Iustrísimo Hediondo; Sin Igual Asesino, Bochornoso Ñorse del Abismo Tenebroso y
Drepa mío, os digo con el corazón en lejía: ¡Ména y ména, por los siglos de los
siglos y un tiempito más si es posible!
Mire vea don Lucifer: yo sé que
usted me recogió siendo liendre. Vuesa Merced sabe que por culpa del gamexane no
pude conocer a mis padres y crecí huérfano como arbolito en la loma. Y cuando me
hice ladilla y luego ladillón, Usía me cuidó y protegió déste mefítico talco, de
otros ungüentos y del jugo de hojas de paraíso hervidas que es mortal. Asina
fui.
Después, por ser el abanderado el
Director del curso, que era Mefisto y el periodismo llama Ernesto Sábato, me
regaló un libro dél que uso para sestear cuando el sueño me mañerea. Después me
hizo abogado, que es una profesión tan afecta a hacer diabluras. Fue ansí que de
golpe, como un refucilo en la noche, me transformó en Menestro Mcherú Vichá,
junto con Baal Za que, de General y Vinchuca Jefe, usted lo mudó a rijoso
Mbajador. Por ello: gracias Drepa mío. Muchas gracias.
Le refiero todo esto, Antiguo Gran
Troesma y Gran Comendador déste Planeta, Sistema Solar, Vía Láctea y Galaxias
Vecinas, porque yo nunca renegué de mis orígenes y de la mano peluda que usted
me dio. Mas me duele que en su enumeración se acordara de nosotros y no de otros
que fueron a su tiempo ácaros de la sarna, comadrejas overas, zorrinos
pestilenciales, cucarachas rubias, y otros nacos como de cuatro dedos de anchor
que sacó del pozo ciego del fondo con el bichero largo. No quiero pensar que
usted también hace discriminación o bien que tiene sus elegidos. ¿Cuántas veces
nos dijo que para eso inventó lo de la Igualdad que usted llama La Gran
Canallada? Por esto, se lo juro por mis bigotes, haréle querella ante le Juez
Oyarbide que enantes fue cangrejo trololita del pago Comechingón, si mal no me
acuerdo. Será injusticia, entonces.
Drepa mío, Ñorse de los Ñorses, no
tome en cuenta mis palabras, miasmas del pantanal, y sí mis pecados y el hollín
de mi alma que es negra como un tizón apagado a bolsazos. Soy su servidor: firme
como tapón de arena. Pero no se queje tanto, abaje la azotera de su chicote y
descanse las nalgas nuestras que son con las que pensamos. Sinceramente, ¿usted
cree que tan mal le llevamos las cosas entre los embrutecidos homínidos pámpidos?
Y si no, saque la cuenta. Usted se queja de gordo.
Ya sé que le duele como el roce de
un silicio sobre un callo apostemado la destitución del Satanás Mayor de Buenos
Aires. Pero se le olvida que queda algo mejor que Super mán (el que atravesaba
los aires), Spider mán (el que atravesaba edificios), Hi mán (el que atravesaba
con la espada) y Musul mán (el que atravesaba torres gemelas) y es: Keler Mán
(el que atraviesa cerebros y ya aprendió la tabla del dos). El es un satánico de
confianza, con decirle que Osama Ben Laden, en secreto, le cebaba mates de
tiempo ha y hasta consejos le pedía.
El hará todo lo que el otro
luciferino le diga desde la poltrona de su casa comprada con el sudor de la
frente ajena. Descuídese usted, duerma sin frazada, ponga hojas de palán-palán
para los mosquitos y barba de choclo en el mate. Lo mismo habría que decir del
diablejo La Maña: creo que en el vaciamiento y endeudamiento de este humus al
Imperio de George Pus, Felisa es una gran esperanza para la diablada. Ya verá.
No me diga: si viéndole la carita uno se da cuenta que tiene rosca izquierda
como las garrafas. Pero se cuidará la demonche porque lo del Banco Nación le
pegó a tres dedos del copete porque el tirador tenía hipo de tanto darle a la
cuatro filos.
Como usted mismo lo ha dicho en su
mensaje dominical, aquí quedan muchas cosas por vender o empeñar: los bancos y
los árboles de las plazas, los techos, las campanas de las escuelas y los piojos
de los alumnos, el alumbrado público, las churrasqueras de los camping, los
cascotes de las demoliciones, las veredas, los baños públicos, las hondas de
radio, los coyas de Jujuy con el acuyico incluido como oferta, los linyeras,
mendigos y desnutridos, los viejos y viejas para hacer experimentos, el agua que
bebe y el aire que respira esta cáfila infame, derrochadora y tumultuosa.
