Estimado amigo:
Ayer he leído su última quedándome conteste con sus
opiniones de cabo a rabo. Y comprendo su indignación. Lo que pasa
en el mundo es así de sencillo, y lo que habría que adicionar es
sólo parafernalia para hermosear su horrible contexto. Poca es la
gente que cree que esto es así imaginándose un mundo sumamente
complicado. Nosotros por formación sabemos que solamente lo
sencillo promete éxito.
Dicho esto, que me sirve de proemio, no sabría concluir hoy por
hoy, cuál es el papel de la Masonería en el destino de las
naciones. Solamente sabemos délla algunas cosas. Por ejemplo, que
no es la misma que operaba hasta 1917, casualmente el año en que
la Masonería Especulativa o Científica cumplía los 200 años de su
creación y de que el Pastor Protestante Andersen dictase su
primera Constitución. En otras palabras, caro fratello:
festejaron el bicentenario cambiando para adecuarse a los nuevos
tiempos y circunstancias. ¿Acaso un ejemplo? No sé. Pero a algunos
no les vendría mal esto de aprovechar un bicentenario para
cambiar. Más en su contenido, que en su continente, y no para mal
de nadie sino para el bien de todos, comenzando por el de la
Patria.
Sin
embargo esta idea, de extrema sencillez, no es comprendida por la
masa de los que han estudiado el tema y dicen saberlo con aire
doctoral. Asegurar que la Masonería de hoy es la misma de 1810 es
una barrabasada digna de un energúmeno: que déstos haylos. Es como
suponer que en la guerra moderna se podría hacer una carga de
caballería con el Regimiento de Granaderos a Caballo. Durarían
cinco minutos, incluido el tiempo para recoger los cadáveres. Y a
eso vamos. Don Ricardo Rojas (y no nosotros, tenidos de
pulguientos), dice en El Santo de la Espada que la Logia
Lautaro (en rigor L.A.U.T.A.R. – O, que se lee Lautaro), tenía dos
elementos para sus trabajos: el esotérico, dado en la
Logia, y el exotérico dado en el Regimiento de Granaderos,
cuyo uniforme y hasta el último botón serían emblemas de la
Masonería. Yo me he roto la testa buscándolos sin encontrarlos.
Pero como don Ricardo fue Hermano Grado 33° y lo dice, es porque
lo averiguó o se lo dijeron, y no me atrevo a contradecirlo, por
aquello de zapatero a tus zapatos, que no soy tan leído ni
escribido.
Y
el Regimiento de Granaderos a Caballo tiene sus méritos. Seamos
justos. Ha sido la custodia de todos los Presidentes a los que
terminó traicionando. ¡¿Cómo?! Sí. A algunos (caso Isabel Perón)
los entregó atados con alambre, como chanchos para la feria. En
este sentido se puede decir que el Regimiento de Granaderos es
un Traidor Serial.
Como usted puede apreciar, mio degno amico e parente
amichevole, estas cosas estaban adecuadas a su tiempo. Hoy,
todas ellas, están completamente superadas. ¿Entonces la Masonería
ha cambiado? Como dice mi amigo el Tuerto Sánchez cuando se enoja:
“¡Jamás de los jamasejes!” Siendo esta parte la que no se
entiende. Decía Deschamps, que fue Gran Maestre, que todas las
masonerías son iguales y sus Grandes Objetivos los mismos e
inalterables, siendo sólo sus formas las diferentes. De manera que
citando un masón del 1850 uno dice lo que otro asegura pero en el
2005, y una Logia de 1810 difiere de otra de la actual calle
Cangallo al 1200 en que el Gran Maestre y los Venerables de la
secta usan teléfonos celulares y tienen calefacción y aire
acondicionado según convenga. A no engañarse pues.
