AGRAVIO INAUDITO
El viernes 8 de
octubre, en el canal América TV de la ciudad de Buenos Aires, en el
programa de Antonio Gasalla que se transmite a las 22:30, su personaje
femenino llamado Soledad, en un tono de deliberada burla, presentó a la
Santísima Virgen infligiendo a Nuestra Santísima Madre una ofensa
incalificable.
La Santísima Virgen María -vida, dulzura y esperanza nuestra- ¿no tiene hijos en la Argentina que reparen su honor? En reparación, recemos el Santo Rosario, y reclamemos enérgicamente ante los anunciantes que, con su publicidad, mantienen ese programa, marco del agravio más grosero a la Madre de Dios del que tengamos memoria, y ante las autoridades del canal. ¿QUÉ HAN HECHO LOS OBISPOS? ¿QUÉ HEMOS HECHO NOSOTROS? ¿QUÉ REPARACIÓN OFRECEREMOS? Nuestro Señor es implacable con
los que ofenden a su Santísima Madre. Tiene una eternidad de
tiempo, e imaginación y poder para crear castigos proporcionales a
esta y toda otra ofensa. ¿Nos haremos acreedores de un castigo semejante? UNA NUEVA POMPEYA En esa época, San Pedro era la capital dela Martinica, se la denominaba "la pequeña París". El carnaval de 1902, había sido uno de los más animados que se hayan conocido en el país, y durante la Semana Santa, la población, imbuida de anticlericalismo, había hecho por las calles una parodia odiosa de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Para el 8 de mayo estaba anunciada una segunda parodia, esta vez tomando como objeto a la Santísima Virgen. Nada en el pasado del Mont-Pelé hacía pensar en el peligro de una erupción tan dramática. Los pocos fenómenos volcánicos observados de vez en cuando, no habían sido motivo de preocupación. Sin embargo, el 8 de mayo de 1902, le cráter explotó. En algunos segundos una nube ardiente arrasó con toda traza de vida sobre los sesenta kilómetros cuadrados. 30.000 personas perecieron. "La ciudad de San Pedro (Martinique) fue totalmente destruida por la súbita erupción del Mont Pelé, y todos sus habitantes perecieron". Esta es la aterradora noticia llenó de consternación al mundo entero. El 8 de mayo alrededor de las 8 de la mañana, súbitamente el volcán vomitó torrentes de llamas y de rocas que sepultaron la ciudad bajo una espesa capa de cenizas y lava incandescente. La catástrofe fue tan inesperada que dieciocho buques que se encontraban en el puerto fueron destruidos, solamente el « Roddam » pudo escapar del desastre, aunque perdiendo diecisiete hombres de su tripulación. Se cree que cerca de 40.000 personas perecieron en este desastre, solamente comparable a la destrucción bajo las cenizas y la lava del Vesubio de las ciudades de Herculano y Pompeya en el año 79 de nuestra era.
Uno de los miembros de la expedición de ayuda, testimonia: "Fondeamos en el desembarcadero de San Pedro, en medio de humeantes carcasas de navíos; de las ruinas de las casas se desprende un fuerte olor a quemado; el calor es insoportable; una nube de cenizas oculta totalmente la vista de la Monte Pelée...." |
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Misión de socorro. "...Llega el auxilio. Los Padres Wetgli y Aubert organizan el servicio de difuntos y entonan el Libera me Domine, de pie sobre las humeanates cenizas, al frente de la aduana y de las llamas , que todavía brotan de las casas situadas al borde del mar". |