LA MASONERÍA SEGÚN SUS PROPIOS DOCUMENTOS
Por
Fray E. de Guadalupe O. P. D. G. 02
CAPÍTULO II
PLANCHA CON FIRMA DE PUÑO Y LETRA
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TRANSCRIPCIÓN DE LA SEGUNDA FOTOCOPIA
La fotografía pertenece a la circular N° 1.310 del Poder Ejecutivo de la Masonería Argentina, cursada el 26 de marzo de 1908 y con firma autógrafa del Consejero del Interior de la institución. No haremos el análisis de pruebas ya consideradas en el documento anterior, pero debemos destacar un detalle importantísimo que surge del cotejo de aquélla con esta plancha. Adviértase que esta circular es anterior en tres años (1908) a la otra (1911). Pues bien, en esta no dice: "masonería universal", sino "masonería argentina". ¿A qué obedece este cambio fundamental? Pues al hecho de que la entidad nunca presenta de inmediato sus fines últimos, para captar más fácilmente a los individuos. Gran cantidad de personas de patriotismo innato, y en especial militares y marinos, se resistirían a ingresar a una asociación de carácter internacional y entonces (cuando el terreno aun no está bien preparado o no se cuenta con gran cantidad de adherentes y es necesario agrupar a muchos más) se la presenta como una asociación argentina y, cuando más, se les dice a los masones que en otros países existen asociaciones similares con las cuales se mantienen relaciones de hermandad. Quiere decir que en 1911 ya poseía tal poder y suficiente cantidad de hermanos que pudo manifestar que no es nacional, sino universal. Nos prueba lo anterior
¿Es que en un momento fue atea y socialista y de pronto varía hacia el cristianismo? No tal. En un momento los socialistas servirían sus fines y en el otro le convenía que un cat ólico (por supuesto que masonizado y dócil a las sugerencias) presentase determinado proyecto que, por provenir de un cristiano, no alertaría a la sociedad.En España ocurrió un suceso aleccionador entre el 35 y el 38. Nada menos que un presidente de Acción Católica apoyaba en forma harto sospechosa a los republicanos y muchos de buen olfato lo sindicaron como a masonizado. Pero fue defendido sosteniéndose que políticamente podía estar quizá equivocado, pero que era un buen cristiano. Estalló la guerra civil y este señor se plegó a los rojos, y durante un avance nacionalista se capturó el archivo de una logia del lugar donde residía el ex presidente de Acción Católica. Los documentos dijeron que el tal era un iniciado...
Con estos datos no debe asombrar un hecho inaudito: la inmensa mayoría de los masones ignora dónde reside el Gobierno Central y sólo unos pocos, quizá no sean más de doscientos, saben que está en Suiza, casi seguramente en Ginebra[1]. Y menos aún —no pasarán de diez, a lo sumo quince personas— quienes conocen o creen conocer al o a los jefes supremos que integran tal gobierno, el más poderoso de la tierra, pues sin flotas ni ejércitos dispone con sus órganos de los ejércitos, flotas, policías, parlamentos, etcétera, de casi todo el mundo... Pero volvamos a la circular, encabezada con la sigla: "A L G D G A D U", con los consabidos tres puntitos. Su significado es: "A LA GLORIA DEL GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO". Y aquí tenemos paño para cortar, pues mucho dice, a saber:
De aquí provienen dos efectos evidentes y palpables:
A pesar de las ya caídas teorías del materialismo histórico y de que el factor económico mueve a los hombres y pueblos, que durante un tiempo engañaron a muchos, hoy se refirma por la historia, la filosofía y los hechos, que la religión mueve a los hombres, los pueblos, provoca las luchas y las guerras, modifica las costumbres, etcétera. Según la religiosidad y grado de la misma que posee el individuo, resulta su conducta. Y así los pueblos. Los grandes pueblos se movieron a impulsos de una mística y cayeron cuando perdieron fe en su creencia. Los mismos imperialismos de conquista o de apetitos económicos fueron y son impulsados por su postura religiosa: quieren imponer a los otros sus normas y las normas provienen de una religión o antireligión. El católico sincero sabe que la usura es robo y no prestará a alto interés, por lo cual no se enriquecerá desmedidamente a costa del capital, o bien invertirá éste en forma noble; en cambio el judío practicante debe cumplir el mandato del Talmud que le impide prestar a interés a los otros judíos y lo obliga a practicar la usura con los que ellos llaman gentiles (cristianos, mahometanos, etcétera). Un espíritu primario o poco advertido dirá: "factores económicos"; o bien: "éste es hábil para los negocios y por eso prospera, en cambio aquél no sirve para ello". Pero la realidad es: factor religioso. Generalmente se odia al judío porque es usurero. Los efectos son perniciosos sin duda, pero el móvil del judío en sí, no es la maldad. Él tiene que cumplir con su religión (y en este aspecto no le pide sacrificios, claro es...) porque según su religión tienen que dominar a todos los pueblos y uno de los medios de debilitarlos es empobrecerlos por la usura. Factor económico, sí, pero como medio. El motor y el fin es lo religioso. Considerado todo esto y agregado el secreto de la Masonería, se comprenderá el origen de su potencia.
