En la noche de anoche, vide en el programejo de Don Mariano
Grondona, más ecuménico y kantiano que de costumbre, a un cura que
es el encargado de la Mesa del Diálogo Interreligioso de la
Pastoral Social de la Iglesia[1].
Lamentablemente no recuerdo su nombre porque lo dijeron una sola
vez y me tomó con la guardia baja.
Entre la catarata de frases hechas y gansadas que dijo el
religioso, me quedó una repiqueteando en mi maltrecho cerebro que
dice así: “En toda la Historia la unión de la Cruz y la Espada
terminó mal. A los hechos de la Historia me remito. Por eso hoy
digo que en nuestra modernidad la Cruz y la espada deben marchar
separadas y no juntarse nunca más.” Mientras el fraile
eructaba estos conceptos, con aroma a repollitos de bruselas, el
rabino Bergman y un islámico de nombre Abud, asentían con la
cabeza. ¡Qué lindo, mire vea: tener delante de uno a un
descendiente de los asesinos de Cristo y a un descendiente del más
encarnizado enemigo que Cristo haya tenido en todos los tiempos!
Diga el lector desprevenido si no es una frase como para tenerla
de cabecera. Por eso ya hice imprimir mil ejemplares en tiras
autoadhesivas de papel rosado que pegaré en todos los retretes de
las estaciones de servicio donde pare para hacer aguas menores. No
es para menos, viniendo como viene de un hombre que está en el
costillar más tierno de Monseñor Bergagoglio. Y si alguno de
ustedes encuentra en un baño público esta cinta adherida a los
azulejos podrá decir con toda justicia: “Por aquí anduvo el
demente”, como hace poco me ha titulado un amable lector.
Pero como este cura sabe poco de nada, está prefabricado y vaya
saber de qué cámara séptica lo pescaron, le recordaré algunas
palabras de Cristo, que era el que antiguamente iluminaba la Santa
Religión de la Santa Fe, y de sus Santos Apóstoles.
-
El que no tenga bolsa venda su manto y compre una
espada (Lc. 22,36).
-
No he venido al mundo a traer la paz sino la
espada (Mt. 10,34).
-
Tomad (…) la
espada del espíritu que es la palabra de Dios (Ef.
6,17).
-
La palabra de Dios es viva, eficaz y tajante más
que una espada de dos filos (Hebr.
4,12).
-
Cambia de conducta o si no, voy a venir contra ti
prontamente y haré la guerra contra ellos con la espada de mi
escotadura (Ap. 2,10).
-
Y fue apresada la bestia y con ella el
pseudoprofeta (…) y vivos fueron echados al lago de fuego que
está ardiendo con azufre, y los restantes fueron muertos con la
espada del que cabalgaba sobre el caballo
(Ap. 19, 19-20).
Desde luego que hay más. Pero para este cura zaino creo que es
suficiente. Para sus amiguitos en el diálogo también. Como lo será
para don Mariano y los dos agnósticos que tiene sentados a diestra
y siniestra: judío el uno y medio puto el otro.
Mustafá
Be bed el Novi
Cristiano Fundamentalista
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