CASUALIDAD PREMEDITADA
¡Ay! Dirá Ud.:¡Qué título tan confuso! O las cosas son casuales, sin causas voluntariamente queridas y procuradas y por eso les llamamos eventualidades, coincidencias, cosas espontáneas o circunstanciales; o sino y por el contrario, son queridas, procuradas, buscadas o intencionadas y por eso las llamamos premeditadas. Claro está, y clarísimo también, que nuestro título tiene la bondadosa picardía de querer hacerle pensar, que siendo lo que Dios quiso para todos los seres racionales que son los hombres, está lejísimos de ser algo malo; más aún es algo muy bueno. ¿Qué queremos decir? Algo muy simple y por lo mismo entendible para todos: Lo que pasa en nuestra sociedad nacional y, mirando bien, en las que le son similares, no pueden ser cosas sólo casuales; son premeditadas, buscadas y queridas para disolver nuestro ser nacional, su raigambre y sus principios seculares Dirá, Ud., que somos mal pensados, que mal juzgamos, que vemos brujas y enemigos por todas partes. Existe la posibilidad, remota creemos, de que nos equivoquemos y la posibilidad también de que el equivocado sea otro. Pongamos un ejemplo. Hace algunos meses, pocos, en una de nuestras provincias era asesinado un niño antes de nacer, acompañado el crimen en los días precedentes por angustiantes escenas en los medios de difusión que se llaman bien llamados "masivos" no por ser, vistos u oídos por muchos, sinó por hacer masa, rebaño y tropel, a eso que nosotros llamamos gente. Simultáneamente caso similar en otra provincia, otro en Colombia; los ministros públicos del rubro azorados por la poca conmiseración dada a las pobres madres que “sólo querían deshacerse de un bebé que nunca quisieron" y, claro, fácil era estrangularlo, o cortarlo en trocitos y echarlo a 1a basura. Si a Ud. durante la noche le dejaran un bebé en la puerta de su casa, si la justicia natural o la oficial le pidieran lo cuidara unos días, unas semanas, quizás unos meses hasta tanto alguien lo aceptara ¿Le parecería caritativo o tan siquiera justo meterlo en una bolsa y tirarlo a la basura? ¿Podría Ud. argumentar que era un “bebé no querido? Ya ve Ud. que no y que eso sería una animalada. Pero es lo que logran esos mal llamados “medios periodísticos” bombardeándole argumentos verdaderos a medias y, por lo mismo, falsos a medias. Simultáneamente se daban conferencias en la Cámara de Diputados de la Nación bien pagadas por el Banco Mundial, Telecom Personal y alguna que otra Embajada de habla inglesa para enseñarle a esta buena gente criolla las maravillas del aborto. Cambiemos de tema, al menos un poco. También de muertes se trata pero no de chiquitos por nacer sino de grandes por morir. ¿Cuándo quiere morir Ud.? Para el común de la gente lo más luego posible, si es creyente cuando Dios diga. El los días en que dejaba esta vida, terrenal para ser juzgado por Dios quien en vida se hizo llamar Juan Pablo II, mataban e iba a ser también juzgada por Dios, una señora, Shindler de apel1ido, en los Estados Unidos. Por usar tal vez mal algunos adelgazantes y para no verse fea ante su buen esposo dicha señora tuvo un shock que 1a dejó postrada y alimentada por una sonda gástrica (un tubito al esófago por donde le pasaban alimento y bebida). Su esposo mientras tanto cobró un millón de dólares de indemnización, por mala praxis, a los médicos, se divorció de la enferma, se casó de nuevo y, para estar más libre, pidió terminaran con la dicha enferma que daba tanta pena. “Medio extraordinario”, clamó la prensa, especialistas y psicólogos, el esposo y la Corte Suprema. [Medio extraordinario es algo gravoso para el enfermo, la familia o la ciencia, por ejemplo, un pulmotor, respiración mecánica asistida, una operación costosísima, un tratamiento muy doloroso... No parece que una sonda gástrica, lo fuera.] Sea, como sea, y aunque le apenó al presidente que decide sobre guerras y naciones pero que no quiso "interferir” en la división de poderes de su nación; a la pobre señora, Dios la tenga en la gloria, dejaron de darle de comer y beber, en otras palabras, la mataron de hambre y de sed; ni la Sagrada Comunión le dejaron recibir porque "era alimento" y poco a poco se fue secando hasta morir ante los ojos de su madre. Como broche de oro su querido esposo mandó hacer la autopsia para ver de qué murió y la hizo incinerar, claro está a sus costas. En, esos días una película con un actor español conocido narraba algo parecido de un enfermo cuadriplégico que pedía lo mataran para tener derecho a "una muerte digna". Evidentemente se hacían eco los periodistas y los periódicos en sus