Pero no sólo cambiaron los procedimientos sino también los
objetivos intermedios. Por ejemplo la Masonería desde 1717 y hasta
finales del Siglo XVIII, tenía por objetivos los municipios o
parroquias, y a lo sumo lo regional o comarcano. Así desembarcó en
la Europa Continental. Consolidados estos objetivos y a partir de
la auto denominada Revolución Francesa (o si alguien prefiere de
la Americana, hija putativa del Reverendo Penn, que le dio el
nombre a Pennsylvania), es que la Masonería se interesa por el
gobierno de las naciones. De esta manera se fue deglutiendo de a
una y, a cada una, la usó para sus fines inconfesables.
Siempre he dicho, después de estudiar la secta con detenimiento
por más de 10 años, que la Masonería fue un invento inglés para
destruir a España. Porque en ningún lugar de la Tierra prendió la
Masonería como lo hizo en España y aquélla no ha tenido una
víctima más ilustre que ésta: perdió su imperio, sufrió una guerra
devastadora, más de media docena de guerras civiles terribles y su
corolario 1936 – 1939, quedando al frente de los españoles otro
masón, Francisco Franco. ¿Arrepentido? No sé. A España la
destruyeron los masones españoles. ¿Y de dónde salió la Musa
inspiradora para la invasión inglesa a Buenos Aires de 1806 y
1807? ¡Por favor no nos engañemos más! En el impulso tanático no
les alcanzó España: siguieron en América y exportaron masones de a
centenares.
De
esta forma la Masonería irreligiosa, mercantilista, perversa y
usurera, fue un invento “for export”. Como fue el
Liberalismo: el único lugar donde no se aplica es en Incalaperra;
es de exportación. Jamás la Masonería inglesa accionó contra la
Corona, y al Liberalismo lo aplican cuando les conviene. ¿Acaso
Lord Keynes (un fabiano) fue un liberal a lo Adam Smith
como lo es el temulento Lavagna o el sinarca Martínez de Hoz?
Terminada la guerra, Keynes (primero Lord y después Premio Nobel)
lo mandó a llamar al doctor Schtat (masón) que había sido Ministro
de Economía del IIIer Reich Alemán. A éste lo habían sentado en el
banquillo de Nüremberg para ahorcarlo. Enterado de esto Keynes les
gritó: “¡No maten la gallina de los huevos de oro!” Y fue así como
el doctor Schtat salvó su cuello. ¡Oh, casualidad, fue el único
que no fue ahorcado ni puesto en prisión como el Solitario de
Spandau! Pero, ¿por qué? Porque Schtat había entregado la economía
alemana después de seis años de guerra sin inflación y sin deuda
externa ni interna. Entonces los ingleses, con su nación
devastada, querían esa receta. ¿Luego, quien salvó a Incalaperra
fue la teoría económica del NacionalSocialismo? Escuetamente, sí.
Y también salvó a los EE. UU. que al frente tenía a un hebrero:
Truman (en la tapa de la Revista Life aparece en 1946 con
todos los atributos de la Masonería). ¡Qué ironía Santo Cielo!
En
síntesis: para salvar a su patria los ingleses y los yanquis no
dudaron un segundo en aplicar las recetas económicas del Führer,
su enemigo feroz. A esto no lo dice nadie. Como no dicen que
Schtat ejerció su profesión, tranquilamente, en Berlín hasta su
muerte. Jamás fue molestado, porque era el jagüel donde todos iban
a abrevar. Y los judíos iracundos que andaban persiguiendo nazis,
¿a dónde estaban? ¡Toda una mentira!
¿Y
por qué no se aplican las teorías NacionalSocialistas a las
naciones? Porque éste parte de las teorías de Feder (si queréis os
las mando) que anula completamente el interés y la usura. Más
aún: dice cómo hacerlo. En la Alemania del IIIer Reich el cobro de
interés tenía pena de muerte. De 1933 a 1939 Alemania pasó a ser
primera potencia mundial. En 1934 la Comunidad Judía Internacional
le declaró la guerra a Alemania. Esto tampoco no se dice.
