EL VALOR DEL DÓLAR Y NUESTRA ECONOMÍA
Máscara, cuanto
inaudita por lo satánica, con la
que el populacho
insolente representa al Banco
Central de la
República Argentina. Institución
señera, fundada por
su Majestad Británica, en
tiempos de Justo,
Julito Roca y don Raúl Prebisch.
Carta a
don CARLOS FERNANDEZ.
Mi
querido amigo y meritísimo compatriota:
Mire don
Carlos, que usted de tantas cosas me habla, interesantes desde luego,
pero que no logran mermar mis inquietudes. Me refiero, particularmente,
al interregno que estamos cursando hasta el 10 de diciembre y el otro,
ya avecindado, de esta fecha en adelante. Tal vez sean cuestiones
superfluas, etéreas, que no hacen al fondo de la problemática y, en mi
imaginación exagerada las he magnificado. Y para concretar le cito la
cuestión económica.
Estando
en mi poltrona, no ha mucho de esto, me vengo a enterar, por una mesa
redonda de dirigentes del campo presidida por don Nelson Castro, que el
valor del dólar de los Estados Unidos no es el que marcan el gobierno
central, ni el de las pizarras del bancos, financieras y diarios. Ya sé
lo que me va a decir: que a eso lo conocen hasta las guaguas de pecho.
Sí, es verdad, pero no en la magnitud pensada. Por lo menos para mí,
bípedo implume y completamente terrícola, con un lacrimógeno nivel de
información.
Como la
mesa aquella, sin querer o queriendo, estaba dividida en dos, que ignoro
si no son las banderías agro-pecuarias, comenzaron a hablar los que
estaban a la derecha del señor Castro. Y lo bien que iba todo, va un
individuo de barba crecida y de voz muy ronca, descolgándose con que el
dólar estadounidense está, en este momento, en el valor de un peso. Es
decir U$S 1 = Pesos 1. Como la sorpresa del conductor se apreció
grandemente, el señor que hacía de interlocutor le dijo que le había
llevado una carpeta para demostrarle que aquello era verdad y, sobre lo
dicho hecho, le entregó el fardo que quedó en manos del boquiabierto de
don Nelson. Luego, para rematar sus afirmaciones, y de paso cerrar su
exposición, dijo que esto es tan así que, si en este momento se aplicase
el 1 a 1 de Domingo Cavallo, lo único que sea haría sería sincerarse.
Ahora
bien: como usted ha sido siempre indulgente conmigo, se imaginará que a
la altura de estos discursos yo andaba caminando por el techo como las
arañas. Que no me gusta exagerar: como esos que andan diciendo que con
una bombacha de Graciela Ocaña se puede hacer una carpa para 12
personas, cuando todos saben que sólo alcanza para una de 6. No, así
vamos mal. Como otros que aseguran que de un calzoncillo de Ginés
Gonzáles García se hicieron las velas de la Fragata Sarmiento, cuando a
duras penas se pudieron confeccionar las velas de los foques, cangreja,
mesana y trinquete. Mire vea: que esto es pura maldad y cuídese usted mi
amigo de estos malolientes maledicientes.
Pasado
este chubasco, pensó mi flaco cerebro que el tiempo habría de abonanzar,
amainando el aguacero. Pero no fue así, porque arremetieron los que
estaban a la siniestra de don Nelson y enfrente de los otros, diciendo
que ellos traían otra información que no coincidía con la antedicha.
¡Por la Animas de Purgatorio! Y ahí fue cuando se me saltó el ojo
derecho y fue a dar debajo de la mesita de luz, llena de pelusa como
tapado de piel gastado en los codos. Porque el expositor se largó con
que el dólar norteamericano está a 0,80 de peso y, remedando a su
antecesor, también le entregó a don Castro otra carpeta con todos los
documentos que aseveraban aquellos dichos. ¿Qué me cuenta viejo
camarada?
