FORRO PLATEADO (En calidad de Maestro Perfecto)
Este galardón, en verdad, el añorado
de todos, soñado por muchos y pretendido por iguales cantidades, fue concedido
por un despeñadero incontenible de sufragios al obeso y barbado Fray Antonio
Pugjané (pieza excelsa en los reportajes de Misia Mona Moncalvillo, actual
Directora de Radio Nacional, en la Revista Humor
bajo la atenta batuta del gramsciano Cognini).
Es conocida la participación
decidida, tanto moral como ideológica, de Fray Antonio (porque la participación
material fue aportada por Coti Nosiglia y su Presidente, Alfonsín, alias Servilleta), en el desalmado asalto
al cuartel de La Tablada, enancado en una organización marxista cuyos hombres y
nombres parecen una ensalada jardinera de repollo y perejil.
Al susurro de “Amaos
los unos a los otros como yo los estoy amando”, hizo su ingreso al
Regimiento disparando una ametralladora antiaérea calibre .50, con la intención
de que, a 950 m/seg, sus bendiciones le llegasen a los corderos.
Pero todo esto, amigable lector, no
debe ser más que una mentira o bien que no fue como dicen los fachos militares.
Porque, por una parte, Fray Antonio goza de toda la libertad y anda lo más
pancho por estas pampas hirsutas. Y, por el otro, de la respetabilidad mundana
que le dan los medios en manos del trotzkismo decididamente irredento y de un
embozado apoyo gubernamental.
Lo grandioso de este pastor de almas
es que ni los años de prisión lo han hecho desistir de sus crímenes y redimir
su cruenta apostasía. Muy por el contrario. No ha perdido ocasión de ratificar
su más turbada ideología, llegando a solidarizarse con las exhibiciones
blasfemas y sacrílegas del desdichado valetudinario León Ferrari en la
Recoleta, con auspicios de la Municipalidad de Buenos Aires y la defensa airada
del tilingo palangana Ibarrita Cromañón. Así les fue en conjunto y por
separado. Más lo que se les viene sin asco en los tribunales con una causa ya
perdida.
Bueno: después de todo, dirá el
lector, lo de Fray Antonio no es más que un caso de abdicación sacerdotal.
Pero, si es así, ¿por qué se aloja en una institución católica, puede dar
misa, administrar sacramentos y repartir bendiciones? La pregunta es fascista,
pero tiene sus respuestas. Para eso están las huestes democacacráticas: para
responder.
Se aloja allí porque a tres cuadras
vive el escuálido loro que se lo banca como novio pero que, aunque parece un
loro muerto a escobazos, sus habilidades ha de tener y lo tiene metejoneado al
freire; y la autoridad eclesial, siempre piadosa, no quiere que gaste en
desplazamientos ni en el prosaico manducar.
Y también talla la mano de su amigo,
según Puigjané, el Cardenal Jorge Berga Goglio que ha intercedido para que el
fraile la pase requetebién, según nos lo cuenta él mismo y, si no, fíjense
en el siguiente fragmento:
“…
yo me quedo con lo que Jorge es ahora, con el tipo maravilloso y humilde
que conozco y al que considero mi amigo. Cuando estaba en la cárcel, era
el único que mantenía contacto conmigo y le hacía llegar mis cartas a
Quarracino. Raro, ¿no? Y cuando salí, gracias a Jorge, obtuve nuevamente el
permiso para dar Misa, que mi congregación me había quitado. Y eso para mí, y
para cualquier sacerdote, es como el aire que respiro. Me viene a visitar
siempre, me abraza, me tutea y me pide que rece por él, que le hacía falta. Yo
estoy infinitamente agradecido por su ayuda (Cfr. Olga Wornat, que se dice
judía y declarada enemiga de la Santa Fe Católica, Nuestra
Santa Madre. Historia pública y privada de la Iglesia Católica Argentina,
Cap. 12. Ed. Vergara 2002).
