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FORRO DE GRANITO (En Grado de Magistral)
¿Se ha dado cuenta usted, amable lector, lo
bien que Dios ha hecho las cosas? Bueno, ya sé lo que me va a decir: algunas
cosas, Porque hay otras diversas que parecen ser la vera obra de mandinga en los
socavones salamanqueros. Ni más ni menos. Pero yo no me refería a ellas, sino a
las obras que mi abuela, que era catamarqueña, me enseñaba las había hecho Tata
Dios para los hombres. Por ejemplo: ¿ha visto estimado leyente que en estas
fértiles pampas la cosecha de nabos nunca se acaba? Crecen así nomás, como las
ortigas entre los yuyales, y ni regarlos se necesita. Por lo que digo, sin
hesitación, que la industria del nabo y la ortiga debería ser nacional.
Uno de estos nabos, aunque pueda existir alguna
ortiga, salieron a decir no ha mucho, por separado y en conjunto, que la actual
Ministra de Economía Misia Felisa Miceli había hecho una pasantía con
José Alfredo Martínez de Hoz en la era Procezoica. Esta no es más que una
injuria para denostarla. Como aquella desaprensiva de apodarla La Gioconda,
porque está pintada y se vive riendo, aunque nadie sabe por qué, cuando lo que
tiene entre manos es para llorar. Es que en este país no pueden ver a una mujer
feliz. Y Felisa, como su nombre lo indica, es feliz y moderna además.
Esta no es nada más que una infamia. Felisa
Miceli fue empleada de Martínez de Hoz, que es bien distinto. Si señor:
desde el glorioso 1976 hasta 1979, en que ya se sentía olor a la pata del
caballo de Namuncurá después del segundo malón. Y nada menos que como Jefe de
Departamento en el Area de Presupuestos Provinciales, dependiente de la
Dirección de Programación Presupuestaria de Hacienda.
Más luego, harta de irse a la cama con un
matecocido y el ruido de tripas, ingresó a la actual administración de la mano
de Lavagna, mucho después de que a este docto se lo pescara con el asunto de la
vasija vinaria en la Bodega Giol, acompañando la gestión de Antonio Caffiero que
puso el moño llevándose el piano de cola de la Casa de Gobierno de Mendoza. Pero
como Antonio es un hombre honesto lo devolvió. En cuanto a los maravedíes de la
vasija vinaria, la Justicia determinó que se los llevó el viento Zonda. Un aire
fulero que sopla allí y caliente como bombilla de lata.
Por eso, para subsanar esta injusticia, la
Academia Nacional del Condón, le otorgó este Forro de Granito. Y aunque con él
no pueda enjugar sus lágrimas, le vendrá bien su dureza para ponérselo en la
cara y seguir tirando.
Este galardón sirve también para acallar a los
fachos que dicen que Martínez de Hoz, Lavagna y la Miceli constituyen una
trinidad, que si bien no es divina, por lo menos es palpable y no como la de los
curas que nadie la vio. Y que siendo tres, es una sola, que vive y reina hasta
que no se pueda cultivar un rabanito en este suelo que supo tener hombres
insignes y mujeres piadosas en la Santa Fe. Lo mismo que la otra barbaridad que
andan diciendo, que el 3 a 1 de Lavagna y la Miceli es lo mismo que el 1 a 1 de
Cavallo, el cófrade de los Divides: Mulford y Rockefeller, los amigos de
Argentina. Así como cuentan que el 1 a 1 de Cavallo y Menem no es otra cosa que
una versión de la Tablita de don José Alfredo. ¡Cómo miente la gente
cuando dice la verdad!
Ahora digo: ¿dónde está el Cogote Bonasso que
no deja pasar una? ¿Dónde se metió Vertvitski que fuera otrora Gran Komisario?
¿Ande se fue el tortillero de D’Elía, acaso a buscar entre piqueteros un
choripán que a él tanto le gustan? ¿Y los jóvenes KK? ¿Y los chicos de la FUBA?
¿Y la Bonafini, no ha puesto el grito en el cielo por sus MacDonalds? Y Lilita
Carrió, con su cinturita de megaterio embarazado y sus razonamientos de Mafalda
después de la gripe, ¿dónde está? ¿Qué se hizo de aquellos periodistas que
inventaban hasta treinta sofismas y sanatas por minuto? ¡Ah, qué maravillas
Sancho, qué maravillas! Y la matusalénica Carlotto: ¿no piensa iluminarnos más
con su enjundiosa catarata de frases hechas? Y Lucifer que no interviene, ¿acaso
de tanto calor se tomó las vacaciones de invierno? No, no y no: se fue a
Misiones. Me han dicho que con Néstor no puede porque le da mucho trabajo. Los
dos están por formar una Sociedad de Irresponsabilidad Ilimitada en Cangallo
1242. Allí golpean las velas todas las noches, con mandil, mallete, escuadra y
compás.
No. Así no. Sin estas presencias paradigmáticas
que defiendan a nuestros felpudos, esta involución que estamos haciendo como lo
quiso Videla, nuestro Padre Fundador y el Mejor Empleado de la Patronal, nunca,
jamás de los jamasejes, vamos a alcanzar la Argentina del Neolítico que
añoramos. Jamás.
Ahora dígame el lector si la Felisa no se
merece esta cucarda que podrá lucir en la Sociedad Rural de Bergamino.
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