Quinta Los
Colorados del Monte, noviembre de 2006.
A doña CRISTINA
Mi buena compañera y dignísima compatriota:
Ahí recibí tu carta respuesta de la primera de las mías. Todavía me estoy
sacando los pedazos de esparadrapos que me pusiste de tapaboca. Y sin chistar,
porque en buena parte de tu discurso, desprovisto de rencor y de odios, tienes
razón. Ya hace unos cuantos años he tomado esta senda: darle la razón a los que
la tienen. Mas hete aquí que debo explicarte algo antes que te descuelgues con
una segunda tanda de lienzos para tapar mi bocaza.
Yo coincido plenamente con los postulados de la Revolución Nacionalista de 4 de
junio de 1943, cuyo numen tutelar fue el Coronel Perón. Creo firmemente que no
había otra forma de sacarse de encima la Década Infame, dulcamara de la Patria,
con un Castillo que ya había armado otro fraude patriótico, a pesar de las
muertes recientes, o aprovechándose de ellas, de la Trilogía Cuadrada Perfecta:
Justo, Alvear y Ortiz, que partieron juntos do mora Minerva y su mochuelo, allá,
en el Gran Oriente.
De allí hay un tránsito que va desde esta fecha hasta 1952. Coincidente con la
muerte de Eva Duarte y la segunda reelección presidencial, si prefieres para
fijar ideas. En el medio estuvo el 17 de octubre. El nacionalismo autotitulado
“católico” todavía no sabe que esta fecha ha existido y sí se han enterado de la
Revolución Española de 1936, porque entienden más al minero de Asturias que al
cabecita negra de Avellaneda y Ensenada. Lo mismo pasa con especimenes como el
Che Guevara: entienden más al cañero cubano que al cabecita negra de Lanús y
Berisso. Reconocen en un canalla como Franco al Caudillo y en un sinvergüenza
como Fidel Castro al Conductor, y Perón para ellos todavía no ha nacido. Estos
son los nacionalistas sin pueblo y los zurdos sin argentinos, únicos en el
mundo, que no tienen obreros: se agotan en sí mismos.
Es cuando aparece un Perón que no abandona los postulados revolucionarios, pero
se hace político. Y sin decirlo específicamente, deja de ser militar y entra en
los cabildeos y concilíabulos. Tal vez porque el mismo Ejército, que jamás en
toda su historia vivió época tan esplendorosa, lo fue abandonando,
particularmente en sus altas jerarquías. De fines de 1952 y hasta septiembre de
1955 es donde se acumulan la mayor cantidad de errores de Perón. Ellos fueron de
tal magnitud que hicieron que muchos, desagradecidos en su gran mayoría,
olvidasen los casi diez años anteriores. Al regresar a la Patria, lo primero que
hizo Perón, aparte de ponerse el uniforme (cosa que las FF. AA. ni los
peronistas supieron interpretar, porque no les convenía), fue reconocer estos
errores. De manera que, si bien me duele, no me voy a poner a discutirlo.
Eva Perón en Mi Mensaje y en Mi última Voluntad, escritos
poco antes de morir, es decir que los redactó de cara a la muerte, habla de un
Perón solo y rodeado de traidores. Pide al pueblo que lo cuide para salvar la
Revolución. Algo había dicho, con mayor énfasis, en el Cabildo Abierto
del 22 de agosto. Y según he podido rastrear con mis escasos medios, en 1944 el
Peronismo sin Perón ya existía. ¡Qué sorpresa, no! Y esta parasitosis fue
creciendo, sin cejar un solo instante, hasta llegar a un Néstor Kirchner que es
la apoteosis de aquel postulado. El peronismo de los aprovechados. Por eso digo
que el NacionalJusticialismo es una Revolución Inconclusa. Pero que debe
concluir.
Pero quiero aclararte algo cara amiga: no tuve nada que ver, yo no tengo nada
que ver, y, si Dios me ayuda, no tendré nada que ver con estas bandas de
facinerosos. Nada. Absolutamente nada. Y si inquieta te preguntas por mi ánimo,
te diré: estoy más para guerrearlos que para que un solo de mis cabellos se
parezca al de ellos. Ya nos lo enseñó Perón: al amigo, al adversario, todo; al
enemigo ni justicia. Y estos son enemigos.
Te mando un abrazo y un saludo a nuestro estilo.
Mi buena amiga: que Dios y Su Santa Madre te bendigan y mantengan buena como
hasta ahora. Que así sea.
NI YANQUIS NI MARXISTAS
JUAN
Milico Repodridazo
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