El establecimiento de una base militar de Estados Unidos en
Chaco, Paraguay, representa un grave peligro geoestratégico
para las tres fronteras que se entrecruzan de Brasil, Bolivia
y Argentina, lo que junto con la compra de grandes espacios de
la Patagonia chilena y argentina, asegura el dominio de la Antártida
y cierra el círculo de hierro, que en México representa la
postura de la derecha de Vicente Fox de realizar ejercicios
conjuntos con el ejército norteamericano, y el dominio por el
“perímetro de seguridad” de la línea fronteriza del
norte de su país, lo que sería un proyecto geopolítico de
una nueva fase del expansionismo de la camarilla
yanqui-sionista de Bush, advierte el doctor en historia Erwin
Robertson.
Erwin Robertson, chileno, historiador, helenista-latinista,
imparte cátedra en la Universidad Metropolitana de Ciencias
de la Educación, de Santiago de Chile, y es director de
la revista decana en castellano del pensamiento
diferencialista, Ciudad de los Césares, la que cumple su
aniversario XVII, con una ceremonia en la Biblioteca Nacional
chilena dedicada al historiador Mario Góngora.
Del
libre comercio a la subordinación militar
José Luis Ontiveros.- ¿Cuál es su opinión sobre el Tratado
MacLane-Ocampo que sería el precedente del proyecto
anexionista de la derecha de Vicente Fox respecto a Estados
Unidos?
Erwin Robertson.- Entiendo
que ese tratado —que incluía cesiones territoriales a un
Estados Unidos en plena expansión, poco después de la anexión
de Texas y de todos los inmensos territorios del extremo norte
de la antigua Nueva España—, fue ofrecido nada menos que
por el presidente mexicano Benito Juárez al gobierno
norteamericano de la época, incluyendo el paso a perpetuidad
por el Istmo de Tehuantepec, que se le entregaba al gobierno
norteamericano, según he revisado en la historiografía
liberal mexicana como la obra México a través de los siglos,
que reproduce sus ominosas cláusulas pero que trata —sin
lograrlo— de atenuar o justificar lo injustificable.
Lo curioso es que en México se había constituido un fuerte
sentimiento nacionalista, de resistencia hacia la gran
potencia del norte. Y al tratado se opusieron tanto los
conservadores como los liberales patriotas. Por lo que se ve,
los gobiernos actuales han dado un giro completo en esta
posición: ¡a partir del “tratado de libre comercio” se
llega a una subordinación incluso militar!
La
estrategia de EU va hasta Sudamérica
J.L.O.- ¿El establecimiento de una base militar
norteamericana en Paraguay, en la región del Chaco, amenaza
directamente tanto a la Amazonia como a la Antártica?
E.R.- Sin duda. El Chaco
está prácticamente en la divisoria de los dos grandes
sistemas fluviales sudamericanos, el del Amazonas y el del
Paraná, y es una zona muy poco poblada. La base de Mariscal
Estigarribia cubre la región petrolera y gasífera boliviana
de Tarija, las provincias argentinas de Formosa y Salta y el
Mato Grosso brasileño; se halla equidistante de Brasilia y
del puerto chileno de Antofagasta. Constituye evidentemente un
grave peligro geoestratégico y una amenaza para la libertad y
la seguridad de nuestras naciones.
J.L.O.- A su juicio, ¿cuáles son las prioridades del
proyecto de subordinación total de Latinoamérica respecto a
Estados Unidos?
E.R.- Hasta ahora, el
ejercicio directo de la hegemonía norteamericana se limitaba
al área del Caribe. Durante todo el siglo XX, el sur del
continente estuvo libre de invasiones u ocupaciones militares,
como la de México en 1914, Santo Domingo, Haití o Nicaragua
por la misma época..., Panamá, ¡aún en 1989! Libre también
de bases militares como la de Guantánamo en Cuba o las de la
Zona del Canal en Panamá.
La nueva estrategia norteamericana no se contenta con el
control de zonas litorales en su vecindad inmediata, sino
apunta al interior continental de Sudamérica. Ya sus tropas
están en Colombia, con el pretexto de ayuda a la lucha contra
la narco-guerrilla. Han aparecido en Bolivia, con el mismo
pretexto. Ahora se hacen presentes en el Chaco paraguayo.
