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PRIMERA VERDAD
La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que
quiere y defiende un solo interés: el de los amigos y empresarios de los
negocios, y periodistas, que hacen lo que les dice el gobierno qué tienen que
hacer para merecer el estipendio, pobre, grande, duro o jugoso, pero masita
dulce al fin.
SEGUNDA VERDAD
El progresismo pertenece esencialmente a las roscas, las trenzas,
los arreglos y el conventículo chanchullero. Este fue su origen y, junto con el
fraude a ellos se debe. Entonces todo círculo que se arrogue la voluntad
popular no es progresista, y atenta contra la estructura y el corazón mismo del
Régimen Progresista.
TERCERA VERDAD
El progresista trabaja para él mismo, su felicidad y su grandeza.
El que en su nombre trabaja para otro u otros, o para una causa que no sea la
del Régimen, lo es tan solo de nombre. Para ello la unidad de medida será: que
una maestra necesite trabajar dos años para cobrar lo que un político
progresista en un mes.
CUARTA VERDAD
No existe para el progresismo más que una sola clase de hombres:
los políticos. El resto de los hombres sólo existen para servir a los políticos
progresistas, los que a su vez explicarán al pueblo, por el medio más idóneo,
por qué les ha tocado esta suerte de servir de por vida a gente tan digna.
QUINTA VERDAD
En la Argentina Progresista, el trabajo es una dádiva o una
gauchada de un amigo que crea la dependencia del hombre a un nuevo patrón que
tampoco trabaja; y es un deber, porque es justo que cada uno viva de la limosna
diaria y consuma por lo menos lo que otro ha conseguido en la jornada con el
sudor de su frente.
SEXTA VERDAD
Para un progresista no puede haber nada mejor que un fraudulento,
cualquiera sea su origen y mucho más si este está metido hasta el cuello en una
petrolera, pertenece a la patria contratista o tiene antecedentes penales. En el
Régimen los antecedentes penales o judiciales son un mérito, porque la
penitenciaría meció nuestra cuna, fue nuestro hogar y fue la escuela que nos
hizo pungas de vocación.
SEPTIMA VERDAD
Todo progresista debe sentirse más de lo que es. Pero jamás menos
de lo que debe ser, por cuanto es una esperanza para la Globalización. Cuando un
progresista comienza a sentirse así es porque se está convirtiendo en el gran
personaje de la Nueva Oligarquía: el político. Ellos serán cambiados cada dos o
cuatro años de manera tal que nada cambie.
OCTAVA VERDAD
En la acción política, la escala de valores de todo progresista
es la siguiente: primero el Puestito vinchuca, después el Curro sangrador,
luego, mantener Actualizado el Sueldo, de ser posible en dólares, y acomodar a
la familia hasta los tataranietos.
NOVENA VERDAD
La política que emana la Internacional del Dinero es, para
nosotros, un fin y el medio para que, mientras tanto, cada uno pueda juntar con
intrigas y de un saque lo que nos hubiese costado ocho generaciones de paciencia
y de yugar.
DECIMA VERDAD
Los dos brazos del Progresismo son: mantener al pobrerío en
relación de dependencia y que la mitad de la población se encuentre en situación
de pobreza. Con ello damos a este pueblo lo que realmente se merece por haber
sido el que, en su momento, le dio la espalda y restó su apoyo a las Huestes de
la Libertad encabezada por los jóvenes idealistas.
UNDECIMA VERDAD
El progresismo anhela la ruptura y aniquilamiento de la unidad
nacional. Los únicos Mártires y Héroes son los que formaron parte de las Huestes
de la Libertad. Sólo un pueblo aturdido por la retórica de nuestros políticos,
sumido en la miseria por nuestros economistas y amenazado por un malón de
fantasmas que esparce la prensocracia, será el dócil instrumento de las
directivas que nos llegan y de los planes que hacemos para ponerlas en marcha.
DUODECIMA VERDAD
En la Argentina Progresista los únicos privilegiados son los
políticos progresistas. Los políticos, que en el fondo no representan a hombre
alguno ni a sus intereses, son el verdadero y auténtico emblema de la patria.
Para ello habrá que inculcar desde las escuelas que, sin Constitución y sin
políticos, la Patria no existe.
DECIMATERCERA VERDAD
El progresismo es chapetutte, no tiene doctrina y por eso no
tiene programas para nada. Pero nuestro cuerpo tiene un alma y son las
directivas del Nuevo Orden Mundial, que es nuestra verdadera doctrina política,
económica y social. Nada somos ni seremos sin ella. Tampoco nada seremos con
ella pero tendremos la satisfacción del deber cumplido. Mientras tanto: en lugar
de vivir que duren si pueden.
DECIMOCUARTA VERDAD
El Progresismo es una forma de ser y de ver la vida muy simple y
práctica, atea de forma, de fondo y de corazón, y la prueba de que estamos en el
camino correcto es que más de la mitad de los curas está con nosotros y la otra
mitad es chirle. No podemos exigirle al pueblo que crea lo que ni ellos mismos
creen.
DECIMOQUINTA VERDAD
Como doctrina política el Progresismo es aluvional, pero busca el
equilibrio entre los derechos del Nuevo Orden Mundial y la miseria en que se
encuentra sumergido el hombre y la comunidad donde vive. En este sentido el
individuo debe acostumbrarse a vivir no con lo que tiene, sino con lo que
consigue. Nuestra responsabilidad es que lo que consiga sea poco, para que no
sea dueño ni de lo que tiene, gracias a la usura que lo mantendrá pelado con la
cero.
DECIMOSEXTA VERDAD
Como doctrina económica, el Progresismo realiza una economía que
responde al Nuevo Orden Mundial, por el Nuevo Orden Mundial y para el Nuevo
Orden Mundial. Por ello la mayoría de los Ministerios y funcionarios públicos
pertenecen a organizaciones internacionales vinculadas a la Globalización.
DECIMOSEPTIMA VERDAD
Como doctrina social, el Progresismo no crea bienestar:
democráticamente deja al hombre en libertad para que quede dentro del Régimen o
se muera fuera de él. Pero siempre en la más solemne libertad de los Derechos
Humanos.
DECIMOCTAVA VERDAD
Queremos una Argentina socialmente progresista,
económicamente liberal y políticamente marxista.
DECIMONOVENA VERDAD
Constituimos un gobierno centralizado, un estado centralizado y
un pueblo centralizado.
VIGESIMA VERDAD
En esta tierra lo mejor que tenemos son: los políticos, la Nueva
Oligarquía, y la Constitución Nacional que es la que nos permite hacer de todo
sin ser responsables de nada.
Proyecto de la Nueva Bandera Argentina
que deberá ser aprobado
para la Fiesta Solsticial
en el Congreso de la Hermandad
de calle Cangallo 1242, sede del
Poder Ejecutivo, Legislativo, Judicial
y de Gobernaciones de Provinciales.
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