Adentrado en el
contexto purulento de la Religión Democacacrática, el Nuevo
Orden Mundial ha elaborado una Doctrina para el Siglo XXI, la
que, gracias a la pléyade de sirvientes incondicionales que tienen
diseminados en cada rincón del Mundo, veo que se irradia como bálsamo
planetario. Y muy especialmente en países aporreados y semi-destruidos
por sus dirigentes inservibles, con miligramos de fe y vestigios de
esperanza, como son los Hispanoamericanos.
Esta Doctrina
ha nacido en las usinas ideológicas de los Bancos de Cerebros (Think
Tanks), que tienen organizaciones privadas como el CFR (Council
on Foreing Relations) norteamericano, la RIIA (Royal Institute of
Internacional Affairs) inglesa, y las cientos de sociedades y
ateneos menores que de ellas dependen, esparcidos por cada región que
ellos han de estragar puntualmente y sin misericordia, y atendidos por
los propios aborígenes que son empleados leales y constantes[1].
Ella, la Doctrina,
ha sido promovida por la Internacional Socialdemócrata que hoy
goza de muy buena salud, tras la auto-inmolación de la Tercera
Internacional marxista-leninista por la desaparición de la Unión
Soviética, y haber aceptado la Cuarta Internacional trotskista
que jamás habrá de tomar el poder en ningún país. Dios los oiga
entonces y los mantenga en una tinaja de buena y segura tapa, llena de
excretas y orines. Esta no es una maldad: ellos regresan al lugar de
donde nunca debieron haber salido. Aseguran sin embargo los trotskistas
que seguirán predicando eternamente la revolución permanente,
que ayudará, como quien dice, a preparar el terreno, para las
consignas que vayan pariendo los del Nuevo Orden Mundial. Es decir, en
lugar de aplicar las enseñanzas del perimido y asesino sin abuela que
fue León Trotsky (el judío Lev Davidovich Bronstein), emplearán las de
Antonio Gramsci, mucho más corrosivo, sutil y perverso.
Esta doctrina
socialdemócrata ha sido bautizada por sus factores como la
Tercera Vía, por el carácter revolucionario de sus intelectuales
reunidos en la Cuna
de la Libertad,
de donde todos los libertadores han salido y a donde todos vuelven
hechos unos héroes listos para el bronce y el mármol estatuario:
Incalaperra. Es en Londres donde se reúnen estos depredadores, en una
entidad llamada London School of Economics. Allí está, entre
otros turiferarios, su mentor y guía espiritual: Anthony Giddens, un
Caballero de Su Majestad.
Algunos peronistas,
la mayoría pícaros y otros más, ladinos confesos, pero cuatreros todos,
han pretendido y pretenden confundir la Tercera Vía
socialdemócrata con la Tercera Posición esgrimida por el General
Perón. No. No hay nada más opuesto que estas dos tesis. Más aún: la una
es la antítesis de la otra.
La Tercera
Posición abordada por el NacionalJusticialismo hace más de
cincuenta años, propone una cosmovisión diferente y no subordinada al
capitalismo usurario anglo-norteamericano (encarnado entonces por
Isabel II de Incalaperra y el hebreo Truman), ni al marxismo
soviético corporizado en José Stalin (el circunciso José
Visarionovich Chugachvili), lo cual quedaba magistralmente registrado en
aquel grito simplista pero doctrinariamente muy claro: ¡Ni yanquis,
ni marxistas! Con esta consigna marchamos desde la CGT, pasando por
la Casa Rosada y la Catedral Metropolitana, hasta la Chacarita, llevando
a pulso el féretro de José Ignacio Rucci, asesinado por el ERP 22 de
Agosto y Montoneros, el 26 de agosto de 1973.
No vI en aquella
lluviosa mañana, tal vez por tener los ojos tapados por las lágrimas, a
ninguno de los que hoy se rasgan las vestiduras por la lucha contra la
subversión, sea de un lado o del otro, defendiendo esta o aquella
postura, cruzándose acusaciones y contándose las costillas. A la hora de
dar testimonio, no estuvieron. Eso es suficiente.
