INTRODUCCIÓN.
Mucho se ha dicho y se dice del Opus Dei. Nosotros sólo
pretendemos en este trabajo, mostrar cuál es el espíritu que anima al Opus, el
cual hace de esta organización un verdadero Caballo de Troya dentro de la
Iglesia.
Nos limitamos a reunir los textos y citas más
significativos que revelan l qué es el Opus Dei. Los textos están extraídos
de autores promovidos por la Obra y cuyos libros fueron editados
por la misma a través de su editorial Rialp. La importancia de las citas viene de lo que el mismo Opus Dei dice acerca de sí, siendo el mejor
testimonio pues son sus propios textos.
El Opus Dei se caracteriza por tener una mentalidad laical,
que, responde en última instancia a un espíritu laico y secular, lo
cual permite afirmar que, el Opus se identifica en este aspecto con el espíritu
modernista del Vaticano II.
I. LA MENTALIDAD LAICAL
DE ESCRIVÁ DE BALAGUER
"Para nosotros el
sacerdocio es una o circunstancia, un accidente, porque dentro de
la Obra la vocación de sacerdotes y de seglares es la
misma".
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En el libro "Opus Dei" de Peter
Berglar, encontramos en el
capítulo VIII (pág.236)
subtitulado "La Revolución Aprobada":
"Ocho semanas después de
la muerte de Monseñor Escrivá de Balaguer, el Cardenal Frings -que
había sido Arzobispo de Colonia desde 1942 hasta 1969- escribía una carta al
Papa Pablo VI en la cual definía al Fundador del Opus Dei como un pionero de la
espiritualidad laical que había reconocido con clarividencia los peligros y las
necesidades de los tiempos; en la carta presagiaba para la Obra una importancia
capital en el futuro de la Iglesia.
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Tan es así que Berglar (ibídemn pág. 216) no titubea en afirmar:
"(...) todos los miembros del Opus
Dei tienen "mentalidad laical", lo cual es una condición
indispensable para su vocación específica, ya que ésta consiste en ir por caminos de santidad y de
apostolado cumpliendo con la mayor perfección posible la labor profesional y
los deberes y derechos de estado en medio mundo. Para querer alcanzar la
santidad no hace falta rechazar ó alterar este estado".
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Esta mentalidad laical no cambia aún en los sacerdotes del Opus lo cual explica
Berglar a continuación:
"Aquellos laicos que son
llamados al sacerdocio
(un porcentaje muy pequeño en relación a la totalidad de los miembros) no
sufren, por tanto, un conflicto interior, una "crisis de identidad";
su vocación al Opus Dei permanece inalterada e íntegra. La ordenación
sacerdotal,
-según explicaba el Fundador, en nada cambbia lo esencial de la vocación a la Obra:
la "mentalidad laical" de un sacerdote -qué duda cabe- consiste
en ejercer con la mayor perfección posible su trabajo
"profesional", o sea, su ministerio sacerdotal. Gracias a que llevan años
siendo miembros del Opus Dei y gracias a la "mentalidad laical"
que
han adquirido los sacerdotes de la Obra están especialmente capacitados
para una acción pastoral en el mundo.
Esa mentalidad les hace totalmente inmunes contra cualquier tipo de
clericalismo: no se entremeterán en cuestiones incompatibles con su 1abor
sacerdotal, ni en sectores que competen
a la responsabilidad libre y personal de los laicos.
"El mismo Fundador, a lo largo de toda su vida
dio ejemplo
de esta mentalidad laical que
predicó con tanta intensidad y que exigió con tanta fuerza.
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Era tal la audacia de este espíritu laical del Opus y de su Fundador
que el mismo Berglar lo reconoce en los siguientes términos (pág.218):
"Lo que hoy se
lee sin sorpresa y se considera como algo natural y sabido, a
comienzos de
los años cuarenta era algo nuevo y parecía muy audaz. Ni siquiera los que tenían que ver con
ello más directamente comprendieron de golpe
toda la profundidad de la conexión interna
y la íntima unidad que existía entre "alma sacerdotal" y
"mentalidad laical": Aquellos tres
que iban a ser los primeros sacerdotes del Opus Dei
habían recorrido durante casi diez años un camino
de entrega como laicos en el mundo, según
el espíritu de la Obra; la vocación al sacerdocio ¿no les podría parecer,
en primer momento, como una contradicción respecto a su genuina vocación
laical? Lo que hoy es "transparente" para
cualquiera, don Josemaría entonces se lo tenía que explicar, paso a paso a sus
hijos. Se había esforzado,
durante años, por encontrar la solución jurídica a un problema a todas
luces difícil e incluso contradictorio, aunque esa contradicción -como luego se vería- fuera sólo aparente, no real. Cuando el
25 de junio de 1944
recibieron por primera vez tres
hijos suyos la ordenación sacerdotal, se se n tía a la vez -lo dijo algún
tiempo más tarde- muy contento
y muy triste: "Amo de tal manera la condición laical de nuestra Obra,
que sentía hacerlos clérigos con un verdadero dolor; y, por otra parte,
la necesidad del sacerdocio era tan clara, que tenía que ser grato a Dios
Nuestro Señor que llegaran al altar esos hijos míos".
