LA MASONERÍA SEGÚN SUS PROPIOS DOCUMENTOS
Por Fray E. de Guadalupe O. P. D. G. 08

CAPÍTULO VIII

EL PARTIDO SOCIALISTA

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TRANSCRIPCIÓN DE LA  FOTOCOPIA

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Buenos Aires, Septiembre 21 de 1908 E.'. V.'.

Al Ilust.'. H.'. .......................................................................

   Los que suscriben, vinculado; con el propósito común de sostener las candidaturas de los Dres. Juan B. Justo y Alfredo L. Palacios, os invitan a que concurráis a este fin con vuestra propaganda, tanto entre los masones, como entre los liberales y sobre todo con vuestro voto.

   Por la evidente conveniencia de que todos los matices en que se descompone la opinión pública tengan representación en el parlamento, y por que los Dres. Justo y Palacios, encarnan en los de su partido, los ideales liberales que son el objetivo principal de la Masonería, los que firman han resuelto trabajar por el triunfo de estos candidatos en los comicios á que han sido convocados los electores de la capital y por eso insisten en su pedido á todos los masones para que les acompañen con su cooperación más decidida en esta empresa.

   Os saludan fraternalmente

 

   Francisco B. Serp, Agustín Alvarez, Santiago R. Gallegos, Constante

A. Vertí, Emilio P. Curbiere, Santiago Greco, Juan A. Cominges, Víctor Rastellini, José Ressano, Antonio Mongiardino, Alberto Rolleri, Pablo Barrenechea, Domingo M. Mazza, Tomas J. Izurzu, Luis Barrenechea, Pascual Storani, Aristides Cerutti, Lamberto Palmucci, L. Mateos Amador, José Flores Serfoglio, Pollcarpo E. Campos, Juan F. Cassiau, Manuel Geraldi, Santiago Rubert, Manuel Palet, Emilio Martínez, Guillermo M. Cordes, Arturo Rey, Enrique Caro, Felix de Lorenzo, José Imbellone, Juan Zamora, Manuel Maya, Genaro García, Carlos Mondelli, Francisco Campa, Ángel Camarano, Antonio Devoto, Juan Costa, Pedro D. Saint Jean, Eugenio Intrieri, Alberto Cordes, Manuel A. Velazquez, N. del Real, Luis F. Greco. Exipion Ferretto, Héctor Des Retours, Ernesto Fontan, Eulogio Gutiérrez, Francisco Palat, Daniel Sanchez, Juan J. Record, Domingo Corrao, Juan Martínez, Juan Ousinle, Eugenio Troise, Celestino Durand, Guillermo Glennie, Eduardo Plaetsier, Vito Cascia, Germán Méndez, Elisardo Jovillas, Vicente Cacciatore, Ludovico Dossi, Miguel Bonelli, Meliton Z. Soto, Antonio Gioia, Antonio Montana, Antonio Garibaldi, José Doval, Constante P. Speron, José Devoto, Francisco Escudé, Alfredo Provini, Anterior Barsine, José Maggiolo, José Corona, Luis Curei, Nicolás Valdettaro, Faustino Canosa, Alejandro Giapello, Juan Santacroce, Aldo Provini, Pedro Fiora, Miguel M. Fustoni. Manuel Lisárraga, Domingo Pittaluga, Francisco A. Ponsio, Horacio Clero, Antonio Puma, Floro Moliné, Carlos Dragonetti, Santiago De Camillis, Julio Grattarola, Estevan Bevacqua, José Massi, Alfonso Frega, Manfredo D'Aiello, José Falsetti, Miguel Mascaro, Luis Dragone

 

   La fotografía reproduce una nota de neto carácter político y masónico, aunque no oficial de la Masonería, circunstancia ésta muy sugerente.

Pruebas

  • 1ª — Que es político lo revela con claridad el texto que solicita propaganda y voto por dos determinados candidatos.

  • 2ª — Que no es un documento oficial de la Masonería se prueba porque no lleva las fórmulas de las planchas de los poderes centrales, ni de Logia alguna, ni firma en carácter de funcionario de la secta.

  • 3ª — Que es masónico se demuestra por:

  • a) El encabezamiento: "VALLE", "ERA vulgar", "ILUSTRE hermano", y los tres puntos;

  • b) Por el texto;

  • c) Porque va dirigida únicamente a determinados masones, quienes harán la propaganda entre otros masones y entre liberales, es decir, que se usó el mismo expediente que para el curso de notas oficiales y secretas;

  • d) Los que subscriben son masones, pero de alto grado, de jerarquía y, por ende, acatados. Nótese, por ejemplo : Serp era ministro de Hacienda del gobierno masónico en 1906 (plancha reproducida); Agustín Alvarez es quien recibe el pedido, y lo contesta autorizando, de la empresa del diario La, Reforma; Constante Verri era el secretario del Partido Liberal; Tomás Izurzu fue luego ministro del Interior del gobierno de la Masonería (1912); Barrenechea había sido nada menos que Gran Oriente en 1902; Santiago R. Gallegos ya ocupaba alto grado en 1903; Martínez era Venerable de la Logia Regeneración en 1906; José Falsetti, en el mismo año, Venerable de la Logia Roma; Genaro García era (1906) Venerable de la Logia Unión Argentina, y los demás no eran tampoco masones comunes, pues ocuparon, antes o después, cargos elevados.