comentarios. ¿Le parece digno ser asesinado? ¿Es piedad matar sin crimen? ¿No chillan por la pena de muerte? Y matan sin que haya pena, condena, delito ni culpa. ¡Coincidencias! Ud. verá, si sí o si nó pero no miente el Evangelista al decir "Et mundus totus in maligno positus est!:" “Todo el mundo está asentado en el maligno” [1 Sn. Jn. 5,19] Los tiempos están acelerados. Quiero decir que las tropelías vienen en tropel y una atrás de la otra, continuas, incesantes, atrevidas e insolentes destruyendo golpe a golpe 1o que hay de cristiano y civilizado entre nosotros. Sean los abortos, sean los maricas y compañía, sean los divorcios, sea la regulación de la natalidad en países poco o mucho poblados, sea matar a los enfermos o encerrar a los viejitos en un geriátrico, todo nos viene de golpe, de manera machacosa e incesante. Dicen los periodistas que ellos son "generadores de opinión” y no tienen descaro en decirlo. La tarea de esos señores no es decirnos qué debemos pensar sino qué pasó y que cada quien haga su juicio como yo mismo lo estoy haciendo. Generar opinión es, muchas veces, creer al otro incapaz de tenerla. Diga la verdad de los hechos, no lo que Ud. cree presentado como si fuera la verdad, y que la buena gente con su buen criterio vea qué piensa. Mil veces escuchamos “libertad de prensa", "atentados a la libertad periodística”, "ataque a la prensa”, “periodismo independiente". ¿Será que sí? ¿Se preguntó Ud. alguna vez quién le paga a la prensa hoy? ¿De quién son los periódicos? ¿Qué maravilla ese trabajo idealista que hace millonarios a sus dueños, al menos los de los medios masivos? Hechas 1as cuentas lo cierto es que toda esa verborragia que nos aturde busca convencernos. De eso se trata: “Piense Ud. así, es lo que Ud. debe saber. Ni se le ocurra saber de más o pensar distinto. Aún así, la prensa contemporánea (en su mayoría), no es la única malvada ni es la peor pero sí lo es. Detrás de los periódicos, las radios, la televisión, el cine, las publicaciones, las músicas y sus letras ha de haber alguien que con el inmenso poder del dinero mueve los hilos. Al menos hay dos elementos en común y evidentemente relacionados entre sí: * Primer elemento: Las ideas que nos quieren imponer no son cristianas, se oponen a todo lo cristiano, a la moral evangélica, a la manera de vivir y sentir de nuestros pueblos. Todas nuestras naciones americanas fundaron su nacionalidad con maneras de vivir y pensar cristianas y católicas, querer cambiar esa manera de ser es intentar suprimir y eliminar ese elemento esencial de nuestras idiosincrasias y componente necesario de nuestras entidades nacionales. * Segundo elemento: No son cristianos quienes quieren imponerlas. Curioso. Nuestras naciones en su mayoría son católicas, por ejemplo en Argentina, más del 80 % de la población; en otras casi el 100 %, y sin embargo se nos quieren imponer ideas y modos de vivir que no son cristianos. ¿Será esa una nueva soberanía del pueblo llevado a donde no quiere ir? Quite Ud. el cristianismo y nuestros pueblos quedarán a la merced o de gobernantes sin escrúpulos ni interés por la cosa pública; o a la merced de economías prepotentes, o del afán de lucrar con todas las cosas, o de los mercenarios del vicio y de la droga, o de los delincuentes de las mafias organizadas. El fundamento de la ley jurídica está en la Constitución que es la ley suprema de la Nación, pero en la realidad y en la práctica la ley y la misma Constitución se apoyan en la justicia y justo es aquello a lo cual alguien tiene derecho. Los derechos nacen básicamente de las naturalezas de los sujetos que los detentan, no de la letra de la ley. Pongamos un ejemplo, en algunos países se considera legal el aborto, el divorcio, las "uniones" o matrimonios entre personas del mismo sexo. La ley allí lo aprueba, pero la justicia, el derecho que la funda y la naturaleza de la cual dimana ese derecho, lo reprueban y Dios, fundamento último de las leyes, lo recrimina. Un pueblo en su mayoría cristiano o católico tiene derecho a ser gobernado de manera católica y por leyes que también lo sean, es un derecho inalienable e intocable, derecho que en toda justicia puede y debe exigirse. La revolución contemporánea que carcome solapadamente a nuestros pueblos no es otra cosa que el abandono de los principios cristianos y la intención depravada de destruirlos. Nada es casual. Puestas las causas se dan los efectos. Paz social es orden y no hay orden posible ni real que no contemple referir las cosas a Dios y fundar todo derecho y toda justicia en Él.
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