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LA TERCERA VÍA
Juan Pampero


He aquí la Tercera Vía: ella nos llevará inexorablemente al apeadero
El Carajo, que no dista mucho de donde ya estamos aguaitando. 

Recuerden siempre camaradas: para razón alcanzar, tres cosas son menester; lo primero es tenerla, la segunda darla a entender, y la tercera que se la quieran dar. Y como la tengo aquí doyla a entender; falta ahora que ustedes me la quieran dar.

   Adentrado en el contexto purulento de la Religión Democacacrática, el Nuevo Orden Mundial ha elaborado una Doctrina para el Siglo XXI, la que, gracias a la pléyade de sirvientes incondicionales que tienen diseminados en cada rincón del Mundo, veo que se irradia como bálsamo planetario. Y muy especialmente en países aporreados y semi-destruidos por sus dirigentes inservibles, con miligramos de fe y vestigios de esperanza, como son los Hispanoamericanos.

   Esta Doctrina ha nacido en las usinas ideológicas de los Bancos de Cerebros (Think Tanks), que tienen organizaciones privadas como el CFR (Council on Foreing Relations) norteamericano, la RIIA (Royal Institute of Internacional Affairs) inglesa, y las cientos de sociedades y ateneos menores que de ellas dependen, esparcidos por cada región que ellos han de estragar puntualmente y sin misericordia, y atendidos por los propios aborígenes que son empleados leales y constantes[1].

   Ella, la Doctrina, ha sido promovida por la Internacional Socialdemócrata que hoy goza de muy buena salud, tras la auto-inmolación de la Tercera Internacional marxista-leninista por la desaparición de la Unión Soviética, y haber aceptado la Cuarta Internacional trotskista que jamás habrá de tomar el poder en ningún país. Dios los oiga entonces y los mantenga en una tinaja de buena y segura tapa, llena de excretas y orines. Esta no es una maldad: ellos regresan al lugar de donde nunca debieron haber salido. Aseguran sin embargo los trotskistas que seguirán predicando eternamente la revolución permanente, que ayudará, como quien dice, a preparar el terreno, para las consignas que vayan pariendo los del Nuevo Orden Mundial. Es decir, en lugar de aplicar las enseñanzas del perimido y asesino sin abuela que fue León Trotsky (el judío Lev Davidovich Bronstein), emplearán las de Antonio Gramsci, mucho más corrosivo, sutil y perverso.

   Esta doctrina socialdemócrata ha sido bautizada por sus factores como la Tercera Vía, por el carácter revolucionario de sus intelectuales reunidos en la Cuna de la Libertad, de donde todos los libertadores han salido y a donde todos vuelven hechos unos héroes listos para el bronce y el mármol estatuario: Incalaperra. Es en Londres donde se reúnen estos depredadores, en una entidad llamada London School of Economics. Allí está, entre otros turiferarios, su mentor y guía espiritual: Anthony Giddens, un Caballero de Su Majestad.

   Algunos peronistas, la mayoría pícaros y otros más, ladinos confesos, pero cuatreros todos, han pretendido y pretenden confundir la Tercera Vía socialdemócrata con la Tercera Posición esgrimida por el General Perón. No. No hay nada más opuesto que estas dos tesis. Más aún: la una es la antítesis de la otra.

   La Tercera Posición abordada por el NacionalJusticialismo hace más de cincuenta años, propone una cosmovisión diferente y no subordinada al capitalismo usurario anglo-norteamericano (encarnado entonces por Isabel II de Incalaperra y el hebreo Truman), ni al marxismo soviético corporizado en José Stalin (el circunciso José Visarionovich Chugachvili), lo cual quedaba magistralmente registrado en aquel grito simplista pero doctrinariamente muy claro: ¡Ni yanquis, ni marxistas! Con esta consigna marchamos desde la CGT, pasando por la Casa Rosada y la Catedral Metropolitana, hasta la Chacarita, llevando a pulso el féretro de José Ignacio Rucci, asesinado por el ERP 22 de Agosto y Montoneros, el 26 de agosto de 1973.

