Quinta Los Colorados del Monte,
octubre de 2006.
Adorado sobrino:
He recibido tu hermosa carta donde me dices que el que está de
rodillas en la fotografía que te envié, recibiendo la imposición
de manos de los payasos y herejes, no es Monseñor Bergoglio. Si
bien la fotografía no es muy clara, aunque hay una buena cantidad
de testigos de aquel hecho nefasto, creo que esta vez tengo que
darte la razón. Así, derecho y de un plumazo.
Y lo afirmo con conocimiento de causa. Ese no es el Presbítero que
acababa de ser Diácono en el Seminario de Paraná allá por 1969,
cuando el Arzobispo era Monseñor Tortolo, quien fuera mi amigo y,
si prefieres, mi guía espiritual. Eran tiempos del Padre Alberto
Ezcurra Medrano y de tantos sacerdotes y laicos dispuestos a morir
para que Cristo y la Patria vivan. Este que está de rodillas está
dispuesto a vivir para que Cristo y la Patria mueran. La
diferencia no es poca.
El que está de rodillas con la mano del pastor haciéndole de
paragüita, es:
-
El amigo personal del
cura Puigjané, el que lo sostuvo y contuvo en la prisión, donde
fue a recalar por haber entrado al Regimiento 3 de Infantería de
La Tablada al grito “Amaos los unos a los otros” repartiendo
hostias con una ametralladora antiaérea calibre .50. Y fuera de
ella, inclusive con dinero (por lo menos así lo dice Puigjané y
jamás fue desmentido por el prelado).
-
El mismo que aceptó
sin decir esta boca es mía la exposición sacrílega de la Recoleta.
El que se sienta codo a codo con el Jefe de Gobierno de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, sin reaccionar por la horrible blasfemia
contra el Espíritu Santo y la Santísima Virgen que fuera
perpetrada no hace mucho en la Legislatura porteña. El que le
manda a su embajador Monseñor Casaretto, que cuando cura era
tercermundista y ahora progre, para que se ande codeando
con Filmus en Mar del Plata y avalando la educación laica.
-
El que aceptó la
oración panteísta a la Diosa Tierra que fuera rezada el
Domingo de Pascua en el momento de la Acción de Gracias, con el
nombre de La otra deuda (elaborada por el Equipo
Nacional de Pastoral Aborigen, dependiente de la Comisión
Episcopal de Pastoral Aborigen, la que, a su vez, depende de
la Conferencia Episcopal Argentina que él preside).
-
El que dio la misa
por los terroristas muertos y se abrazó al Tuerto Maldito. El de
los palotinos, que al final no se sabe quién los mató, aunque el
crimen tiene todo el aspecto de los rituales satanistas.
¿Verduritas a mí? ¡No! Verduritas no.
-
El que tiene de
vocero al cura Guillermo Marcó, que integra con Daniel Goldman, de
la comunidad judía, y Omar Abboud, de la comunidad musulmana, el
Instituto del Diálogo Interreligioso. Una bolsa de gatos. Obra
pura y nata de él.
-
El que apoya
incondicionalmente al Monseñor Joaquín Piña, Obispo de Puerto
Iguazú, cura tercermundista, antiguo heresiarca y delincuente que
ha usado la Iglesia para fines inconfesables, quien dijo, en
ocasión de la solemnidad de la Santísima Trinidad, por ejemplo: “A
no hablar más de protestantes ni herejes, sino de hermanos
separados. Que Dios es único, aunque en otras religiones le den
otro nombre (¡Ayayay!) El Yahvé, del Antiguo Testamento (o
Jehová, como le gusta llamarlo a algunos), no es otro que Alá, de
los musulmanes, y el Padre de Nuestro Señor Jesucristo, al que
adoramos, los cristianos” (¡Huyuyuy!). Sí, el Piña que tiene
de ladera a la Hermanita de la Bicicleta, ladera de
fórmula; la que está de acuerdo con el aborto y lo proclama a los
cuatro vientos.
¡Pobre pueblo misionero!
¡Pobrecito! Tener que elegir entre el sinvergüenza degenerado de
Rovira y el cachafaz del cura Piña. Es como elegir entre la sartén
y las llamas: con uno estás frito, con el otro asado como un pollo
espetado.
Ese mi querido, no es Bergoglio. Es
Bergagoglio. El que asesinó a Bergoglio con la ayuda inestimable
de Bergoglio. Y yo te mandé la fotografía de Bergagoglio
arrodillado ante los herejes. En ningún lado digo que es Bergoglio.
Porque Bergoglio murió para la Santa Fe, que es la peor de las
muertes.
Un abrazo y saludo a nuestro estilo
como siempre.
JUAN
|