Cualquier persona que
accidentalmente mirase los canales de televisión, el día del
arribo del presidente de los EE.UU. con motivo de la Cumbre de las
Américas, podría pensar que se trataba de una invasión más, de
la que nos tiene acostumbrado últimamente ese país.
Pero por fortuna, se trataba tan solo del ostentoso
y fastuoso despliegue de seguridad del Sr. Presidente de los
EE.UU..
De lo que surgirán tantas
lecturas, como conocimiento de causas tengamos los Argentinos,.
ante esta demostración, que quizás, para algunos fue
tan solo la custodia de un presidente, aunque para mi y me
atrevo a pensar por otros, podría haberse tratado de
una cuestión que va más allá de la inocencia y candidez de
nuestras autoridades como la de los medios de difusión
masiva. Entre otras, se podría pensar, que de
alguna manera habían fijado su cabecera de playa, nada más y
nada menos que en un punto neurálgico como el Apostadero
Naval Mar del Plata. El despliegue humano llegó a siete mil
individuos de alta calificación militar, sin lugar a dudas una
elite bélica.
A todo esto, con cierta
malicia, y hurgando un poco más, creo que se llegó al desprecio
de nuestros hombres de armas. Porque, con la presencia
de la Policía de la Provincia, la Policía Federal, la
Gendarmería Nacional, La Subprefectura Naval, más las diezmadas
Fuerzas Armadas en sus tres géneros, sobraba tela, dada la
profesionalidad de las mismas. Por otra parte esta ostensible
presencia en los medios televisivos, de los movimientos
hollywoodsenses del personal de dicha custodia presidencial,
dejan al menos la impresión de una invasión moral de
nuestro pueblo. Ahora sin subestimar a nuestro invasor, habrá que
tener en cuenta situaciones futuras, ¿con qué motivo?, con los
mismos del ALCA, porque las reglas del libre comercio las fijan
ellos, ya que lo nuestro no sirve a los intereses de los
EE.UU..
En fin una función más, y
gratuita, de este circo y su payasada que condicen con
una Nación que ostenta el lugar de primer potencia
mundial Quizás, en cuanto al poder bélico no me queden
dudas, pero en cuanto a la diplomacia y cortesía, ocupe el
último lugar en el orbe.
Esta visión que tuvimos durante un par de días
y que tuvo su origen en la pretensión de instalar el ALCA,
en contra del mecanismo de defensa de los países más importantes
de Sudamérica, el MERCOSUR, fue otra pulseada con olor a dominación e
ingerencia en los asuntos que no les corresponde.
También hubiera preferido que
nuestros representantes, con un poco de sensatez y humildad,
hubieran manifestado en contra de la actitud ilimitada del aparato
dominador, que hizo a gusto y placer, en vez de pavonearse
con pamplinas públicas.
kkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk
VOLVER A ÍNDICE DE ARTÍCULOS
|