Meditando
sobre estas patas de gallo paso en blanco y digo que: 0,80 de Peso ≥ 1
Dólar ≤ 1 Peso. O patochada de otra forma: el dólar se mueve en el
estrecho andarivel que va entre 80 centavos y 1 Peso. Pero, ¿cómo puede
ocurrir esto en nación tan poderosa como son lo Sestados Sunidos? No sé.
Pero espere que al día siguiente voyme a enterar que el famoso dólar
cayó, de enero a noviembre de este año, en un 68%. ¡Mire si esto hubiese
ocurrido en este Virreinato del Río de la Plata! ¡Una pérdida en el
valor adquisitivo del peso en un 68%! ¡Madre del Cielo! Nuestros
economistas, todos liberales congelados en el décimonono siglo, pero muy
patriotas como González Fraga, émulo directo de Martínez de Hoz y sus
Chicago Boys, ¡lo que no hubieran dicho! Ni las hilachas nuestras
habrían quedado. Y no le cuento los de afuera que asegurarían que la
economía criolla es poco confiable.
Esto en
buen castellano don Carlos significa que los EE. UU. han emitido un 68%
más de su circulante (o base monetaria). Pero como éste es infinitamente
grande, imagínese usted los sofocientos trillones de dólares que han
imprimido dándole a la maquinita. Es decir, le dieron más de lo que
comúnmente le dan, lo que ya es un lindo toco como para empapelar medio
hemisferio terrestre. No obstante ello el asuntejo tiene olor a gazapo
mal hecho, mas hete aquí que los países reunidos en la OPEP están
discutiendo si en lo sucesivo aceptarán o no el dólar en las
transacciones con la Gran Democracia, inclinándose casi todos por el
Euro. Y vea: tienen razón, porque ellos entregan petróleo (así como
nosotros petróleo, carne y granos) y los otros pagan con papel del
diario Clarín de la semana pasada.
Angustiado y con dolor de garganta como si se me hubiese atascado un
caracú, me fui a ver a uno que se las tira de economista. Presentado que
le fue el problema, me respondió con una sonrisa diciéndome que las
cosas no son como yo las pienso. Entramos a los misterios insondables de
la Economía, que se acabaron cuando le dije que si no era como yo decía,
por qué no sale Kirchner y Redrado a vender los 45.000 millones que han
amarrocado en el Banco Central, a ver quién se los compra y a cuánto. O
de otra forma: que Redrado, Golden Boy, diga públicamente cuantos
barriles de petróleo compraba en enero con esa masa de dinero y cuántos
puede comprar hoy. La diferencia es para la gilada, que somos nosotros
don Carlos en esta estafa sideral. Porque la devaluación sería de unos
30.600 millones de dólares perdidos, restando en realidad sólo 14.400
millones. Esta es la cifra que realmente hay en el Banco Central caro
amigo. Digamos que después de cuatro años y medio estamos un poco mejor
que con don de la Rúa que nos había dejado con 8.500 millones.
Pero como
se supone que la base monetaria argentina (el dinero puesto en la calle)
es función de las reservas existentes en el Banco Central, significaría
que el 68% del efectivo disponible no tiene respaldo. Luego usted, aquél
y yo, le pagamos al almacenero con papeles de diario. De donde resulta
que todo esto es una ficción y el verbo estafar (en los tiempos
presente, pasado y futuro) debería ser obligatorio en las escuelas.
Pero como
de esta catástrofe nadie habla, ni hablará. Todo sigue al pelo. ¿Y la
gente, el pueblo? Seguirán como están con más ajustes, despidos y
recesión, la cual a más tardar se producirá en abril del 2008. Le
informo de paso que los EE.UU. están al borde de la recesión
clínicamente hablando y en esto no hay salvamento posible. Y ahí sí que
va a crujir la estantería, porque para salir del hoyo pretenderán que al
déficit se lo paguen los Virreinatos dispersos por Hispanoamérica. Los
que, en manos de los progre, le pagarán puntualmente, como
hicieron con las deudas de la Primera Guerra Mundial. Usted, un
descreído me dirá: está exagerando. No señor, no, y hoy por hoy, el área
del dólar ha quedado reducida a Hispanoamérica, do moran sus colonias.