En cambio la
Tercera Vía promueve un alineamiento disciplinado e irrestricto a
las estructuras de Poder del Nuevo Orden Mundial. Es, en verdad, una
ideología hecha a medida para el Siglo XXI y cuenta hoy, entre sus
máximos representantes, a los españoles Felipe González y José Rodríguez
Zapatero (con la bendición del Borbón, anglófilo, como todo buen
Borbón); a los alemanes Gerhard Schoeder y Joskcha Fischer; a los
norteamericanos Bil Clinton y John Kerry; al británico Tony Blair (con
la bendición de doña Isabel y de su marido, el Príncipe de Edimburgo,
jefe indiscutido de la Masonería Internacional); al brasileño Lula da
Silva (terrible precurso y dogmático); al chileno Ricardo Lagos y a su
ex alumna y sucesora Michelle Bachelet; y a los argentinos Raúl
Alfonsín, Eduardo Duhalde, Carlos Menem y Néstor Kirchner (es decir los
últimos presidentes del Proceso de Reorganización Nacional).
Para comprender
mejor la estructura tripartita de la Tercera Vía, tal como nos
lo dice su nombre, damos a conocer los tres componentes principales
que pueden resumirse así:
-
En lo
Social y Cultural:
es visiblemente de izquierda, no proletaria, ni sufrida ni
cascoteada, es una zurda paqueta o caviar, como les llama un amigo; con
buenos sueldos que sufraga el erario público, nivel Recoleta, Barrio
Norte, Lomas de San Isidro, los shoppings, buenos negocios y automóviles
que parecen platos voladores; es atea; anti-religiosa (porque la vida
religiosa es para ellos un cargo de conciencia), anti-militar a muerte
(porque el soldado es su antítesis y en el fondo siempre peligroso);
anti-tradición (porque el tradicionalista es retardatario); pro-gay (los
perversos son su tropa de choque); pro-aborto y, en general pro-Cultura
de la Muerte y sobre todo modernista (que es la endemia que
afecta a los tilingos y azotacalles). En Argentina son defensores
acérrimos de cualquier terrorista, con la única condición de que sea de
izquierda (de esta manera el delincuente subversivo sabe que tiene una
cobertura jurídica y una logística que lo apoyará en todo momento por
más comisaría que haya incendiado o policía que haya asesinado). A
quienes se opongan a esta corriente se los llama genéricamente fachos,
sean del pelo que fueren.
-
En lo
Político:
es sumisamente de centro (usan la división geométrica de la
política que empleaban los del neolítico inferior: izquierdas y
derechas); respetuosa al máximo de las estructuras del Poder Imperial
(una cosa es el discurso para la gilería y otras cosas son los hechos
con el Poder); es absolutamente democacacrática y defensora a ultranza
del status quo; son vehementemente pro Historia Oficial
(para eso tienen sus escritores que ahora no falsifican
la Historia
como los mitristas: la han hecho ligth de muy bajas calorías);
tienen juntamente con sus historiadores una buena sarta de
explicadores, que son los que demuestran que los eternos enemigos de
la Patria, allá en el fondo, no fueron tan malos y de ellos, siempre, se
puede sacar algo positivo, como por ejemplo no andar con tanta plata en
los bolsillos, que se rompen y es una jodienda. O bien que, sobre tal o
cual cuestión, en el fondo la culpa es del pueblo, manga de negros de
mierda. Aunque es el Pueblo, justamente, el que no delibera ni
gobierna dentro del Régimen Perverso y el que paga los platos rotos.
-
En lo
Económico-Financiero:
es discreta pero inconmoviblemente de derecha; respeta a
rajatabla las reglas de juego impuestas por la Patronal en el sistema
financiero dependiente de la usura internacional (alguien tiene que
pagar las guerras del Estado de Israel, cuyas Fuerzas Armadas son el
tercer presupuesto del Planeta); coloca en el Banco Central y en forma
sistemática a hombres vinculados con las finanzas internacionales a las
que les paga puntualmente.
