Sancionada que fue la Ley de
Educación Sexual, el nunca bien ponderado Ministro Filmus ha
pedido a la comunidad que hagan llegar sus propuestas e
inquietudes para ser incluidas, dentro de las futuras discusiones,
sobre la parte corricular de esta nueva asignatura. Por esta razón
se me han ocurrido las siguientes preguntas que hará el niño y el
adolescente y que deberían ser incluidos en tan importante
cátedra:
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¿Cómo se hace para ir a dormir
todas las noches con un mate cocido en el estómago?
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¿Qué gusto tendrá el pan, la
leche, el queso y la carne?
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¿Qué se debe hacer para que mis
hermanos no lloren de hambre por las noches?
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¿A quién habrá que pedir para que
mi papá tenga trabajo?
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¿Cómo debo hacer para que mi papá
se vista como el señor diputado que nos visitó el otro día en la
escuela?
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Cuando sea grande, ¿cuánto tendré
que trabajar para que mi mamá se vista como se viste la señora
del Presidente?
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¿Dónde debo ubicarme cuando mi
casa se llueve?
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¿Cómo se puede hacer para tener
más de un par de zapatillas por año?
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¿Cómo será comer carne dos veces
por semana?
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¿Me comprarán el año que viene
los anteojos porque ya no veo el pizarrón?
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¿Qué es lo que debe hacer cuando
a mediodía no hay qué comer en casa?
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¿Cómo se puede vivir en una casa
donde hay cuatro familias?
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¿Cuándo almorzaré con mis padres
y mis hermanos en mi casa y no en la escuela?
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¿Por qué mi madre llora todas las
noches?
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¿Por qué mi maestra hace huelgas
y no nos quiere dar clases?
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¿Por qué mi maestra dice que ella
tiene que trabajar un año para ganar lo que gana un diputado en
un mes?
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¿Por qué mi papá dice que los
políticos son una manga de hijos de puta y la maestra nos dice
que son la esencia, la flor, el perfume de la Democracia?
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¿Podré algún día tener un
juguete, una pelota, una bicicleta?
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¿Cómo será andar con ropa limpia
y nueva?
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¿Dejaremos algún día de salir a
golpear las puertas para que la gente nos de ropa usada?
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¿Cómo será bañarse una vez por
mes?
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¿Cómo se usa el jabón?
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¿Cómo será el gusto de una sopa
que no sea hecha con huesos que ya hirvieron tres veces?
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¿Cuándo podré tener mi gato sin
que se lo coman los vecinos?
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¿Cómo se puede hacer para no
andar descalzo todo el verano para ahorrar zapatillas?
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¿Cómo será dormir solo en una
cama y no con cuatro personas?
También me he enterado que el insigne
Ministro Filmus no sabe cómo hacer para asignarle la carga horaria
a esta nueva e importantísima cátedra, dado que el horario es
inelástico y no soporta una nueva asignatura. Yo le digo que se
ahoga en un vaso de agua y, sino, miren: le saco 1 hora a
Matemática; le tomo 1 hora a Física y otra a Química; le pido 1
hora a Geografía y le saco 1 a Historia. ¿Vieron? De un plumazo
señor Ministro le junté, tranquilo desde mi casa, ¡5 horas! ¡Qué
más quiere! Y la verdad: ¿para qué pretenden saber todas esas
porquerías los chicos? ¿Eh? ¿Para qué?
¿Acaso Sarmiento, niño prodigio, cuando tenía 14
años no estaba en primer grado? ¡Y llegó a Presidente! Y por más
que le digan que es una burra, ¿la diputada María José Lubertino,
no fue medalla de oro? ¡Y de la UCA! ¿Qué me dicen, eh? ¿Qué? Y
Ernesto Sábato, mientras hacía sus primeras correrías por el
Partido Comunista, ¿no escribió Yo y el cosmos, que es el
ferrocarril Mitre y el San Martín de contramano, y en 1943 el
Intendente de la Ciudad de Buenos Aires, le dio ¡un premio!
Entonces, la verdad: ¿para qué martirizamos a los niños?
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