COMPLOT CONTRA LA IGLESIA

Maurice Pinay

Cuarta Parte
ANEXO: OTROS SECRETOS DEL JUDAÍSMO

Capítulo Cuadragésimo Sexto

OTRAS CONSECUENCIAS DEL CISMA JUDAICO STALINIANO

   El mando judaico de Nueva York, a su vez, reaccionó en forma virulenta contra Stalin, imponiendo a su lacayo hebreo el presidente de Estados Unidos, Harry Salomón Truman y de más cripto-judíos que controlaban o influenciaban los gobier nos de Inglaterra y otras potencias occidentales, ese viraje en su política internacional, que muchos todavía no entienden, y que salvó al mundo libre de caer rápidamente en manos del comunismo, al que lo conducían las complicidades de los go biernos de Washington y Londres, manejados en esos tiempos secretamente por la masonería y el Judaísmo.

   Truman y la pandilla hebrea que había entregado Europa Oriental y China a Stalin, encabezaron ahora la lucha para im pedir que éste dominara al mundo, y a principios de 1949 sur gió la OTAN, Alianza del Atlántico del Norte, después las alian zas del Mediterráneo, de Bagdad, y del Sureste de Asia. Se convirtió a la OEA, Organización de Estados Americanos, prác ticamente en una alianza anticomunista, creándose así la más gigantesca red de alianzas de toda la historia de la Humani dad, ya que los dirigentes judíos mundiales, recordando las matanzas de judíos trosquistas, sinovievistas, bujarinistas, etc., realizadas por Stalin, se sentían expuestos a recibir el tiro en la nuca, si no se aprestaban a contener los avances arrolladores de Stalin, que ellos mismos habían patrocinado. Antes de esto, Truman proyectaba entregar la India y el norte del Japón a Stalin, y estos sucesos impidieron tan graves crímenes. Y al ocurrir este rompimiento del eje criptojudaico Nueva York- Londres-Moscú, los judíos Truman y Marshall que habían ar mado subrepticia y sigilosamente hasta los dientes al fiel cola borador de Stalin, Mao Tse-Tung, y hecho todo lo posible por hundir a Chiang-Kai-Shek, no pudieron impedir ya que Stalin se adueñara de China; pero mandaron a la Sexta Flota para im pedir que cayera Formosa en manos de él, protegiendo en esa forma el último reducto del régimen nacionalista chino, aun que impidiéndole realizar acciones ofensivas contra el régimen comunista, ya que durante el período de este cisma judaico transitorio, si bien el Judaísmo dirigido desde Nueva York deseaba impedir que Stalin dominara al mundo, no deseaba por ningún motivo destruir el comunismo, porque era destruir su propia obra, y ello sería perder todo lo ganado por la re volución israelita mundial en 32 años. De aquí que la política del Judaísmo dirigido desde Nueva York, fue puramente defensiva, en lo político y en lo militar, intentando recuperar Rusia, China y Estados satélites, por medio de la eliminación; de Stalin y del stalinismo en general, y su substitución por judíos comunistas fieles a los poderes israelitas neoyorkinos.

   En cuanto a Mao-Tse-Tung, la política de éstos fue al prin cipio tratar de convertirlo en un nuevo Tito, o sea en un ele mento que traicionara a Stalin, y sometiera su dictadura co munista a dichos poderes hebreos con sede en Estados Unidos

   En todo esto radica el secreto de muchas contradicciones en la política de Washington, que al mismo tiempo que man daba las tropas a Corea, y tomaba otras medidas defensivas muy eficaces y ruidosas para detener a Stalin y a su colabora dor Mao-Tse-Tung, se oponía a toda medida que significase una derrota completa de los comunistas, que abriera la posi bilidad de libertar a los pueblos esclavizados por los rojos, y de destruir los regímenes comunistas ya existentes.

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