Después de hacer
este análisis doctrinal no cabe ninguna duda que Néstor Kirchner está
alineado, como ya lo dije antes, con la Tercera Vía que
inexorablemente nos llevará al Apeadero El Carajo de donde es
posible no volvamos más. Pero eso sí: con libertad para elegir nuestros
verdugos y con democacacracia para discernir cuál Tartufo es el mejor en
el papel que le asignó Molière. ¿Para que quiero yo libertad de prensa
si no tengo un peso para comprar el diario? ¿Para qué quiero estar sano
si al salir del Hospital no tengo qué comer? ¿Para que, en fin, quieren
que sepa leer y escribir si no me dejan expresar ni puedo comprarme un
libro cachiliento, porque los políticos, la Nueva Oligarquía y sus
sirvientes, los periodistas, tienen la palabra?
Las actividades
sociales y culturales del señor Presidente, como sus predecesores, están
firmemente alineadas con la izquierda progre, como su Ministro de
Salud, Ginés González García (ex Proceso, repartidor de condones y
abortero de ley), el impresentable Alberto Fernández (ex lugarteniente
de Cavallo), Felisa Micelli (ex Proceso, empleada de Martínez de Hoz),
su consejera y madre putativa Hebe de Bonafini (subversiva por
vocación), la Carlotto y su Ministra de Defenda, Nilda Garré, ayer
terrorista integrante de la Compañía de Monte Rosa Jiménez, hoy
firmemente afianzada con organizaciones vinculadas a la globalización
(donde el presidente Chávez de Venezuela le hizo de puente), para llevar
contra el Pueblo otro tipo de terrorismo.
En el plano
político, una mísera seña, una mueca insignificante, un dedo que se le
mueva a George Bush, es suficiente para que el señor Presidente se haga
presente en la Casa Blanca, lengua afuera y con su andar de jirafa
desnutrida, mientras Cristina se despanzurra un shopping. En lo
financiero ha dejado que el canalla Lavagna endeude el país de manera
inviable, hipotecando el futuro nacional hasta nuestros choznos. El
Retorcido señor Presidente ha tenido todo el poder, los documentos a la
mano y la voluntad popular para investigar a fondo la ilegitimidad de la
deuda externa. Sin embargo no lo hizo. ¿Para qué? Si ante cualquier duda
la culpa la tuvo el Proceso, aunque al fin y al cabo él le deba su
presidencia. ¿O no es así Nestitor? Mirá: si lo sacamos a Videla, si lo
borramos a Alfonsín, si suprimimos a Menem y negamos a de la Rúa, ¿dónde
estarías tú, Nestitor, cloacalmente hablando?
La deuda externa
Nestitor no se puede investigar, porque si lo haces estás pateando el
tablero. Y un buen socialdemócrata jamás haría eso. Porque además
duraría en su cargo menos que una batata en la boca de un chancho.
O
bien podría salirte un militar “patriota” como los que tiene Bendini,
darte un golpe, ponerte en la gallola, investigarte, que sería tu fin,
para luego ordenar que en nombre de
la Patria no se
investigue más la deuda externa para pacificar a los argentinos y sobre
el pucho ordenarle al Ministro de Economía pague la deuda sea como
fuere.
Seguidamente tomaría un avión para ir a verlo a Bush y decirle: Jefe,
aquí no ha pasado nada y en prueba de ello le regalo Tierra del
Fuego (que es una bicoca, porque estos han regalado la Patria).
Hoy como ayer: NI
YANQUIS NI MARXISTAS
TEMAS AFINES
EL DOGMA DEMOCACÁTRICO
(Una bestia no prevista en el Apocalipsis)
DEMOCACACRACIA y ELECTORALISMO
Juan Pampero
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