La
Democracia que fue, recordémoslo, un modo entre otros, en que el
demos de los tiempos de Aristóteles y Platón designaban a sus
gobernantes, se nos presenta en el hoy, incierto y temerario, como una
suerte de religión o, por mejor decir, una religión de las religiones.
Y tiene de las religiones, tal cual las concebimos, la pretensión de
monopolizar la verdad, significándonos que fuera de ella está la
horrible nada. Y como todas las religiones, la democacacracia moderna,
tiene todos los elementos de cualquier religión. Los que son como sigue:
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Un paraíso:
los países democacacráticos y liberales ultramontanos,
con una legislación preponderantemente anglosajona y de ser posible,
dentro de ella, británica con su Graciosa Majestad Incluida.
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Un purgatorio:
que son las dictaduras de izquierda.
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Un infierno: las
dictaduras rebeldes y empecinadas de la derecha.
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Un Satanás:
que es el pasado gris y tenebroso de las naciones, que
otrora fueron el orgullo heroico de sus pueblos. No puede existir un
pueblo orgulloso de su pasado. No. No hay que vivir el presente, se debe
vivir el ¡ya!
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Los Santos:
son los que agradaron a la democacacracia en este mundo y
los que escribieron y escriben sofismas para confundir a los pueblos.
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Los profetas:
son los políticos que cada dos o cuatro años hacen los
anuncios de la Buena Nueva porque nos llegará un mesías elegido entre
ellos.
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Un nuevo Cielo: el
Progreso indefinido.
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Una nueva cultura:
la de la muerte: aborto, eutanasia, desnutrición
infantil, abandono a los ancianos, pobreza, violaciones, asesinatos.
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Los Evangelistas: son los
que elaboraron las doctrinas que se deben mantener inconmovibles a
través de los siglos: Adam Smith, Marx, Darwin, Voltaire, Locke, Diderot,
Rousseau, Montesquieu, Gramsci y Malthus, Lenín, Stalin, Samuelson, etc.
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Un Sanedrín:
es el Congreso de la Nación y las Legislaturas provinciales, encargados
de crucificar sin asco y diariamente a los pueblos. Con o sin Caifás.
Para eso se les paga, tienen fueros y se rasgan las vestiduras de vez en
cuando.
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Un clero regular:
los intelectuales encargados de adaptar las tesis
marxistas a las sociedades liberales.
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Sus teólogos:
son los encargados de explicar lo que nadie se puede
explicar. Una buena democacacracia debe tener muchos, muchísimos
explicadores.
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Sus templos: son las sedes
de los partidos políticos donde se engendra y nace la Nueva Oligarquía:
Los Políticos.
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Una liturgia:
ir a los shoppings, a tomar un trago en Recoleta, cenar
en Puerto Madero, viajar a Europa, decir la mitad de las palabras en
inglés, vivir en un country paquete y tener un automóvil que parezca un
plato volador.
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Un clero secular:
los periodistas encargados de distribuir estas doctrinas
ideadas por los mentecatos del marxismo, siempre y cuando ellas estén
dentro del pack autorizado por el Gran Hermano.
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Oficios religiosos:
los grandes programas de televisión.
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Un Index:
que, en la práctica, resulta de aplicación tácita y por
el cual se prohíbe tomar conocimiento de cualquier obra cuya inspiración
fuera reprensible por el Gran Hermano. Este Index resulta admirablemente
eficaz bajo la forma de la conspiración del silencio mediático.
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Una Inquisición:
nadie tiene derecho a expresarse si no está en línea
recta con la religión democacacrática y, si con todo llegase a hacerlo,
pagará las consecuencias, unas veces con la muerte física y en otras con
la muerte civil.
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Una congregación para la propaganda de la fe:
que son las usinas de desinformación, encargadas de tergiversar la
verdad, decirla a medias o no decirla, que es mucho más práctico. Del
hecho más nimio deben existir por lo menos tres versiones. Se
autodenominan oficinas de comunicación o de relaciones
públicas.
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Indulgencias varias:
generalmente otorgadas a viejos comunistas, golpistas,
conocidos mentirosos, la canalla infame, terroristas de todos los
pelajes, asesinos y ladrones que, arrepentidos quieran prestar estos
servicios dentro de la religión. Siempre habrá un trabajito para ellos.
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Una legislación canónica:
con tribunales encargados de castigar (léase bien: castigar y
no sancionar) a quienquiera se atreva a poner en duda la
versión oficial de la historia. Para ello
habrá distinguidos periodistas, profesores y abogados que se encargarán
de re escribir la historia, de manera que la mentira tire unos 200 años
más.
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Monjes escribas:
son los encargados de deformar un hecho histórico,
sencillo en extremo, de manera que nadie lo pueda arreglar
históricamente, en el presente ni en el futuro, y quede la duda rondando
en la cabeza del pueblo. La prensa es la principal falsificadora de la
historia.
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Evangelizadores:
son tropas encargadas de evangelizar a los no
democacacráticos, por las buenas o por las malas, con palabras o a
sangre y fuego. Son ellos los que deben elegir el modo. Sea bombardeando
una ciudad indefensa, haciendo algún fusilamiento en un basural o
cañoneando alguna destilería.
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Un credo:
que son los Derechos del Hombre, sin que se nos hayan
dicho, paralelamente, cuáles son sus Deberes y Obligaciones.
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Un Rosario:
la Constitución Nacional la que se recitará diariamente
aunque todos saben que no sirve para nada y que por eso la violan
sistemáticamente.TEMAS AFINES
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