Dado el tiempo transcurrido, desde la
aparición de este panfleto con forma de libro, sin que el Cardenal Berga Goglio
nos diese un desmentido, debemos suponer que ni Puigjané ni la Wornat nos han
mentido. O, en su defecto, y por ejemplo, que Berga Goglio diga una misa en La
Tablada por todos, militares y policías, muertos por su amigo el fraile. ¡Con
esto quedaríamos re chochos!
También Puigjané ha fundado (en el
2001) una agrupación llamada Opción
Preferencial Por los Pobres, cuyo referente actual es el Padre Eduardo de la
Serna, sobrino carnal del Che Guevara y medio judío como él, con frondosos
antecedentes castrocomunistas (se ve que es una cuestión de familia). Según
las propias fuentes de esta organización cuentan al día de la fecha con: 142
sacerdotes adictos (le pregunto lector: ¿estará el cura de su parroquia?) y
500 adeptos entre monjas y laicos (pobrecitas las monjitas se pusieron a la
cabeza del reclutamiento; ellas quieren ser Obispas).
Por debajo de de la Serna, en los
ratos que le deja libre la Hebraica y
el rabino le da permiso, delega las funciones en
los Padrecitos Marcelo Ciamarella y el jesuita Marcos Alemán. Dos
comunistas terribles que ya quisieran tenerlos Altamira en el Partido Obrero y
Degennaro en San Nicolás.
En el interior del país, el núcleo
matriz se encuentra en el Obispado de Quilmes, al que pertenecen de la Serna y
Ciamarella. Pero en la Capital lo tienen al Padrecito Bernardo Hughes,
pasionista, propulsor, con la completa ayuda y apoyo del Cardenal Primado y
Arzobispo de Buenos Aires Berga Goglio, de los reiterados vejámenes a la
Parroquia de La Santa Cruz, convertida en epicentro de ruidosas celebraciones
marxistas y de ferviente adhesión al Presidente Kirchner y a su elenco
turiferario.
El Padrecito Hughes ha participado
del Foro Mundial Social, desde la
reunión del Foro de Porto Alegre en
el 2002 junto con algunos laicos de su parroquia de La Santa Cruz. En el 2003
paso a integrar la organización Grito de
los Excluidos, marxista ciento por cien. Además es colaborador de Página/12
que le hace llegar unas rupias para su logística, y se lo ha visto, más de una
vez, apoyando a los abortistas y a
columnas infernales de p--os
recalcitrantes.
Otro integrante de esta cáfila es el
Padrecito Mariani, con un alias en el prontuario de Quito
(ex Acción Católica de Córdoba la Heroica de 1955). Quito es autor de Sin Tapujos,
donde nos cuenta que un jovencito homosexual, estudiante portugués, le fue a
pedir ayuda espiritual, porque tenía un vacío que quería rellenar. Y Quito,
el curita, de puro piadoso, terminó rellenándole el vacío, bajo el precepto
de que hay que apoyar al prójimo. ¡Cómo la organización no se va a
llamar el Grito… etc.!
Piense un segundo el lector lo que es
un Monseñor Baseotto en esta jungla de caníbales. ¡Palo y a la bolsa con él
y sin asco!
Y digo yo, siempre despistado, sería
mucho pedir que Monseñor Berga Goglio dijera públicamente si las actividades
de estos herejes y agentes del marxismo gozan
de su beneplácito, o si se trata de un grupúsculo de mentecatos enfermizos. Y
si fuese así, ¿podría nuestro Cardenal Primado Berga Goglio prohibir la
perpetuas profanaciones de parroquias palotinas y pasionistas, cuyo cuidado le
compete a su jurisdicción?
¿Se da cuenta el lector por qué al
Padre Puigjané se le ha otorgado el Forro Plateado en calidad de Maestro
Perfecto? Bien merecido se lo tiene.
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NOTA QUE EL LECTOR, SI QUIERE, PUEDE DESHECHAR
El apellido del Padrecito Bernardo Hughes, mano derecha de Puigjané, me
trajo algunos recuerdos que son los que siguen.