Porque, por una parte, no pueden practicar ninguna religión que el mundo conoce, ya que la de ellos es contraria, y, por otra, tenemos que la Masonería posee varias Ramas y Grados, de modo que caben ateos y aparentes cristianos, pero todos cumplen los ritos masónicos y todos, a sabiendas o no, promueven la Religión Masónica. De esto y un detalle que veremos en seguida aparece una conducta típicamente masónica que sirve de guía al ojo avizor y espíritu advertido: los verdaderos masones, conscientes de su religión, que es secreta y que la inmensa mayoría de la humanidad, los profanos, no tiene luces para entender, se conducen como seres superiores entre pobrecitos individuos que para ellos son entes inferiores, casi animales e ignorantes, algunos pasibles de ser iluminados si entran al Templo masónico... Es una superioridad recatada, que tratan de disimular, pero que emana de sus gestos, de sus palabras, de su circunspección o del ataque irónico, despectivo, según el caso o la personita con que tratan. Esta conducta prueba que están poseídos de una mística, pues, variando los grados, es típica de todo hombre" de fe. El judío, convencido de que sólo él es hijo de Dios y posee la verdad, trata al goin (gentiles) como a incapaz e inferior —en su fuero íntimo— y está convencido que le debe subordinación y obediencia. El mahometano, combativo y menos prudente, desprecia y ataca abiertamente, si puede, al que no sigue el Corán. Podríamos continuar con la lista, destacando la excepción del católico (muchos protestantes caen en la postura judía, mahometana o masónica) por la caridad que es el signo distintivo en el que insistía Cristo y que tanto recomendaba San Pablo. El católico sabe que cualquier criatura, sea cual sea su condición, estado o religión, es tan digna como él por naturaleza y trata o debe tratar a todos y cualesquiera como a un igual. Cuando se halla frente a otro que no tiene su fe, no se envanece ni considera superior, pues conoce dos cosas: Que la fe es gracia de Dios y no mérito propio; Que puede perder la fe en cualquier instante, y especialmente si procede con soberbia,
¿Cuál es la causa? Hay dos, una evidente y la otra oculta. Tomaremos solamente la primera, dado el carácter documental de esta obra. La segunda la dilucidaremos, si Dios quiere, junto con varias y distintas cuestiones en un próximo libro. Adorando al Gran Arquitecto, los individuos de cierto carácter religioso (no muy firme, por cierto) y de diversas creencias pueden afiliarse con tranquilidad de conciencia, ya que la Masonería adora a Dios, pues la cuestión nombre no le hace... y así son captados cristianos y judíos, mahometanos y budistas, paganos e idólatras. En esta forma no se hace cuestión de dogma, y se va a esa pretendida Unión universal de todas las religiones. De aquí que no mientan algunos masones de buena fe cuando se les enrostra la irreligiosidad de la secta: —Nosotros somos creyentes, obedecemos a un Ser Supremo y somos más religiosos que muchos de ustedes. Cierto en parte, pero convendría saber algo más de esa esotérica religión. La segunda causa no puede ser examinada a fondo por falta de prueba completa, pero téngase en cuenta lo siguiente, y sáquense conclusiones.
Dice más abajo la circular: "gobierno simbólico". Símbolo es aquello que no es lo que parece ser, sino su representación, su figura. La bandera es un símbolo. No es la Patria; la representa y por ello se la venera como a aquélla. Significa entonces que lo que parece ser el gobierno de la Masonería, no lo es, sino que representa a otro poder. Exacto: al de Ginebra...[2] Luego: "poder ejecutivo", es decir, el que ordena según aquello que dispone el Gobierno Simbólico (aun en esa fecha no estaba constituido el Gran Oriente), que a su vez recibe mandatos de otro más oculto y lejano aún. Como puede apreciarse, es una cadena infranqueable para el mundo profano, para los iniciados, y hasta para grados más elevados de la Masonería. El texto de la circular confirma la preocupación de la Masonería por dirigir la política del país. Conviene destacar lo siguiente:
Adviértase la habilidad y doblez con que se procede —como en lo religioso— pues ordena tal y cual cosa en lo político, pero por una parte aparece como respondiendo solamente a un consejo que se le ha pedido y por otra insiste que no es entidad política. Al captar a un individuo para las Logias, se le asegura que la Masonería nada tiene que ver con la política y que está prohibido hablar de ella. Lo mismo reiteran siempre todos los masones. Y ya vemos cómo es en verdad. Los afiliados no pueden hablar ni discutir de política, pero las autoridades simbólicas y secretas les ordenan qué es lo que deben hacer políticamente. No es un partido político. Pero posee el mayor poder al manejar a todos. Dada la habilidad con que se procede, infinidad de masones no perciben el juego y cuando, al alcanzar grados elevados o por otras causas, se percatan de la realidad, algunos se retiran, otros están tan masonizados que les parece bien, y el resto se calla y se queda, pues puede perder posiciones, cargos, etcétera. Por último, la firma. Reiteramos que es autógrafa y pertenece a un individuo fallecido, cuyo nombre, Tomás J. Izurzu, aparece con cien más subscribiendo una nota pro candidatura de Juan ,B. Justo y Alfredo L. Palacios, como ya veremos. Conclusiones De lo examinado se desprende que:
b) Oculta a sus adeptos su estructura verdadera, fines y acción; c) Es una religión; d) Posee el poder que dimana de una mística; e) Los masones sirven a esa mística aunque se supongan ateos o de otras religiones. f) El masón místico se supone un ser superior al común y a los demás los considera como seres inferiores. g) Su Ser Supremo no es Dios; Cristo no es Dios para la secta; h) Tiene un gobierno simbólico; #9; i) Ordena la acción política de sus afiliados; j) Procede con doblez y astucia. |
NOTAS |
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