LUTERO Y MAHOMA,
¡TAMBIÉN
ERAN NAZIS!
Juan Pampero
Hace unos días hurgando las fotocopias y apuntes de mi biblioteca, di
con uno de éstos que se ve es bastante viejo. Llenos aquellos papeles de
apuntes marginales asentado de puño, pero justamente lo que les falta es
la fecha, pero sospecho que fueron tomados en la Biblioteca Agustín
Álvarez de Rosario y, de ser cierto esto, con seguridad debió haber sido
en 1991. Se trata de Martín Lutero (1483 – 1546), un monje agustino que
fue iniciador de la Reforma en Alemania y enseguida fundador del
Protestantismo, por sus protestas contra el Papa León X, que había
concedido a los dominicos la predicación de las indulgencias. Publicó un
programa que contenía 83 proposiciones contra el celibato, el
purgatorio, la misa, etc. Quemó la bula de excomunión que el Papa lanzó
contra él. Escribió varios libros y, entre ellos, De los judíos y sus
mentiras (que se encuentra dentro de las Obras de Martín Lutero,
Von den luden un ihren Lügen), de donde he extractado el párrafo
que sigue:
Los judíos son verdaderos mentirosos y perros sanguinarios que han
pervertido y falsificado todas las escrituras desde el principio hasta
el fin. Todo el anhelo, esperanza y ansiedad de sus corazones
está dirigido al
tiempo en el que un día les gustaría tratarnos de gentiles, como
trataron de gentiles a los Persas en tiempos de Esther. ¡Cómo aman ese
Libro de Esther, que tan maravillosamente concuerda con sus
sanguinarios, vengativos y criminales deseos y esperanzas. Jamás brilló
el sol sobre un pueblo más sanguinario y vengativo que ellos que se
imaginan ser el pueblo de Dios, que piensa y desea aplastar a los
gentiles.
Debes saber, querido cristiano, que después del Diablo no tienes enemigo
más duro, venenoso y violento que un judío que desea seriamente ser
judío.
En las sinagogas denigran, blasfeman, escupen y ultrajan a Cristo y a
nosotros.
Del mismo modo que es imposible que las langostas dejen de saltar y las
serpientes de morder, así tampoco abandonará el judío su inclinación a
matar y asesinar cristianos donde quiera que pueda.
Nos mantienen prisioneros a nosotros en nuestro propio país; nos hacen
trabajar a todo sudar, mientras se sientan a la estufa, holgazanean, se
hinchan, devoran, se embriagan, viven holgadamente y a sus anchas del
bien producido por nosotros; nos han capturado a nosotros y a nuestros
bienes, por medio de su maldita usura y además se burlan de nosotros y
nos escupen por el hecho de que trabajamos.
Son tan ciegos que, no sólo practican la usura (sobre los demás vicios
me callo), sino que enseñan la misma como un derecho ordenado por un
dios a través de Moisés.
El sol no ha lucido jamás sobre un pueblo más sanguinario, pues lo mejor
que se les ocurrió fue decir que son un pueblo elegido por Dios, que
debe, como imperativo categórico asesinar y degollar a los gentiles.
El judío no es alemán, sino un engañador, no un occidental, sino un
falsario, no es un ciudadano sino un estrangulador
(en el original estas
palabras forman un gracioso juego: Deutscher-Hauscher-Wascher-Falscher-Bürger-Würger).
Yo no quería escribir más contra los malditos
(en el original:
verdampten) judíos (este
fragmento forma parte del prólogo del libro aludido al principio),
pero me he visto obligado cuando reparé que esta miserable e insana
gente no cesa de seducirnos.
Recuerdo
que este fragmento fue encontrado cuando investigaba los posibles
orígenes de Lutero en la organización tenebrosa de los Hermanos
Rosacruces. Su anillo de sello así lo atestigua, lo que no quiere decir
que lo haya sido. Pero es muy sospechoso. Es el mismo anillo de sello
que usaba René Descartes y sin embargo no conozco a nadie que pueda
asegurar que don René haya sido un Rosacruz, aunque siempre sospechoso
de sus amistades y andanzas cuando estuvo de gira por Flandes.
Esta imagen de Mahoma no es una herejía: me prevengo ante los islamitas
que puedan leer este texto. Proviene de una hermosa litografía que
precede al único ejemplar de Al Korán que tengo en casa y data de
1932. Edición en castellano, que pienso debió estar autorizada por
alguna autoridad del Islam de aquella época. Hoy las cosas han cambiado
mucho y creo que las únicas ediciones autorizadas para circular son las
escritas en árabe. De donde el árabe para los mahometanos vendría a ser
como el latín para los católicos.
Mahoma
(571 - 632) es el fundador de la religión musulmana. Fue un enemigo
declarado de los judíos, y sin embargo respetaba a los cristianos. Su
obra Al Korán es el libro religioso de los muslimes, los cuales
veneran y estudian cada versículo y cada idea en él contenida. De aquel
texto y otros he sacado lo que transcribo a continuación:
Juro que hallarás que los peores enemigos de los creyentes son los
judíos y los idólatras; en cambio hallarás que quienes están más
próximos del afecto de los creyentes son los que dicen: En verdad somos
cristianos; porque ellos tienen sacerdotes y monjes que no se
enorgullecen.
Para ellos (los
judíos) en
el mundo (habrá) bochorno y para ellos
en la otra (vida habrá)
un castigo grande. Escuchadores de mentiras, comedores de lo ilícito;
así pues, si vinieren a ti, juzga entre ellos o apártate de ellos, y si
te apartas de ellos no te dañarán cosa alguna.
¿No es verdad que siempre que vino a vosotros un profeta con lo que
deseaban vuestras almas, os ensoberbecisteis; y a unos los desmentíais y
a otros los matabais?
En sus corazones (hay)
vicio, y aumentóles Alá (el) vicio, y
para ellos (habrá) castigo el día que desmentían. Tientan a Alá y a los
que creen; pero no tientan sino sus almas. Y cuando se les dice: No
corrompáis la Tierra, dicen: Ciertamente nosotros somos puros. Pero, ¿no
es verdad que ellos son los corruptores? Y sin embargo no reflexionan. Y
cuando les dicen: Creed como cree la gente, dicen: ¿Es que vamos a creer
como creen los necios? Y sin embargo no saben.
Aclaraciones necesarias
En el
primer párrafo se ha utilizado la edición de Al Korán del
Centro Estudiantil Musulmán de Granada y en los restantes la traducción
de don Rafael Casinos Assens en la Edición Aguilar. Las palabras entre
paréntesis han sido añadidas por los traductores para hacer más
comprensible el texto.
Y bien
amigos, creo que esto no merece más comentarios. La única esperanza que
albergo es que uno de los catorce Centros de la Organización Wiesental
diseminados por nuestra patria, siempre atentos a la aparición de nazis
viejos y nuevos, algún día le ponga mi nombre a una de esas filiales:
Juan Pampero. Porque yo he encontrado más nazis que ellos en todo lo que
va de su existencia.
Me
despido de ustedes diciéndoles: hasta el nazi que viene.
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