MALE  O BENEDICTO
BENEDICTO XVI DARÍA AUTORIZACIÓN
PARA LA SANTA MISA TRADICIONAL...

 

   

14 de octubre del 2006

         La Misa tradicional cuenta con un indulto a perpetuidad dado por San Pío V en la Bula Quo Primum Tempore , más aún, la Misa no podría ser dicha de otra manera a no ser ritos de más de 200 años de antigüedad reconocidos por la misma Bula (aprox. 1570).

         La Misa tradicional así reconocida por San Pío V no fue de su autoría  sino simplemente mantener la Misa como siempre fue dicha limpiándola de costumbres locales que el uso de los siglos había introducido sin derecho a hacerlo.

         El Papa San Pío V, al haber mantenido y restaurado la celebración ya milenaria de la Misa en todo su esplendor no hizo una Misa, con lo cual no vale el argumento: “Lo que un Papa hizo otro puede deshacerlo”. Es absurdo pensar que Nuestro Señor no hubiera enseñado a sus Apóstoles luego de su resurrección cómo celebrar la Santa Misa.

         Más aún, cuando se trata de cosas que tocan a la Tradición milenaria de la Iglesia el Papa es su primer custodio para mantenerla y no tiene el derecho de cambiarla en algo tan venerable como el rito de la Santa Misa.

         Entonces la noticia de que se habla es una “autorización” de algo ya existente de pleno derecho. Es un sofisma. Lo que no tiene ese derecho es la misa nueva: “Se aleja de manera impresionante de la teología católica de la Misa” ( Cardenal Ottaviani, Carta introductoria al Breve Examen Crítico).

         Restaurar plenamente la Misa tradicional, la única católica, presupone la eliminación de la nueva misa y de todas las doctrinas nuevas que la fundamentan y sostienen: Libertad Religiosa, Ecumenismo, Colegialidad, las tres revoluciones de Vaticano II.

         Sino sería como un esposo infiel que quiere regresar con su legítima esposa llevando consigo a la otra. Ambas juntas son incompatibles y una carece de todo derecho. El derecho nace de lo justo y la nueva misa hace injusticia a Dios, es la de la comunión en la mano, la carismática, la que ha destruido la combatividad de la Iglesia y fundamentado toda la revolución conciliar.

         Esta “autorización” de la que se dice daría Benedicto XVI parece más apuntada a captar a los católicos tradicionalistas para que a cambio de esa autorización acepten la misa nueva (al menos acepten que se puede), los errores conciliares y cuanto cambio se introdujo desde la muerte de S.S. Pío XII.

         San Pedro y los Apóstoles no aceptaron la orden de callar el nombre de Jesucristo dada por el Sanedrín. Si los miembros del Sanedrín les hubieran dejado predicarlo a condición de predicar lo de ellos también, tampoco hubieran podido aceptar.

         La verdad no acepta ni puede aceptar condiciones puestas por la mentira. No hay pié de igualdad entre la verdad y el error, entre la Misa tradicional y la misa nueva.        P. Morello.      

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