Retrato al óleo confeccionado a principios de 1947, poco después
de que el General Juan Domingo Perón, Presidente de la República,
lo ascendiera solemnemente, al grado de General de División que
luce en sus hombros. El 31 de julio de 1948, es decir un año y
medio después de este retrato, moriría en Buenos Aires como
consecuencia de una larga y penosa enfermedad. Más aún, cuentan
los que estuvieron a su lado que, cuando se hizo retratar, ya
estaba afectado del mal. Había servido lealmente a la Revolución
Nacional desde el 4 de junio de 1943, lo que significan 4 años, 6
meses y 27 días de servicios sin interrupciones a la Causa
Nacional y a su Pensamiento, plasmado en las obras que nos ha
dejado. Tiempo que doy para que nadie tenga dudas. Porque nuestros
liberales, siempre llenos de picardía, han tratado de pintar en
vano un General Savio “liberal” y “antiperonista”. Quiera Dios que
todos los Generales liberales y antiperonistas, que hay tantos que
se podría llenar la cancha de River, sean y piensen como el
General Savio, y hagan para la Nación el 10% de su obra. Este es
un favor que Dios nos podría hacer, aunque sé que le repugnará.
Hoy toda su obra está destruida por la Democacacracia,
distinguiéndose entre los tanáticos iconoclatas, el Virrey Carlos
S. Menem, el Turiferario del Régimen Perverso Martín Antonio
Balza y toda la canalla de generales que los aplaudieron a rabiar.
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