OSWALD SPENGLER (Años
decisivos, Espasa-Calpe, 1936, pág. 43)
Estado y Cultura Política
"Llegan gentes
que se nombran a sí mismas "representantes" del
pueblo y se recomiendan como tales. Pero no quieren
"servir al pueblo"; lo que quieren es
"servirse del pueblo" para fines propios, más o
menos sucios, entre los cuales la satisfacción de la
vanidad es el más inocente. Combaten a los poderes de la
tradición para ocupar su lugar. Combaten el orden del
estado porque impide su peculiar actividad. Combaten toda
clase de autoridad porque no quieren ser responsables ante
nadie y eluden por sí mismos toda responsabilidad.
Ninguna constitución contiene una instancia ante la cual
tengan que justificarse los partidos. Combaten, sobre
todo, la forma de cultura del Estado, lentamente crecida y
madurada, porque no la entrañan en sí, como la buena
sociedad, la society del siglo XVIII, la sienten, por lo
tanto, como una coerción, lo cual no es para el hombre de
cultura. De este modo nace la "democracia" del
siglo, que no es forma, sino ausencia de forma en todo
sentido, como principio, y nacen el parlamento como
anarquía constitucional y la república como negación de
toda clase de autoridad". |