Como ustedes saben a esta sección la tengo
olvidada. Por distintos motivos que me justifican, pero olvidada al fin. Y la
retomo ahora con un tango con letra de José María Aguilar y música de Enrique
Cadícamo, al que titularon Al mundo le falta un tornillo. La cantó en
forma excepcional Julio Sosa y es el único ejemplar que me ha quedado. Del resto
de su historia conozco poco como pueden apreciar.
Fue
escrito en plena Década Infame y pinta cabalmente la Argentina Maravillosa que
se vivía, a la cual hay que volver contra viento y marea, y que fuera
interrumpida por los militares, siempre crueles y sanguinarios, el 4 de junio de
1943. Nunca más la Argentina pudo exportar, como ahora, lo que toda la gente
sabía se restaba del consumo popular, ni tener compañías como la Unión
Telefónica, ni ferrocarriles como los ingleses cuya tercera no tenía techo y uno
viajaba acompañado por las estrellas. No me digan que todo esto, en el fondo, no
guarda algo de poesía.
Ni
se tuvieron Vicepresidentes como Julito Roca aunque sí a Duhalde, ni ministros
como Federico Pinedo pero sí a Lavagna, ni Presidentes como Raúl Prebisch en el
Banco Central, si bien al actual Pérez (Redrado es apellido de la madre). Aunque
algunos volvieron en 1955: nacionanistas como Atlio Dell’ Oro Maini y el Mayor
Guevara, o la socialista británica del Barrio Norte Alicia Moreau de Justo.
Pero
fue una verdadera desgracia que no estuvieran durante trece años: la gente del
pueblo los extrañó muchísimo. Y yo ni les cuento, que andaba llorando por los
rincones. Pero le advierto al sufrido lector que cualquier parecido con la
actualidad, no es una coincidencia: es una realidad; porque estos son los
hijillos de los que suponíamos muertos y sepultados. No. No estaban muertos. Ni
sepultos. Siempre vuelven como Orfeo a rescatar a su esposa Eurídice del que
ellos llaman infierno: que es la grandeza de la Patria y la felicidad de su
Pueblo.
Una
chancha siempre tiene chanchitos, ¿o usted ha visto alguna vez una chancha
empollando un huevo de ñandú para tener un charabón? No: hijos de chancha
matrera, overos tenían que salir. Y estos son lechones, nietos y choznos de la
chancha matrera que los parió.
Y no
protesten por el chancho que tienen: porque el que viene es siempre peor. Y si
no me creen esperen a octubre del 2007 y verán la maravilla que nos toca. Porque
así como hay muchos que han muerto para que la Patria viva, hay otros muchos,
muchos más, que viven para que la Patria muera.
AL MUNDO LE FALTA UN TORNILLO
Todo el mundo está en la estufa,
triste, amargao, sin garufa,
melancólico y cotao.
Se acabaron los robustos
y hasta yo que daba gusto
cuatro kilos he bajao.
Todo el mundo anda de asalto,
y el puchero está tan alto
que hay que usar el trampolín.
Si habrá crisis, bronca y hambre,
Que el que compra un poco e fiambre
hoy se morfa hasta el piolín.
Hoy se vive de prepo
y se duerme apurao,
y la barba hasta Cristo
se la han afeitao.
Hoy se lleva a empeñar,
al amigo más fiel,
nadie invita a morfar,
todo el mundo en el riel.
Al mundo le falta un tornillo,
¡que venga un mecánico,
haber si lo puede arreglar!
¿Qué sucede? ¡Mama mía!,
¡Se cayó la estantería,
o San Pedro abrió el portón!
La Creación anda a las piñas.
y de pura rebatiña
apoliya sin colchón.
El ladrón es hoy decente,
y a la fuerza se hizo gente,
ya no encuentra a quién robar.
Y el honrao se ha vuelto chorro,
porque en su fiebre de ahorro,
él se afana por guardar.
Hoy se vive de prepo
y se duerme apurao,
y la barba hasta Cristo
se la han afeitao.
Hoy se lleva a empeñar
Al amigo más fiel,
nadie invita a morfar,
todo el mundo en el riel.
Al mundo le falta un tornillo,
¡que venga un mecánico
haber si lo puede arreglar! |
Terminado de
redactar en Los Colorados del Monte en la
víspera de la Epifanía del Señor, y a 161 años, 6 meses y 4 días de la asunción
del Ilustre Restaurador de las Leyes
y Capitán General de la Confederación Argentina.
Que con
ustedes sea por siempre la bendición de Cristo, José y María que nos protejan de
Kirchner y su cría.
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