   No vI en aquella lluviosa mañana, tal vez por tener los ojos tapados por las lágrimas, a ninguno de los que hoy se rasgan las vestiduras por la lucha contra la subversión, sea de un lado o del otro, defendiendo esta o aquella postura, cruzándose acusaciones y contándose las costillas. A la hora de dar testimonio, no estuvieron. Eso es suficiente.

   En cambio la Tercera Vía promueve un alineamiento disciplinado e irrestricto a las estructuras de Poder del Nuevo Orden Mundial. Es, en verdad, una ideología hecha a medida para el Siglo XXI  y cuenta hoy, entre sus máximos representantes, a los españoles Felipe González y José Rodríguez Zapatero (con la bendición del Borbón, anglófilo, como todo buen Borbón); a los alemanes Gerhard Schoeder y Joskcha Fischer; a los norteamericanos Bil Clinton y John Kerry; al británico Tony Blair (con la bendición de doña Isabel y de su marido, el Príncipe de Edimburgo, jefe indiscutido de la Masonería Internacional); al brasileño Lula da Silva (terrible precurso y dogmático); al chileno Ricardo Lagos y a su ex alumna y sucesora Michelle Bachelet;  y  a los argentinos Raúl Alfonsín, Eduardo Duhalde, Carlos Menem y Néstor Kirchner (es decir los últimos presidentes del Proceso de Reorganización Nacional).

   Para comprender mejor la estructura tripartita de la Tercera Vía, tal como nos  lo dice su nombre, damos a conocer los tres componentes principales que pueden resumirse así:

-          En lo Social y Cultural: es visiblemente de izquierda, no proletaria, ni sufrida ni cascoteada, es una zurda paqueta o caviar, como les llama un amigo; con buenos sueldos que sufraga el erario público, nivel Recoleta, Barrio Norte, Lomas de San Isidro, los shoppings, buenos negocios y automóviles que parecen platos voladores; es atea; anti-religiosa (porque la vida religiosa es para ellos un cargo de conciencia), anti-militar a muerte (porque el soldado es su antítesis y en el fondo siempre peligroso); anti-tradición (porque el tradicionalista es retardatario); pro-gay (los perversos son su tropa de choque); pro-aborto y, en general pro-Cultura de la Muerte y sobre todo modernista (que es la endemia que afecta a los tilingos y azotacalles). En Argentina son defensores acérrimos de cualquier terrorista, con la única condición de que sea de izquierda (de esta manera el delincuente subversivo sabe que tiene una cobertura jurídica y una logística que lo apoyará en todo momento por más comisaría que haya incendiado o policía que haya asesinado). A quienes se opongan a esta corriente se los llama genéricamente fachos, sean del pelo que fueren.

-          En lo Político: es sumisamente de centro (usan la división geométrica de la política que empleaban los del neolítico inferior: izquierdas y derechas); respetuosa al máximo de las estructuras del Poder Imperial (una cosa es el discurso para la gilería y otras cosas son los hechos con el Poder); es absolutamente democacacrática y defensora a ultranza del status quo; son vehementemente pro Historia Oficial (para eso tienen sus escritores que ahora no falsifican la Historia como los mitristas: la han hecho ligth de muy bajas calorías); tienen juntamente con sus historiadores una buena sarta de explicadores, que son los que demuestran que los eternos enemigos de la Patria, allá en el fondo, no fueron tan malos y de ellos, siempre, se puede sacar algo positivo, como por ejemplo no andar con tanta plata en los bolsillos, que se rompen y es una jodienda. O bien que, sobre tal o cual cuestión, en el fondo la culpa es del pueblo, manga de negros de mierda. Aunque es el Pueblo, justamente, el que no delibera ni gobierna dentro del Régimen Perverso y el que paga los platos rotos.

