciosa" (pág. 100): 

   "El hecho de que el mensaje espiritual del Fundador del Opus Dei, trazado a grandes líneas en los puntos de "Camino", sea hoy vivido por millones de personas y aprobado de modo solemne por el Concilio Vaticano II, no debe hacer olvidar el profundo impacto -y a veces desconcierto)- que producía en los lectores de "Camino" de los años treinta, cuarenta y cincuenta. Luis Alonso recuerda que esa doctrina constituía algo revolucionario hasta tal punto que el Fundador del Opus Dei "hubo de sufrir el ser tratado como un soñador , fuera de la realidad (. ..)". La novedad de las enseñanzas de Mons. Escrivá de Balaguer no consistía sólo en nuevos "modos" de llevar a la práctica una tarea apostólica más ó menos similar a lo que se vivía en aquellos tiempos dentro de la Iglesia. Era una auténtica revolución en el concepto y práctica del apostolado

   Del famoso libro "Camino", expresa su carácter novedoso y hasta escandaloso (ibidem pág. 100):

   "(...) las páginas de "Camino" representaban un novedad casi -y sin casi- escandalosa.

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