Nadie lo quiere. Todo lo cual indica un buen año 2008 para que se
despierte la doncella de Buenos Aires: la crisis energética del verano
será la primera; la recesión será la segunda. Anote esto amigo mío. Pero
va a necesitar una docena de explicadores, pero de los buenos, para
conformar a la gente repodrida de aguantar el tango La vida me engañó.
Por otro
lado se ha dicho insistentemente que los precios en la Argentina
acompañan al dólar. Esta es una infamia secular y una mentira de los
ladronzuelos. Cuando sube el dólar, suben los precios y a veces en
desigual proporción. Ahora digo que, si todos los precios se fueron
siguiendo al dólar a 3 pesos, y ahora ese mismo dólar vale 1 peso por la
depreciación monetaria que tienen los yanquis, los precios tendrían que
bajar a un tercio de su valor. Así un kilogramo de pulpa de 12 pesos
tendría que estar en la ganchera a 4 pesos. ¡Ah, no! ¡Para abajo no!
Esta escalera tiene peldaños para arriba solamente. Todo lo cual le
configura a usted la mentira del liberalismo económico que ha azotado a
nuestra patria por más de 150 años, transformando un vergel en un erial.
Y los gringos turistas vienen con un dólar y compran por tres dólares,
¡qué negocio! Adquieren todo aquello que nuestros criollos no pueden
comprar. Así como exportan todo lo que se resta al consumo popular.
Y las
exportaciones de que nos habla la Unión Industrial Argentina (que
no es Unión, porque es una bolsa de gatos rabiosos; ni es
Industrial porque en ella mora todo el circuito financiero de la
usura y la intermediación parasitaria; ni es Argentina, porque si
hay algo que en ella no existen son argentinos), o los cupos
exportables, se mantienen con los ajustes salariales que hace el
gobierno por decreto: siempre por debajo de los justo y necesario. De
esta manera el hombre medio compra menos y se puede exportar más. Las
góndolas de los supermercados están ahítas de productos que nuestros
criollos no pueden adquirir. De donde digo que las vidrieras son las
fronteras entre el Régimen Perverso y nosotros, y las góndolas son
vagones de un tren que está pasando.
Ahí se ha
votado la Ley del Presupuesto 2008. La Ley de las Leyes. Allí no se
contempla, por ejemplo, la movilidad de las jubilaciones, por lo que la
disposición de la Corte Suprema de Justicia en el Fallo Badaro por el
82% móvil que fija la Constitución, el que ya lleva 16 meses sin que el
Ejecutivo y el Legislativo se hayan enterado, seguirá, por lo menos, 12
meses más durmiendo la paz injusta. Y no habrá movilidad en las
jubilaciones porque todo el dinero recaudado por ellas por aportes
patronales, más con otras cantidades que provienen de impuestos varios,
irán a dar al financiamiento de cuestiones sociales. Por esta razón se
intervino el IAF militar, con un activo de 8.200 millones de pesos que
irán a engrosar la estafa colosal. De manera don Carlos que, cuando
usted vea un barrio que se esta levantando, sepa que se financia con el
dinero que se le resta al bolsillo de los jubilados (que de paso compran
menos y comen menos). O cuando se emita un bono, como el reciente 2017,
debe comprender que el sueldo de los jubilados hace de respaldo a la
emisión que la pagará don Magoya en el año de Magoya precisamente.
Un
consejo amigo mío: hágale otro agujero al cinturón que la gordura en la
Argentina es de afuera hacia adentro. Son pocos los gordos de adentro
para afuera. Y si no me cree mire a los Tobas, comprovincianos de la
Carrió que toma sol en Punta del Este: si les pone una vela en la
espalda les saca una radiografía y la vinchuca más chica le puede hacer
a usted una hemodiálisis gratis, en un ratito y no le pide obra social.
Un abrazo.
JUAN
Milico Muy Mal Llevado
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