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Salvador Bernal cita también este hecho en su libro "Mons.
Esrivá de Balaguer (edit. Rialp, pág. 152). No nos sorprende el que, para Escrivá no había distinción dentro del Opus entre un laico y un
sacerdote. Todos son iguales:
"Aunque el sacerdocio es lo más grande que Dios puede dar
a un alma, queda también claro en la mente
del Fundador del Opus Dei que para nosotros el sacerdocio es una circunstancia, un accidente,
porque -dentro de la
Obra- la vocación de sacerdotes
y de seglares es la misma.
En el Opus Dei todos somos iguales. Sólo hay una
diferencia práctica: los sacerdotes tienen más obligación
que los demás de poner su corazón en el suelo
como una alfombra, para que sus hermanos pisen
blando.
|
Las obras del Opus aún las
sobrenaturales, se efectúan con esta mentalidad laical (pág.309):
"(...)
el modo de dirigir las obras (...) apostólicas promovidas por el Opus Dei. Estas labores
-como
es sabido- responden a una finalidad sobrenatural.
Pero se proyectan y gobiernan con mentalidad laical,
Por eso no son confesionales (...).
|
Según
explican ellos mismo, la no confesionalidad (lo cual veremos
más adelante) del Opus Dei, radica en esta mentalidad laical (pág.87).
"Mons.
Escrivá de Balaguer -explica Bernal- fue
un sacerdote que no hablaba más que de Dios. Era ostensible,
clamorosamente patente. Y vivió también muy
a fondo esa mentalidad laical que tanto predicó, con todas las
consecuencias prácticas que de ella se derivan: para un sacerdote, no
mangonear las almas, no entrometerse en lo ajeno, respetar la
libertad de las conciencias, abominar de privilegios
y exenciones...
|
Vemos cómo de esta mentalidad laical se llegan a actitudes no sólo
anticlericales como veremos, sino también un "espíritu liberal"
basado en el respeto de la libertad y la dignidad del hombre.
Andrés
Vázquez de Prada, en su libro "El Fundador del Opus Dei"
(editorial Rialp pág. 235), no deja de manifestar también esta profunda
e
innovadora mentalidad laical de Escrivá:
"Divertíase
el Padre contemplando tropiezos y
enredos, pero en el fondo, al considerar el buen aprovechamiento de sus
hijos, le retozaba el alma con
legítimo orgullo de Padre. No obstante viéndolos
vestidos de negro, le manaba también una indecible sensación de pena al pensar
que perdería para siempre tres hijos seglares. ¡Tan profundo era el espíritu laical
que llevaba dentro!
"En
esos instantes de novedad circunstancial, las
fibras de su ser vibraban como un diapasón de horquilla,
cuyas dos púas eran las dos vertientes de
su espíritu: "alma verdaderamente sacerdotal y mentalidad plenamente
laical".
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Mucho se ha dicho y se dice del Opus Dei. Nosotros sólo
pretendemos en este trabajo, mostrar cuál es el espíritu que anima al Opus, el
cual hace de esta organización un verdadero Caballo de Troya dentro de la
Iglesia.
Nos limitamos a reunir los textos y citas más
significativos que revelan l qué es el Opus Dei. Los textos están extraídos
de autores promovidos por la Obra y cuyos libros fueron editados
por la misma a través de su editorial Rialp. La importancia de las citas viene de lo que el mismo Opus Dei dice acerca de sí, siendo el mejor
testimonio pues son sus propios textos.
El Opus Dei se caracteriza por tener una mentalidad laical,
que, responde en última instancia a un espíritu laico y secular, lo
cual permite afirmar que, el Opus se identifica en este aspecto con el espíritu
modernista del Vaticano II.
La
mentalidad laical respira por doquier, pues como dice el mismo autor (ibídem
pág.351):
"En la Obra (...) la mentalidad laical
que la acompaña, era palpable hasta en el aspecto numérico.