Lucifer mío: ¡cuánta plata hay para seguir choreando! ¿Nos alcanzará el tiempo?
¡No! Hay que ir por otro período. Es una opinión. No le cuento en el balance las
entradas por la Blanca Nieves y el paco-porro que es linda guita.
Quedéme vivamente impresionado por
lo que me cuenta del Judas, moneda fuerte que supo ser de curso legal. Ella fue
la que tumbó a otras monedas patrias y les partió el espinazo a los
sinvergüenzas que se llaman trabajadores. No puedo creer que se esté
depreciando. ¿Acaso no será que aumentaron las Salamancas en la tierra donde se
friyen tantos descarriados y malignos suyos y nuestros? Mire que eso trae
inflación y si no pregúntele a don Alvaro Alsogaray que usted lo tiene ahora
como Tenedor de Libros. ¿Y qué fue del diezmo que le pagamos a Usía desde los
tiempos de Dioclesiano?
Maver don Lucifer: ¡que no se
hagan los chanchos rengos! Por ejemplo y últimamente: ¿a dónde están las
petroleras British Petroleum que adquirió la Amoco, la Exxon fusionada con la
Mobil Oil y la Elf Aquitaine unida con la Total France? ¿Y la automotriz Daimler
Benz de Alemania que compró la Chrysler del Gran Lupanar del Norte? ¿Qué me dice
de las farmacéuticas Zeneca de la Madre Incalaperra unida ahora con la Astra de
Suecia que nos fabrica los anticonceptivos? ¿Por qué no aparecen la Time-Warner
y la Turner Broadcasting dueñas de la cadena satánica CNN? ¿Los bancos,
principales sostenedores del Judas, como el Chase Manhattan Bank, el Chemical
Bank, el Bank of Tokyo junto con el Mitsubishi Bank, el Bank of America y el
Citicorp no ponen su diezmo? Y ni le cuento de la IBM, Philip Morris, Wells
Fargo, Coca cola, Pepsi cola, General Electric, Walt Disney, Merck, General
Motors, American Express: todos ellos deben contribuir a la Gran Canasta para
sostener el Judas que será la moneda de la globalización como Vuestra Merced lo
ha prometido. Apriételos, Drepa mío. Apriételos hasta que larguen el juguito,
que mucho tienen y mucho guardan para hacer sus propias diabluras tremebundas.
¿A dónde están los viejos amigos
Mendelshon, Morgan, Baruch, Ballin, Rockefeller, Rathenau, Warburg, Rothschild,
Altschul, Fraser, Douglas, Warner, Finletter, Mosely, Moyers, Blumenthal,
Shulman, Warnke, Katzenbach, Hesburgh, Kissinger, Gelb, Ruckleshaus, Scowcroft y
otros muchos? A ellos también debe apretarlos sin asco por más Elegidos de
Mandinga que sean. El buen amigo Alan Greenspan, que también es de la
colectividad, Presidente de la Junta de Gobernadores del Banco de la Reserva
Federal desde 1987, que ha empapelado el mundo con dólares sin respaldo, ¿acaso
no le tiró unos cientos de millones, aunque más no sea para sobornar? Mire que
los repartía a troche y moche. No sé.
Antiyer estuve en la Sinagoga de
Satanás de la calle Can y Gallo al 1242. Pensaba verlo, mas no pude. Lo llamé y
no me respondió. Le rogué y no me escuchó. Pero yo sé que usted estaba en todos
los corazones de los presentes: atento, escuchando, haciendo hablar a algunos
que yo los conocí cuando eran langostas y a otros sierpes. Una maravilla.
Después dicen que usted no hace milagros. Vi funcionarios, senadores y
diputados, profesionales, curas, pastores protestantes y rabinos; militares
adocenados: ¡qué lindo espectáculo! Todos siguiendo a un solo Drepa, el de los
Bajíos Catingosos.
Su siempre atento y fiel servidor
Firmado
CANIBAL BERNANDEZ
Menestro de la Salamanca
Hay un sello que dice
“ES COPIA”, y lo firma Carlotto, Secretaria, Nro. Reg. 666, Bruja a cargo del
Despacho.
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