Pero sobre esto de los nazis hay un hecho cómico. Ahí se está por
estrenar la onceava película que vincula a Perón con los nazis. Se
les ha olvidado que por expresas directivas de Truman, el general
Eisenhower (hijo y nieto de alemanes) importó a los EE. UU. a
Werner von Braun, 290 ingenieros de Penemünde y más de 2500
técnicos, obreros y operarios que habían trabajado en las bombas
voladoras. Von Braun nacido en 1912 perteneció a las juventudes
hitlerianas, fue condecorado por el Partido NacionalSocialista y
tenía la Cruz de Hierro; las dos cosas entregadas por Hitler en
persona (está el documental). Muchos de sus colegas ingenieros
también. Pero Truman y Eisenhower son hombres de la Democracia y
Perón es un nazi. El hizo la prosperidad de Argentina 1946 – 1955
vendiendo el oro nazi. ¡Oh!
De
lo que tenemos certeza es que desde 1943 a 1955 (época del terror
nazi en Argentina) ingresaron al país 451.642 judíos, kozares
todos ellos, es decir ashkenazim. Y a esto lo dice el censo
que levantó la Jewis International y jamás fue
desmentido. Entonces, ¿Perón fue nazi o fue sionista?
Si por cantidad fuere, resulta más sionista que nazi,
¿o no?
En
1918 se fundó en EE. UU. el Council of Foreing Relations
(el CFR). Un año después en Incalaperra, el viejo British
Institute of International Affairs (BIIA) pasó a llamarse, de
la mano del Rey Jorge V (primero de los Windsor), Royal
Institute of International Affairs (RIIA). En su acta
fundacional datada en París figura a la cabeza: Arnold Toynbee
(sobrino del historiador), John Maynard Keynes (ya citado), T.E.
Lawrence (el Lauwrence de Arabia) y Bertrand Russell
(después amigo personal y protector del medio judío Che Guevara).
A los premios figuran: los marxistas Anatole France, León Blum,,
Bernard Baruch, el polaco Ignacio Pederowsky (presidente de la
“recreada” República de Polonia –que se quedó con el Danzig
alemán- y autor de su desaparición del mapa), Tomás Masaryk y
Eduard Benes (futuros presidentes de la flamante República de
Checoslovaquia –que se quedó con los Sudetes alemanes), y el
Patriarca Sionista Chaim Weizmann (el que declaró la guerra al
IIIer Reich y luego fue primer presidente del Estado de Israel
–tomado de los palestinos-).
El
CFR y el RIIA (reemplazante del Foreinf Office, donde está metida
la Reina Isabel II), hoy son las máximas expresiones de la
Masonería Internacional. Los municipios, las regiones, el gobierno
de los estados, las alianzas continentales ya no les interesan
más. Eso es viejo, está superado. Interesa el Mundo. Haber si
me entiende: el Planeta Tierra. Y a eso le llaman Globalización,
que es el presente y lo que se viene.
¿Y
la vieja Masonería? ¡Ah, no, ella no se toca! Es una reliquia. La
joya del satanismo. Ella como los Rótary Club y los Club
de Leones son fuentes de reclutamiento esparcidos por toda la
tierra para captar hombres presuntuosos y engreídos que ahora
llaman cerebros. Pero parece que estos dos son pocos y
aquí, en Argentina, se creó además el CARI y una filial de
la Americas Society con glorias argentinas como:
Amalia Lacroze de Fortabat (Grado 33° en el Rito Mishraim, junto
con Mirtha Legrand, “Chiche” Duhalde y Cristina Fernández), el
General Alcides López Aufranc (el que hizo retirar los crucifijos
del Colegio Militar, casado con una hija de Jacobo Peuser),
Mariano Grondona (autor del Comunicado 150 de Campo de Mayo),
Roberto Alemann (Ministro de Economía del Proceso), Nicanor Costa
Méndez (Ministro de Defensa de Onganía, del Proceso y de
Malvinas), varios jerarcas militares de la Logia Madre General San
Martín (con sede en el Colegio Militar de donde es oriundo el
General Balza), funcionarios del gobierno del Proceso y un nutrido
pelotón de radicales que después fueron gobierno durante el
alfonsinato.
Ammirevole o meraviglioso fratello d’arme:
esto es todo cuanto tengo que deciros sobre vuestra carta. Muy
buena y que se repita.
Valentín
Il Clandestino
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