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II. ESCRIVÁ DE BALAGUER
y SU AMOR POR EL MUNDO
Para los socios del Opus
Dei el estar al día, el comprender el mundo moderno,
es algo natural e instintivo, porque son ellos
-junto con los demás ciudadanos, iguales
a ellos- los que hacen ese mundo y le
dan su modernidad".
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La
mentalidad laical de que tanto se ufanan los del Opus, los identifica con el
mundo a tal punto de llegar a decir que no necesitan
adaptarse a él, lo cual significa que tienen la mentalidad del mundo (ibídem
pág. 352).
"Dios Nuestro Señor -decía el Fundador- ha
puesto al día la Obra de una vez para siempre, dándole esas características peculiares, laicales, y
no tendrá jamás
necesidad de adaptación al mundo, porque
todos sus socios son del mundo".
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Bernal, o en su libro "Mons. José
María Escrivá de Balaguer" (pag. 138), cita un extracto del reportaje publicado en el
libro
"Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer", en el cual se nos
muestra ese mundo que tanto ama el Fundador y expresado por él mismo de la siguiente manera:
"Para
los socios del Opus Dei el estar al día, el comprender
el mundo moderno, es algo natural e instintivo,
porque son ellos -junto con los demás ciudadanos, iguales a ellos-
los que hacen nacer ese mundo y le dan su modernidad".
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En la pág. 173 del
mismo libro, expresa el autor refiriéndose a Escrivá:
"Su
corazón desbordaba cariño: hacia Dios, hacia los hombres,
hacia el mundo. Amar al mundo apasionadamente
es el título de la homilía que predicó en 1967 en el campus de la Universidad de Navarra ( ...).
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La compenetración del Opus y de su
Fundador con el mundo es tal, que constituye su verdadera espiritualidad y una
plena armonía con el Concilio Vaticano II, acorde con su espíritu liberal y modernista que lo caracteriza. Vázquez lo refleja
aquí (pág. 31):
"Siendo
éste el espíritu de nuestra Obra, comprenderá que ha sido una gran alegría para nosotros ver
cómo el
Concilio ha declarado solemnemente que la Iglesia no rechaza el mundo en
que vive, ni su progreso y desarrollo, sino que
lo comprende y ama. Por lo demás, es una característica
central de la espiritualidad que se esfuerzan por vivir -desde hace casi cuarenta años- los socios de la Obra (...).
|
Por
eso, Vázquez de la Prada en su ya mencionado libro "El Fundador
del Opus Dei" nos recalca que Escrivá: "Amaba entrañablemente al
mundo" (pág. 420). Todo lo cual nos lleva a la novedad
e innovación de la espiritualidad de Escrivá y del Opus (tachada
de revolucionaria por unos, herética por otros).
Ana Sastre en "Tiempo de Caminos" (editorial
Rialp pág. 95), nos comenta:
"Esta
actitud de amor al mundo, como salido de las manos de Dios, y a sus
nobles realidades, la acogida
a toda dedicación humana y la libertad y responsabilidad, exclusivamente
personales, consecuencia de la dignidad del hombre, producirán con moción.
|
Un poco más adelante (pág.95),
la autora continua explicando:
"Estos
datos ayudan a comprender lo sorprenden
te de una institución con las características del Opus
Dei. El clima de secularidad e iniciativa personal
en que se mueve llevará a su Fundador a ser calificado de progresista, hereje y
loco.
|
Lo mismo dice Vázquez (pág. 336) reconociendo el
aspecto innovador y otrora herético, pero hoy convalidado por el Concilio Vaticano
II:
"(...)
su colaborador y sucesor -(se refiere al hoy Mons. Álvaro del Portillo)- que siguió desde
dentro
el Vaticano 11, contribuyendo a su desarrollo,
comentará: "En cuántas ocasiones, durante la aprobación
de los documentos del Concilio, hubiese sido
de justicia hablar con el Fundador del Opus Dei
y repetirle: ¡Felicidades, porque lo que tiene en
su alma, lo que ha enseñado incansablemente desde 1928, ha sido proclamado con toda solemnidad,
por
el Magisterio de la Iglesia!
