CARTA ABIERTA A
GERARDO WERGER
La
interpretación de los cobardes sustituye
a la callada verdad de los guerreros.
La
conmemoración que con motivo del Día del Veterano y de los caídos
en la guerra de Malvinas fuera llevada a cabo semanas atrás en la
localidad de Sunchales, en el noroeste de la Provincia de Santa
Fe, abrió lugar a una interesante polémica.
Así
lo refleja la carta de un Veterano de aquel conflicto, en una
carta abierta publicada en el diario “SUNCHALES HOY”, que
reproducimos abajo.
La
nota, dirigida al vicedirector de la escuela “Benjamín Matienzo” y
coordinador de instituciones públicas del municipio, reflexiona
acerca de lo sucedido en el acto conmemorativo por la gesta de
Malvinas, el cual tuvo lugar días atrás en la ciudad y dejó una
importante repercusión por lo sucedido.
GERARDO WERGER, DURANTE EL
ACTO, LEYENDO
SU DISCURSO
Por
medio de la presente quiero dejar aclarado, a usted y a la
comunidad de Sunchales, que no me sentí molesto, ni hice ningún
tipo de reclamo ni manifestación, por no haber sido reconocido
como Veterano de Guerra por el ejecutivo municipal, del que usted
forma parte.
Si
hubo mucha gente disgustada, por ese hecho y por el desarrollo del
acto. Pero en mi caso personal, no reclamé ni reclamaré nada.
Pero,
como ciudadano de Sunchales, debo pedir disculpas al Padre Barón,
al que nadie guió para que se integrara al marco de ceremonia, en
el lugar que le correspondiese, ni fue invitado a bendecir la
placa, o la plazoleta o a elevar una oración por los muertos en
Malvinas.
También pido disculpas al niño, alumno de la escuela técnica, al
que nadie indicó que debla esperar a todos los que fueron
convocados a descubrir la placa, de tal modo que los mismos
pudiesen participar de este acto, provocando involuntariamente una
situación incómoda.
Disculpas a las banderas de las instituciones presentes y a sus
abanderados, que debieron retirarse en medio de la
desconcentración general, sin que se les brindara el marco de
respeto que como símbolos patrios, merecen.
Disculpas a los Sunchalenses combatientes de guerra muertos, y a
sus familiares presentes, que no fueron comprendidos en ese
reconocimiento.
También me resultó desagradable no solo que Usted se negara a
facilitarme una copia de su discurso, sino la forma desconsiderada
en que tratara a las personas que envié a solicitárselas. Esta
actitud suya, me obligó a trabajar un poco más Sr. Werger, ya que
debí recurrir a los medios para pedir copias de lo grabado.
Simplemente mi intención era tener conciencia real de sus dichos,
para expresar mí sentimiento.
Si, me
afectaron las palabras que usted expresara en ese acto.
Me
entristeció profundamente cuando repitiendo dichos tomados un
medio escrito dijo: “sentí que estábamos un escalón mas abajo de
la naturaleza humana, el primer enemigo no eran los ingleses, sino
el ejercito, después venia el clima y las bombas”.
Me
pregunté porque usted como docente y funcionarlo municipal además,
haciéndose eco de palabras de un tercero se permitía agredir a una
institución.
¿Por
qué se seguía agrediendo “al Ejército”?. Porqué seguimos
destruyendo (las instituciones me pregunté) ¿Qué fin se persigue?
En
este momento, ya con más de 24 años de democracia, ¿no hemos
comprendido la importancia de las instituciones en los sistemas
democráticos?
Sería
lo mismo que hoy yo, o la comunidad de Sunchales dijera: “La
Municipalidad o el ejecutivo municipal, han organizado un acto
bochornoso”. Cuando la responsabilidad recae desde ya en la máxima
autoridad, que no la puede delegar; y en el funcionario de turno,
que por negligencia, falta de responsabilidad, desconocimiento o
mala intención actúe fallidamente.
Pero
son hombres con nombre y apellido los responsables, no las
instituciones.
Traté
de justificarlo Señor Werger. No lo conozco, seguramente debe ser
usted una buena persona. Debe ser usted muy joven, estimo
alrededor de 35 años.
Entonces cuando se retornó a la democracia en el 83, estaría
rondando los 10 años.
En
consecuencia desde entonces escuchó una sola campana. Y le resultó
normal la sistemática destrucción de nuestras instituciones. Y una
historia maliciosamente distorsionada.