-          En lo Económico-Financiero: es discreta pero inconmoviblemente de derecha; respeta a rajatabla las reglas de juego impuestas por la Patronal en el sistema financiero dependiente de la usura internacional (alguien tiene que pagar las guerras del Estado de Israel, cuyas Fuerzas Armadas son el tercer presupuesto del Planeta); coloca en el Banco Central y en forma sistemática a hombres vinculados con las finanzas internacionales a las que les paga puntualmente.

   Después de hacer este análisis doctrinal no cabe ninguna duda que Néstor Kirchner está alineado, como ya lo dije antes, con la Tercera Vía que inexorablemente nos llevará al Apeadero El Carajo de donde es posible no volvamos más. Pero eso sí: con libertad para elegir nuestros verdugos y con democacacracia para discernir cuál Tartufo es el mejor en el papel que le asignó Molière. ¿Para que quiero yo libertad de prensa si no tengo un peso para comprar el diario? ¿Para qué quiero estar sano si al salir del Hospital no tengo qué comer? ¿Para que, en fin, quieren que sepa leer y escribir si no me dejan expresar ni puedo comprarme un libro cachiliento, porque los políticos, la Nueva Oligarquía y sus sirvientes, los periodistas, tienen la palabra?

   Las actividades sociales y culturales del señor Presidente, como sus predecesores, están firmemente alineadas con la izquierda progre, como su Ministro de Salud, Ginés González García (ex Proceso, repartidor de condones y abortero de ley), el impresentable Alberto Fernández (ex lugarteniente de Cavallo), Felisa Micelli (ex Proceso, empleada de Martínez de Hoz), su consejera y madre putativa Hebe de Bonafini (subversiva por vocación), la Carlotto y su Ministra de Defenda,  Nilda Garré, ayer terrorista integrante de la Compañía de Monte Rosa Jiménez, hoy firmemente afianzada con organizaciones vinculadas a la globalización (donde el presidente Chávez de Venezuela le hizo de puente), para llevar contra el Pueblo otro tipo de terrorismo.

   En el plano político, una mísera seña, una mueca insignificante, un dedo que se le mueva a George Bush, es suficiente para que el señor Presidente se haga presente en la Casa Blanca, lengua afuera y con su andar de jirafa desnutrida, mientras Cristina se despanzurra un shopping. En lo financiero ha dejado que el canalla Lavagna endeude el país de manera inviable, hipotecando el futuro nacional hasta nuestros choznos. El Retorcido señor Presidente ha tenido todo el poder, los documentos a la mano y la voluntad popular para investigar a fondo la ilegitimidad de la deuda externa. Sin embargo no lo hizo. ¿Para qué? Si ante cualquier duda la culpa la tuvo el Proceso, aunque al fin y al cabo él le deba su presidencia. ¿O no es así Nestitor? Mirá: si lo sacamos a Videla, si lo borramos a Alfonsín, si suprimimos a Menem y negamos a de la Rúa, ¿dónde estarías tú, Nestitor, cloacalmente hablando?

   La deuda externa Nestitor no se puede investigar, porque si lo haces estás pateando el tablero. Y un buen socialdemócrata jamás haría eso. Porque además duraría en su cargo menos que una batata en la boca de un chancho. O bien podría salirte un militar “patriota” como los que tiene Bendini, darte un golpe, ponerte en la gallola, investigarte, que sería tu fin, para luego ordenar que en nombre de la Patria no se investigue más la deuda externa para pacificar a los argentinos y sobre el pucho ordenarle al Ministro de Economía pague la deuda sea como fuere. Seguidamente tomaría un avión para ir a verlo a Bush y decirle: Jefe, aquí no ha pasado nada y en prueba de ello le regalo Tierra del Fuego (que es una bicoca, porque estos han regalado la Patria).

   Hoy como ayer: NI YANQUIS NI MARXISTAS

   TEMAS AFINES

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