Consideraciones

   La primera es que recién luego de conocer documentos de esta clase se comprende el misterio que en la política argentina significaba el Partido Socialista. En efecto, de postura y contenido exótico, de plataforma inadmisible para nosotros, sin contar con apoyo popular, el Partido Socialista lograba bancas en el Parlamento y en una u otra forma los diarios, las instituciones y hasta los gobiernos lo trataban un poco como a la niña bonita y otro poco como al niño travieso.

   Así, entre bromas y veras, se le hacía el ambiente donde no lo tenía y se le admitían a sus legisladores desmanes contra la religión, la tradición y hasta la violación flagrante de preceptos constitucionales[1].

   Ese precioso documento aclara todo. La Masonería y los masones movían al Partido Socialista.

   Simultáneamente, se explica otro contrasentido de ese partido adventicio que jamás poseyó caudal propio: en efecto, se proclamó partido de los proletarios y jamás contó con las masas trabajadoras y en cambio sus filas se nutrían de abogados, periodistas, profesores, banqueros, grandes comerciantes, médicos, altos funcionarios, etcétera.

   Conociendo que la Masonería no cuenta con afiliados entre el pueblo común, ni obrero ni campesino, ni clase proletaria y, en cambio, su caudal proviene de los profesionales ricos, los comerciantes y banqueros, los funcionarios destacados, y viendo la íntima conexión entre Masonería y socialismo, todo se aclara de inmediato.

   Réstanos advertir sobre lo que llamamos circunstancia sugerente, al referirnos al hecho de que no siendo documento oficial de la Masonería era, no obstante, masónico.

   Nos extenderemos sobre el particular, pues ello servirá para señalar las cambiantes fases de la Masonería, que desorientan al profano que desea investigar sus misterios y que sirve a la secta para engañar adeptos.

   Afirman, la Masonería y los masones, que la secta no se inmiscuye ni actúa en política y que deja a cada afiliado en libertad de acción sobre el particular, exigiendo únicamente que ninguno provoque cuestiones políticas en las Logias.

   Esto creen sinceramente los recién iniciados (grados 1 y 3), y quizá hasta los del grado 9, pero según nos han probado los documentos, la Masonería actúa en política, ordena propaganda y voto para determinados partidos y hombres, e impone la política liberal. Claro que el mecanismo es hábil. El Gran Oriente ordena por decreto a los Venerables y éstos no proceden transmitiendo el mandato como tal en la Logia, sino que comentan la conveniencia de..., etcétera. A su vez, los legistas van convenciendo a los iniciados. Se presenta todo como cuestión de doctrina, de conveniencia o de hermandad y los adeptos no pueden protestar, primero porque no se admiten cuestiones políticas, y luego porque, convencidos de buena fe, no alcanzan a conocer la maniobra.

   En el caso documentado, el juego queda a la vista. La Masonería vuelca su poderío a favor de Juan B. Justo y Alfredo L. Palacios, pero si lo hiciera en forma oficial, muchos hermanos de grados inferiores y la mayoría de los iniciados se retirarían, protestarían y hasta divulgarían la causa. Es entonces cuando se procede con una nota como la que hemos visto. Los masones bien enterados (desde el grado Rosacruz o 18 en adelante) trabajan con ahinco sobre sus hermanos menores y sobre los liberales, y la campaña está hecha.

   Si alguno protesta, se le advierte que ios masones tienen libertad política y que los hermanos que han propugnado tales candidaturas lo han hecho usando de esa libertad...

   Y estas mismas cuestiones le sirven a la Masonería para pulsar el estado del pueblo masónico y percibir hasta qué grado admite imposiciones. Por otra parte, quedan marcados los díscolos, que jamás alcanzarán el grado 18, a menos que, por azares de la política o de la fortuna, llegue a un ministerio. Entonces de golpe ascenderá a grado 21 y hasta 33, pero como no ha pasado por otros grados, los verdaderos jefes saben cómo hay que tratarlo.

   Bien; nos desviamos de lo exclusivamente documental, y es necesario volver a ello.

Conclusiones

  • 1ª — La Masonería actúa en y políticamente.

  • 2ª — Usa de gran astucia y procede con doblez.

  • 3ª — Sostiene especialmente al Partido Socialista.

  • 4ª — En nuestro país, dos legisladores, Juan B. Justo y Alfredo L. Palacios, obtuvieron bancas por mandato, propaganda y voto de una secta secreta internacional llamada Masonería[2].

Interrogante

   Un hombre que ha sido llevado a ocupar una banca por imposición de una secta internacional secreta, ¿ responderá en su mandato a los intereses del país, a los deseos del pueblo, a lo enunciado en la plataforma de su partido y lo prometido en sus discursos preelectorales o a las disposiciones de la secta?

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NOTA
  • [1] Violando la Constitución, se permitió la incorporación de legisladores que no cumplían el juramento establecido...

  • [2] Cabe advertir que lo propició y sostuvo en aquella época como vehículo de "penetración" en el mundo "profano", pero cuando el socialismo trató de actuar como partido realmente independiente, Alfredo Palacios y otros se fueron...