Primeramente digo que en la actualidad la masonería argentina sigue en
sus trabajos las orientaciones de la Gran
Logia Unida de Inglaterra de los antiguos masones, libres y aceptados (pero
que ellos la llaman, de puro devotos y elegantes que son, United
Grand Lodge of ancient, free and accepted masons of England), cuya amistad,
ahora sesquicentenaria, fue firmada en 1856 y luego ratificada en 1860 en el Tratado
de Paz y Amistad (aunque nunca estuvieron en guerra ni peleados).
Este tratado fue suscripto por el Venerable Maestro de la Logia
Excelsior, Federico Hughes, Roque Pérez y Mariano Billinghurst por el Gran
Oriente Argentino y permanece actualmente con todo vigor. Así lo dio a entender
el Gran Maestre Horacio Hale, al poner a James Williams Sharpes como nuevo Gran
Maestre de las 26 logias inglesas instaladas en Argentina y dependientes
directamente de Inglaterra (es decir: del Duque de Edimburgo, esposo de la Reina
Isabel, iniciado en la Real Logia de la Marina Británica en 1952, por ser el
jefe nato de la masonería inglesa y depender ésta de la Familia Real por
centurias). Sobre esto, y al día de la fecha, nadie a dicho nada en contrario.
Ni siquiera durante Malvinas, sabiéndose perfectamente que estas logias británicas
ejercen un constante espionaje a través de sus sectarios y de infiltrados en la
Iglesia Anglicana, la British Community Council, el Dun y la Breadstreet Company
y la Banca Inglesa que financia y fiscaliza las empresas.
Don Federico Hughes tuvo un hijito al que llamó Federico Roberto (1867
– 1949), que fue ingeniero ferrocarrilero, resultando ser un masón de fuste
como él, e iniciado el 26 de agosto de 1891 en la antigua Logia Southern Cross
Nro. 1740, inglesa hasta el caracú, que funcionaba en la calle Corrientes 38 de
la ciudad de Córdoba.
Federico Roberto es el bisabuelo de este Padrecito. Una familia donde
todos son Federicos menos él que lleva por nombre Bernardo. De manera que ya
sabemos: el Padrecito Bernardo desciende de una familia fiel a la Corona de
S.M.B., en donde hasta su tatarabuelo fue masón, pero él no. Se hizo sacerdote
amigo de Puigjané y amante de los pobres y excluidos. No diga el lector
que esta no es una maravilla. Así es esta gente de buena.
Seguidamente le recuerdo al lector que en cierto período de tiempo la
masonería argentina se puede semejar a una mesa sostenida por cuatro patas o
bastiones. Una pata estaba en Rosario (logias Light of the South y Alexandra,
con domicilio en Laprida 1019 de Rosario), la otra en la Capital Federal (logias
Star of South, Trevor Mold, United Gauges, Old Georgian, Emulation, etc., con
templo en Cochabamba 223), la tercera en la Boca (siete Logias, un periódico y
una escuela dependientes de la Logia Alianza, llegándose a realizar procesiones
masónicas, únicas en toda la Argentina), y la última en Quilmes (de gran
virulencia por lo dogmática: “nadie pasa por aquí, que no haya pasado por
Quilmas”, ¿será cierto?). Sí, aunque usted no lo crea. La logia de Quilmes
es una de las 26 logias británicas y se mueve desde Rivadavia 421 de esa
ciudad. El Comité de Caridad de todas éstas actuaba en 25 de mayo 316 de
Capital Federal.
Y da la casualidad que es en el Obispado de Quilmas donde está la
Parroquia de La Santa Cruz, uno de los epicentros de esta movida de los
Padrecitos Ciamarella y de la Serna, que a su vez están a un tranco del
Padrecito Hughes en Capital Federal. ¿Estos curitas serán todos masones? ¡Oh!
Pero mire: no me haga caso lector.
Estas son todas puras coincidencias. Pamplinas, nada más. Seguramente cosas de
fachos que el país no ha terminado de exterminar
kkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk
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