Jesucristo, Hijo de Dios, Verbo infinito de Dios
encarnado para nuestra salvación, es la Verdad suprema, la Verdad infinita,
total y absoluta, la Verdad por esencia. Siendo así todos sus actos son
verdaderos y todas sus acciones son veraces, es decir que todas sus acciones y
todas sus enseñanzas son la misma Verdad.
Por eso dice San Juan que quien niega a Jesucristo es un anticristo
(1 Jn. 2, 22; 4, 3).
Por eso Nuestro Señor Jesucristo mismo llama a los judíos
"hijos del diablo" porque no creyeron en su palabra. Basta con leer el
capítulo 8 del Evangelio de San Juan a partir del versículo 30.
La Palabra bendita de Jesucristo es innegable e irrefutable,
El es la Verdad y sus palabras lo son; negar sus palabras es mentira, es error,
es audacia diabólica y es herejía.
No hay mentira más grave, entonces, que negar o contradecir
sus palabras; negarlas es negar a Jesucristo mismo y negar a Dios: "Quien
es de Dios escucha sus palabras, por eso no las escucháis, porque no sois de
Dios" Jn. 8, 47).
Si negar las palabras de Jesucristo es la más grande herejía
y la peor de las mentiras, de todas ellas quizás es la peor la que más daño
haga a las almas, dejar en el error, abandonar en la falsedad, equiparar error
con verdad.
Eso es el ecumenismo actual, el ecumenismo de la Iglesia
oficial, el ecumenismo bendecido y llevado a cabo por Roma, una Roma que no es
de Dios porque no escucha sus palabras.
El ecumenismo es una mentira, la peor.
Mentira con permiso eclesiástico.
Es un absurdo y una herejía afirmar que toda
religión es un camino de salvación, es herejía y mentira que el Dios de todas
las religiones es el mismo Dios que el de los católicos. "Todos los dioses
de las gentes son demonios" (Salmo 95, 5).
La Iglesia oficial hace el ecumenismo con protestantes,
judíos y musulmanes. Protestantes para los cuales no es cierta aquélla frase
de Jesucristo: "Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi
Iglesia" (Mt. 16, 18); musulmanes que odian a la Santísima Trinidad
negando aquello de San Juan: "Porque son tres los que dan testimonio en el
Cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, y los Tres son Uno" (1 Jn.
7, 20).
El ecumenismo es la mentira más dañina porque viene de
aquellos que deberían ser los más veraces: el clero.
El clero actual de la Iglesia oficial bendice el
ecumenismo herético, lo predica y lo practica, lo impone a las almas como una
obligación de consciencia = no es posible ser católico si no se es ecumenista.
Los pastores son los lobos y los médicos los asesinos
de
las almas.
Como dijera San Pablo, hablando de los paganos, eso diría
hoy de los eclesiásticos: Cambiando la verdad de Dios por el error, dieron
culto y sirvieron a .la creatura más que al Creador" (Rom. 1, 25).
"Santifícalos en la Verdad" Jn. 17, 17).
Esta es nuestra obligación, decir, enseñar, predicar
la Verdad, la única que puede salvar a los hombres. Como dice el Pontifical
Romano: "Todo lo que no pertenece a la Fe es herético y es cismático".
No hacerlo es negar a Jesucristo, es ayudar a que las almas se condenen.
Pidamos a Dios lo que pedía San Pablo: "Dejando la
mentira, decid la verdad". "Deponentes mendacium, loquimini
veritatem" (Ef. 4, 25).
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