Por otro lado, no es un misterio que Estados Unidos anhela la
injerencia en la Amazonia. El pretexto será en su momento
humanitario —la suerte de las tribus indígenas de la región—
o ecológico —la conservación de las selvas amazónicas—.
El hecho es que quiere el control del corazón sudamericano,
lo que se llama el Heartland en términos geopolíticos.
Vale decir, su presencia en estas regiones es análoga —y
paralela— a su presencia en Afganistán y el Asia central,
que es, geopolíticamente, la clave del control de Eurasia.
Es, pues, al dominio planetario a lo que apuesta.
J.L.O.- ¿Qué papel representa la revolución bolivariana de
Hugo Chávez —en cuanto conformar un frente de
resistencia— que pueda organizar una guerra de liberación
frente a los gobiernos yancófilos y proconsulares?
E.R.- La “revolución
bolivariana” de Hugo Chávez representa, en el plano
continental y geopolítico, el fenómeno más positivo de los
últimos años. Por cuanto postula un desarrollo autónomo y
una política independiente, lo que lo lleva casi
necesariamente a enfrentarse a Estados Unidos. Tiene, por
supuesto, limitaciones. Señalaría como una de ellas el
convertir la inspiración magna de Bolívar, el Libertador, en
una ideología.
Otra es que, posiblemente por razones regionales, parece
preferir la amistad con Cuba (con la carga ideológica que
esto significa) a la de otros países latinoamericanos, como
Brasil. Con Chile se indispuso torpemente, aunque el problema
parece haber sido superado.
Pero, en todo caso, Venezuela no alcanza por sí misma a
constituir el eje, no digamos de una “guerra de liberación”,
sino de un frente de resistencia. Se necesita a los países
mayores de nuestra América: Brasil, Argentina, México...
Mas, ¿quién sabe?
Fox
optó por la alianza con su vecino del norte
J.L.O.- ¿En qué campo ubicaría a México? ¿Como una punta
de lanza de Iberoamérica o un siervo de la potencia unipolar?
E.R.- Por las razones ya
dichas, me da la impresión de que México, con el gobierno
del señor Fox, ha optado por la alianza con Estados Unidos.
Desgraciadamente, cuando el poder es tan desigual, ya se sabe
lo que una “alianza” significa: vasallaje o protectorado.
No es que la situación sea irreversible, desde luego.
Ahora, la circunstancia de la migración mexicana a Estados
Unidos va a llegar a ser explosiva dentro de poco. Esto dará
a México un medio de presión y, en este sentido, su país
puede ser efectivamente una “punta de lanza”
iberoamericana en Estados Unidos.
Sobre el particular, Samuel Huntingnton, teórico de la
potencia global, ha expresado el temor de una reconquista de
los territorios perdidos por México en 1847, dado que según
su perspectiva la minoría mexicano-norteamericana es
inasimilable a los valores del WASH (blanco, anglosajón,
protestante).
J.L.O.- Retornando al tema de la región austral, ¿qué
importancia tiene en el terreno estratégico la hegemonía
sobre la Patagonia chilena como argentina?
E.R.- Desde luego, tal como
la Amazonia, la Patagonia chileno-argentina es una inmensa
reserva de agua y de recursos naturales. Además, constituye
la proyección de toda Sudamérica hacia el Polo Sur y
controla los pasos entre el Atlántico y el Pacífico. ¡No
hay que olvidar la importancia que Estados Unidos y su aliado
inglés otorgaron a la Guerra de las Malvinas!
Tampoco es casualidad que George Soros, Benetton y otros
—como el “ecologista” Douglas Tompkins—, estén
comprando vastos terrenos en esta región. Por último, ¿por
qué no decirlo?, la Patagonia es la región en que se ubica,
simbólicamente, nuestra Ciudad de los Césares.
J.L.O.- ¿Qué es la Ciudad de los Césares?
E.R.- La Ciudad de los Césares
es una de esas “ciudades perdidas” de la época de la
Conquista, equivalente de Cíbola, Quivira o El Dorado.
Recuerdo que usted escribió —en su obra literaria— un
libro de relatos con el simbólico título de Cíbola, con
este mismo significado. Se trata de uno de esos “centros”
metafísicos que, en distintas tradiciones, aluden a las
posibilidades del contacto con lo Alto. Estamos por supuesto
en el terreno de una geografía “mítica” o “simbólica”,
¡pero se sabe la importancia que mitos y símbolos tienen
incluso en la realidad política!