La Divisa Punzó,
octubre de 2006
Mis queridos:
Ayer me he enterado que el nuevo
fiscal que entiende en la causa AMIA ha encontrado que Irán es el culpable del
atentado y habría girado el expediente al juez. En verdad es muy poco lo que se
puede decir de esto. A menos que el fiscal es un judío, hijo y nieto de judíos
sionistas, según lo dicen las constancias de la DAIA, AMIA y Hebraica. Sus
rasgos heredados de los tártaros lo delatan desde la lejura. De manera que ya
ven cómo la Democacacracia ha puesto al gato como guardián de las
sardinas.
Pero el hecho es sí es una pavada
que no preocupará a nadie. Argentina tiene con Irán una balanza comercial
favorable de + 1.500 millones de dólares anuales. Luego de esta investigación
del fiscal, se rescindirán los contratos y ese dinero en divisas se pierde,
porque Irán es muy buen pagador: compra al contado. En su reemplazo esas
exportaciones serán cubiertas por empresas de Brasil, pero que pertenecen a
firmas norteamericanas. Y hoy por hoy, los EE. UU. son, para la gran gilada,
enemigos mortales de Irán. ¿Cómo se come esto? Así nomás. Crudo. Ni vinagre hay
que ponerle. Debe ser por esto que la Patronal, United Status, felicitó de
inmediato al Virrey del Río de la Plata.
No ha mucho el rabino Goldman les recordaba a los judíos “argentinos” reunidos
en el Luna Park: “no se olviden que ustedes, en esta tierra, son extranjeros”.
Pues bien, uno de estos es fiscal judío en una causa que interesa a los judíos.
Maravilloso. ¿Qué le puede interesar a este fiscal el destino de los productores
argentinos, de la caída del empleo de los goim, de desaprovechar un mercado tan
favorable, de la pérdida cuantiosa de divisas? Nada. Porque su corazón y su
mente están en otra parte.
Y ya que estoy en esta hago revista de otras cosas. El asesinato de María Marta
García Belsunce sigue sin esclarecerse. Y así seguirá. Nadie fue. Pero no
sabemos, aunque lo intuimos, qué fue lo que descubrió María Marta desde su cargo
en Missing Children. Y parece que cometió la temeridad de amenazarlos. Fue una
mujer honesta y, aunque quizá no lo sabía, de un gran coraje.
El crimen de Malvino (Corrientes) ocurrido en el Brasil el verano pasado quedará
impune, porque los autores materiales son dos judíos: los hermanos Braun.
El crimen del hijo del Gordo Bragagnolo, también quedará impune, porque los dos
ejecutores, hermanos como los Braun, son judíos y están protegidos por la
justicia por ser menores y otras pamplinas. Bragagnolo, tal vez por miedo o
porque es realmente un idiota, no se anima a dar los nombres. Dice que el juez
no lo autoriza. Y está a punto de perder la causa por lo que el goim Matías se
murió de puro pelotudo que era.
Matías Bragagnolo y Malvino, dos goim al fin de cuentas, fueron muertos por
judíos jóvenes y de la misma forma: machacándoles una piedra en la cabeza. Lo
que nos hace recordar a la muerte que daban los antiguos judíos zelotes. Los del
Irgún, sin ir tan lejos. Los cuatro judíos imputados concurren a colegios
hebreos, subvencionados por el Estado Nacional con el dinero del pueblo
argentino.
Con María Marta fueron más prácticos: cinco balazos en el parietal. Nadie
escuchó nada. Nadie vio nada. Nadie sabe nada. Y así armaron un enredo
fenomenal.
Hace sólo tres días el Secretario General de la UOCRA, un tal “Pata” no sé
cuánto, contaba que hace poco tuvo la desgracia de atropellar a un hombre en el
camino que va a Mar del Plata. Pidió auxilio para socorrer al moribundo
accidentado. Mas nadie le hizo caso. Entonces se puso a correr hasta que
encontró a unos 60 policías de la bonaerense. Les pidió ayuda. Pero el jefe del
dispositivo le dijo que no podía ser, porque estaban abocados a un operativo de
rastrillaje. Un chico de 6 años, también llamado Matías, había salido a jugar
con unos compañeritos judíos una semana atrás y no volvió más a su casa. Hasta
el día de hoy. Pero este Matías, pobrecito, no salio ni en los diarios. Desde
luego los compañeritos del goim lo perdieron de vista en el campo. El juez no
los interrogó y ordenó que no se moleste a los niñitos ni a su familia.
¡Pobre de aquellos infelices que creen que el judío es sólo un problema
religioso!
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