"Al
recorrer la doctrina que vivifica los documentos
del Vaticano II, en el que se repiten las enseñanzas
tradicionales remozando su ropaje -viejo
como el Evangelio y como el Evangelio nuevo- sorprende
ver con qué facilidad se ajusta a los textos
oficiales lo ya predicado por el Fundador. Aquella
doctrina, que treinta años antes algunos consideraron descabellada y
herética, estaba
ahora revestida de solemnidad oficial. |
Un espíritu inédito como confiesa Ana Sastre,
subtitulando así uno de los capítulos de su libro (Tiempo de Caminar") y
que, a continuación dice (pág. 97):
"Desde
el primer momento, Don Josemaría se entrega de lleno a la misión
que le ha sido confiada. A
pesar de la claridad meridiana con que ha visto el camino, comprende que su realización implica un
fenómeno teológico inédito dentro de las líneas de espiritualidad existentes, en ese momento, dentro de
la Iglesia.
|
No
es así de extrañar que Escrivá afirme, tal y como lo recoge Salvador
Berna1 en su libro "Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer (pág. 257)":
"La Obra aparecía, al mundo y a la Iglesia,
como una novedad. La solución jurídica que buscaba, como
imposible. Pero (...) no podía esperar a que las cosas
fueran posibles. Ustedes han llegado -dijo un alto
personaje de la Curia Romana- con un siglo de anticipación. Y, no obstante, había que
intentar lo imposible. Me urgían millares de almas que se
entregaban
a Dios en su Obra, con esa plenitud de nuestra dedicación,
para hacer apostolado en medio mundo".
|
En
"Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer" (pág. 117) también vemos que la identificación de Escrivá con el mundo es total, y
confiesa su amor apasionado por és te:
"(..
.) y no cabe en modo alguno hablar de adaptación al mundo, ó a la sociedad moderna: nadie se
adapta
a lo que tiene como propio; en lo que se tiene como
propio se está.
(ibidem, pág 229): "Pero el Señor no me ha
dado vocación religiosa,
y desearla para mi seria un desorden. Ninguna autoridad en la tierra puede
obligar a ser religioso, como ninguna autoridad puede
forzarme a contraer matrimonio.
Soy sacerdote secular: sacerdote de Jesucristo, que
ama apasionadamente el mundo".
|
La
mentalidad laical y el amor al mundo de Escrivá, le hacía un "furibundo" anticlerical. Bernal nos lo expone de la siguiente manera:
"Y_he aquí, en este punto, su acusada
aversión a todo tipo de clericalismo jamás se
le ocurre creer ó decir que él baja del templo al mundo
para representar a la Iglesia, y que sus soluciones
son las soluciones católicas a aquellos problemas. ¡Esto no puede
ser, hijos míos! Esto sería clericalismo, catolicismo oficial ó
como queráis llamarlo. En cualquier caso, es hacer violencia a la naturaleza de las cosas".
"Esta pasión por la libertad es una herencia ri ca y fecunda que el Fundador del
Opus Dei deja a los socios de la Obra y a todos los cristianos:
"Tenéis
que difundir por todas parte una verdadera
mentalidad laical, (...).
|
A
este último punto, podríamos añadir un paréntesis tomando como
referencia el libro "Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer", (pág.
228), que reza de la siguiente forma: (...) y esta cristiana mentalidad
laical os permitirá huir de toda intolerancia de todo fanatismo (...)".
Volviendo
a Bernal, continúa diciéndonos en el mismo sentido (pág.86):
"Pero la autenticidad de su sacerdocio se
desdibujaría si la separásemos de su mentalidad laical (...).
"Mons. Escrivá de Balguer se caracterizaba por su
decidido apoyo a la secularidad"
|
La
novedad del Opus es tal, que conlleva un espíritu profunda mente liberal
y revolucionario que, ellos mismos, reconocen ensalzándose.
José
Miguel Cejas en "Estudios sobre Camino", (ediciones Rialp) nos
comenta en su artículo subtitulado "Una revolución silenciosa" (pág.
100):
"El
hecho de que el mensaje espiritual del Fundador del Opus Dei, trazado a grandes líneas en los
puntos
de "Camino", sea hoy vivido por millones de personas
y aprobado de modo solemne por el Concilio Vaticano II, no debe hacer olvidar el profundo impacto
-y a
veces desconcierto)- que producía en los lectores de
"Camino" de los años treinta, cuarenta y cincuenta. Luis
Alonso recuerda que esa doctrina constituía algo revolucionario hasta tal punto que el Fundador del
Opus Dei "hubo de sufrir el ser tratado como un soñador ,
fuera de la realidad (. ..)". La novedad de las enseñanzas de Mons.
Escrivá de Balaguer no consistía sólo
en nuevos "modos" de llevar a la práctica una tarea apostólica
más ó menos similar a lo que se vivía en aquellos
tiempos dentro de la Iglesia. Era una auténtica
revolución en el concepto y práctica del apostolado.
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Del
famoso libro "Camino", expresa su carácter novedoso y hasta
escandaloso (ibidem pág. 100):
"(...) las páginas de "Camino"
representaban un
novedad casi -y sin casi- escandalosa.
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