Y debo
reconocer también la culpa, por el silencio de quienes tenemos
obligaciones de luchar por la verdad, por la sociedad, por
nuestros hijos; y generalmente quedamos callados.
Cuando
usted dijo: “…todos aquellos soldados que amaban a las Malvinas,
que se quedaron luchando solos, sin comida, sin abrigo y sin el
apoyo de la mayoría de los oficiales que se llenaban la boca de
patria y que sin embargo se retiraron del frente de batalla. A
ellos y a cada uno de quienes vivieron…”
En ese
momento, en mi carácter de oficial de la Armada Argentina, Aviador
Naval y Piloto de Combate, Veterano de guerra me sentí muy mal. Y
vinieron a mí memoria las muertes en combate de mis amigos, el
Capitán de Infantería de Marina Pedro Giachino, los Capitanes y
Tenientes de mí querida Aviación Naval, Zubizarreta, Marquez,
Benitez, Miguel. Cuyas fotos Honran mi oficina.
A
tantos otros oficiales de la armada muertos y heridos.
Recordé también oficiales amigos del Ejército y de la Fuerza Aérea
que dieron sus vidas.
Usted
ofendió sus memorias.
Posiblemente Sr. Werger algunos oficiales pudieron abandonar su
tropa, o cometer iniquidades. Pero si los
hubo, fueron los menos le aseguro. Donde me cupo actuar no lo vi.
Y Si usted nos pregunta que pensamos de ellos quienes combatimos,
sin lugar a dudas coincidiremos en que deben ser juzgados y
sometidos a la pena que les corresponda.
Recuerdo en este momento un escrito del señor Abel Posse, que
dice:
“Nos
intoxican con películas de soldados llorones y capitanes sádicos.
La interpretación de los cobardes sustituye la callada verdad de
los guerreros.
Lo más
grave del episodio de la Guerra de las Malvinas no es haber
perdido lo que con el tiempo solo será una gran batalla, sino
esto, la enfermedad de no saber defender lo que hicimos con la
frente alta y con coraje de triunfadores y casi andar susurrando
disculpas a los usurpadores, los enemigos”.
Es
cierto lo de la callada verdad de los guerreros.
Pero
seguramente si nos preguntan a los que combatimos diremos que fue
una guerra que no decidimos nosotros, pero sí por una causa justa;
que pasamos penurias, necesidades y sufrimientos propios de una
situación de guerra, pero la mayoría coincidiremos que estamos
orgullosos de haber participado. De haber combatido por un pedazo
de nuestra Patria.
Podrá
usted preguntar y comprenderá que la mayoría de los conscriptos
combatieron con coraje y hoy no se lamentan con llantos. Y que la
mayoría de los oficiales no fuimos sádicos y también combatimos.
Todos
si, guardamos un respetuoso silencio.
Usted
podrá ilustrarse sobre el comportamiento de nuestros oficiales,
leyendo libros de los propios ingleses, de los que hay varios y
coincidentes. Le sugiero también que lea, pese a su animadversión
manifiesta para sus compatriotas “Desde el frente” del
Contraalmirante ROBACIO, o “Comandos en Acción” de Ruiz Moreno o
“La guerra de las Malvinas” del Cnl. Carlos LANDABURU, o “Exocet”
de Nicolás Kasanzew. Y por supuesto mí oferta para un debate
público y respetuoso.
Las
escuetas y objetivas palabras del VGM Durando, fueron el fiel
reflejo del sentimiento de los guerreros, no de los cobardes e
indignos.
Contrastaron con el verborragico ataque a Galtieri de la Sra.
Ravazzani y con su mensaje desacertado.
Según
mí apreciación ambos perdieron conciencia del real sentido del
acto.
Quiero
expresar por último que no guardo ningún resentimiento, ni exijo
disculpas. Con el acto de plantear mi postura me doy por
satisfecho.
Sunchales es aún una ciudad pequeña, donde casi nos conocemos
todos, un ámbito ideal para el respeto, para fortalecer valores
ante un mundo que se degrada.
Y
tomando palabras de un periodista amigo.
Lo
invito entonces a replantearnos y recuperar valores que con
frecuencia olvidamos y que a veces hasta traicionamos. Para así
intentar recuperar nuestra verdadera historia, el respeto mutuo y
sobretodo el respeto por nuestros símbolos y tradiciones.
Atentamente
Owen
Guillermo Crippa
Teniente de Navío (RE)
Aviador Naval V.G.M.
|