Córdoba, 21 de diciembre de 2004 - Después
de casi tres horas de forcejeos entre el público que intentaba asistir anoche
a la inauguración de una muestra en el Cabildo y un grupo de militantes católicos
en la puerta de ingreso a la sala, la Municipalidad de Córdoba decidió no
abrir la exposición “Navidad, 10 artistas, 10 miradas” y suspenderla
definitivamente.
La resolución fue anunciada por el subsecretario de Cultura municipal, Miguel
Cabrera, máxima autoridad presente ayer en una escandalosa y frustrada
apertura de la muestra.
Otras polémicas
En Buenos Aires. La muestra de León Ferrari provocó airadas protestas.
Sectores católicos se mostraron ofendidos por las imágenes expuestas.
“Me enteré por el noticiero de Canal 12 que había aquí una muestra
blasfema y si tengo que defender a mi madre de los cielos a las trompadas, lo
voy a hacer”, amenazó el cura Julián Espina, quien se presentó como
miembro de la iglesia “tradicionalista”, mucho antes de que se produjeran
los enfrentamientos verbales, fuera del Cabildo.
A las 19, el cura ya se encontraban en las inmediaciones del ingreso principal
del antiguo edificio acompañado de numerosos jóvenes, a quienes se fueron
sumando otros con el correr de las horas. Antes de las 20, el grupo se apostó
en una pequeña reja, único ingreso posible a la muestra, e impidió que los
artistas participantes, adherentes a la muestra y el público pudiera
acercarse. Más aún, el cura y otras personas se escudaron con un grupo de
adolescentes.
Inmediatamente, se formaron dos bandos de más de 200 personas y llegaron
algunos efectivos policiales que se ubicaron en esa reja de ingreso. Las
autoridades de Cultura bajaron después de las 20, cuando la situación se
estaba poniendo muy tensa. Ningún policía tuvo orden de desalojar al grupo
católico, pero tampoco accionó para que éste dejara el paso libre.
Las declaraciones de Luis Gregoratti, director de Cultura, fueron ambiguas.
Ante la insistencia de los periodistas para que definiera la situación de
clausura definitiva o provisoria, afirmó que no estaban “dadas las
condiciones de seguridad para que pueda desarrollarse la muestra” y que el
Estado debía velar por todos los presentes.
Cabrera, sin embargo, sostuvo que la exposición “estaba cancelada
definitivamente”. José Segura, director de Prensa de la Municipalidad,
explicó que el intendente Luis Juez había dejado “instrucciones para que,
ante cualquier protesta y en razón de que la muestra se concreta en un lugar
público, se revisara su realización”.
Los artistas Candelaria Silvestro y Roque Fraticelli increparon a Gregoratti y
dejaron constancia de que la situación superó a las autoridades, quienes no
pudieron traspasar la barrera humana levantada por el grupo católico.
“Abran fachos, inquisidores, ustedes no representan la Iglesia”, gritaba
el público.
Problemas
Desde temprano, la muestra estuvo rodeada de controversia. De hecho, ayer a la
mañana, los materiales necesarios para terminar de colgarla habían
desaparecido.
El cura Espina confirmó a este diario que había presentado un recurso de
amparo, y hasta una denuncia penal, para prohibir la apertura de la muestra.
El artista Gustavo Piñero y el coleccionista Efrén Artero se opusieron enfáticamente
a la prohibición de abrir la muestra. Además, otros coleccionistas de arte
como Isaías Goldman y Marcos Espinosa también defendieron su realización.
Pasada la medianoche, al cierre de esta edición, los dos grupos continuaban
en el lugar.
|