Con profunda pena y no exento de dolor, con el valor moral que me da
el ser hijo y hermano de quienes vistieron el uniforme que la patria
les dio para que la defiendan, con el valor moral de haber hecho mi
Servicio Militar en el Centro de Instrucción de Tropas Especiales “CITE”,
me veo en la necesidad de tener que dirigirme a quienes hasta hoy
considero que aun son los comandantes de las que aun y todavía son
las Fuerzas Armadas del que aun es mi país.
Con el valor moral que me da el que
el hogar de mis mayores y refugio de mi niñez, hubiese sido
múltiples veces vejado por quienes vinieron a ocupar en forma
militar y por la fuerza mi tierra Santa Cruz con tropas
paramilitares de campesinos milicianos, que a su vez fueron
escoltados por militares que se prestaron al juego político de los
gobernantes de entonces. Con mi conciencia limpia por una vida
consecuente con mis ideales de libertad, de igualdad y justicia,
no puedo dejar de expresar “QUE
VERGÜENZA SEÑORES COMANDANTES”
Todos sabemos que las paradas
militares de las características de las que se están preparando en
Santa Cruz, se las efectúan en la sede de gobierno, y en forma
excepcional en circunstancias especiales como el caso de Sucre,
durante actos propios de algún tipo de festejo patrio. Por eso es
que me pregunto, cual es la razón para que bajo las circunstancias
tan difíciles que vive el país con nuestro departamento y todos los
departamentos o ciudades que no comulgan con el actual gobierno,
Santa Cruz sea escenario de una muestra del poder y fuerza de parte
de unidades combinadas de Militares y campesinos.
La respuesta es obvia, por órdenes e
instrucciones del gobierno, las Fuerzas Armadas nos mostrarán y
demostrarán a nosotros los cambas y a los que optaron por asumir
esta tierra como la suya, de cuales serán las consecuencias de
nuestro accionar si seguimos con la mirada altiva y la frente en
alto, nos vienen a amenazar, a pretender asustarnos, a decirnos y
exigirnos que bajemos la cerviz.
Pero habráse visto mayor desatino, es
que ustedes, no se han dado cuenta que con esta su actitud no nos
asustan, que en vez de amedrentarnos, lo único que consiguen es
levantar nuestro espíritu de lucha.
Señores, no les tenemos absolutamente
ningún miedo, es más, lo único que están consiguiendo es que
nosotros los ciudadanos libres, sepamos y comprendamos que lo que
fueron nuestras Fuerzas Armadas, hoy son la fuerza pretoriana de Don
Evo Morales, el artífice de la destrucción de Bolivia.
De los doce apóstoles, las monedas de
la traición solamente mancharon a uno de ellos, aun me queda la
esperanza que los cheques de la vergüenza que llevan el sello
de la Embajada Venezolana, no hayan manchado a las Fuerzas Armadas,
que aun existan quienes estén dispuestos a defender su país y
nuestra condición de hombres libres, que aun crean que los cambas,
los chapacos y los collas que creen en la autonomía, también somos
bolivianos.
La primera condición que tiene que
tener un pueblo para ser libre y digno, es saber que la libertad no
se la consigue de rodillas y la dignidad con las manos extendidas, y
ustedes Señores Comandantes se han arrodillado, no ante Dios, ni el
país, sino, ante el Dictador de Turno, por eso no puede nuevamente
dejar de decirles “QUE
VERGÜENZA SEÑORES COMANDANTES”.
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