¿Qué me
dicen amigos, eh? Digan algo. Pero Marx, que se ve reventó fiero
por el escrito de su paisano Bauer, sigue con su apóstrofe
antijudío sin haberse depilado la lengua: “Sin embargo, la
emancipación de la especulación y del dinero consistiría en la
superación de las características judías más prácticas y más
reales, y significaría al mismo tiempo la emancipación universal
(…)
Si la sociedad estuviera organizada de tal manera que las
condiciones previas que posibilitan la especulación quedaran
suprimidas, el judío hubiese llegado a ser imposible ya desde
hace tiempo (…) Su amor propio religioso se hubiese
esfumado cual huidizo vapor en la atmósfera vivificadora de la
nueva sociedad (…) Su servidumbre proviene de aquella situación
peculiar que el judaísmo ocupa en este mundo que gime
bajo el peso de las cadenas de su esclavitud.” Por lo que
digo: ¡Oh!
Y Marx, hombre
pragmático concluye diciendo: “El judaísmo no se ha
conservado en contra de la historia, sino precisamente en virtud
de la historia. El judaísmo es el producto de una sociedad
burguesa que lo reproduce en el fondo de sí misma y sin solución
de continuidad (…) El espíritu judío alcanzó su cenit con
la estructuración de la sociedad burguesa; sin embargo, dicha
sociedad burguesa encontró su plenitud en el cristianismo. Tan
sólo bajo el reino del cristianismo –el cual transformó las
correlaciones nacionales, naturales, morales y teóricas del
hombre en meras experiencias- podía diferenciarse la sociedad
burguesa de la vida estatal, podían romperse todos los vínculos
raciales y podía desagregarse el mundo del Hombre en el mundo de
los individuos atomizados que se combaten mutuamente (…)
En el momento mismo en que la sociedad logre destruir la esencia
última del espíritu judío, esto es, la especulación mercantil,
el desvergonzado interés y la criminal usura, con todas sus
condiciones previas, la existencia del judío llegará a ser
imposible, pues habrá perdido el contenido peculiar de su amor
propio, y la base subjetiva del espíritu judío; el sentido
práctico quedará humanizado, ya que habrá cesado la lucha
entablada entre el ser racial del hombre y el ser sensorial del
individuo. La emancipación de los judíos no podrá consistir en
otra cosa, en último análisis, sino en la emancipación de la
humanidad del espíritu judío.”
Bueno amigos y
amigas: ustedes ya me conocen sobradamente; sobre lo escrito por
don Carlos sería capaz, ahora mismo de mandarme cuatro hojas al
hilo. Pero no. No lo haré. Porque hay de por medio la palabra de
cuatro judíos retratándose a sí mismos: Scyzoryk que los
denuncia sin asco; Bauer que desató las furias tratando de
montarse en una hipótesis flatulenta; Marx que se cree obligado,
mucho antes de lo que después pasó en su vida, a responderle
agriamente; y Szekely que los recopila arriesgándose a que lo
pasen por la moledora de carne. Creo que es suficiente. Esta
dosis para mí, alcanza. No obstante ello, la pena grande, es que
la Liga Antidifamatoria no va a tener a quién echarle la
culpa. Ni la Organización Weisenthal (con 14 filiales en
Argentina) va poder salir a cazar algún nazi jodido que ande por
estos prados de Dios. Tampoco le van a poder echar la culpa a
los Palestinos que siempre andan tramando maldades en contra de
los judíos. ¿Y que van a decir los bolcheviques, mencheviques,
comunistas, socialistas y progres que no se les cae de la bocaza
el nombre de Marx? ¿Y el Mulato Cuarterón Bolivariano que habla
con retratos de Marx a sus espaldas, que medida tomará? Porque
un poco después de esto, Marx no se acordó muy bien de Venezuela
ni de Bolívar cuando tuvo que biografiar al prócer para una
enciclopedia yanqui, ¿o no fue así? ¡Santo Cielo y Cielo de los
Santos! En lugar de seguir leyendo me vienen ganas de llamar a
los bomberos. Ya ven, como les decía, mi esposa tiene razón: a
todo esto hay que mandarle fuego y chau.
JUAN, Milico
Muy Insufrible (siempre) |