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PROTESTANTES  Y EVANGELISTAS:

ESENCIA DE LA MASONERIA

(La masonería es la secta de donde todos salen y a donde todos vuelven)

Juan Pampero

   Dedicado con mucho amor al pastor Luis Palau, que chamuya el castellano, vive con los yanquis, dice que es argentino y piensa como un inglés. Todo al mismo precio. Una maravilla este Hermano.

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Arremetida masónica contra los pueblos católicos

   La masonería deja en paz momentáneamente a los países protestantes, considerándolos terreno amigo; pero arremete contra los pueblos católicos con el propósito de masonizarlos, sometiéndolos a sus ideas, a sus leyes y a su sistema destructor. Ella se ha colocado frente a la Iglesia como frente a un enemigo que hay que eliminar a toda costa: en su dogma, en su moral, en su jefe, en sus instituciones, en su historia, en su influencia y en su clientela.

   La guerra es duradera y empeñada, con alternativas de triunfos y derrotas, hasta la victoria decisiva de uno de los dos combatientes o una tregua indispensable, impuesta por las circunstancias con ventajas mayores o menores de una u otra parte. Así tenemos en el país la revolución crónica, encendida y sostenida por la secta, que espía a todas horas la primera ocasión para recomenzar con igual furia y tesón las hostilidades, hasta el último extremo. Esta es la historia presente y pasada de los pueblos católicos. El poder oculto de la masonería es el único y gran criminal, único traidor y enemigo de la patria, asesino de todos los derechos y libertades legítimos, genio exterminador de las naciones que viven con la fe en Cristo y en el amor de su Iglesia. La masonería es tenaz. Cederá momentáneamente ante los acontecimientos desfavorables, pero jamás renunciará a los objetivos que previamente se ha trazado.

   En 1948 el Gran Maestre de la masonería italiana, Hugo Lenzi, decía: "Entre la masonería y la secta clerical la lucha será aguerrida y sin cuartel hasta el día en el cual el Estado haya conseguido su completa laicidad"; porque "el laicismo —había declarado ya su predecesor Adrián Lemi— constituye la esencia de la masonería". De aquí que el orden del día de la Gran Logia Nacional Italiana del 12 de junio de 1956, aprobado por la Asamblea, rezara así: "De hoy en adelante el Gran Oriente de Italia deberá intensificar su acción por la laicidad del Estado italiano (en orden a la separación de la Iglesia y el Estado, el divorcio, al matrimonio civil, el laicismo escolar, la prohibición de la enseñanza por el clero, etc.)" [1]

   Su programa es destruir radicalmente, por franca persecución a la Iglesia o por el fraudulento e hipócrita sistema de la separación de la Iglesia y el Estado, toda influencia social de la religión, llamada insidiosamente clericalismo; y, si fuera posible, destruir la misma Iglesia y toda religión verdadera o revelada. Luego laicizar o secularizar por medio de un sistema parecido, hipócrita y fraudulento —que pretenden llamar de “no sectarismo"— toda la vida pública y privada, sobre todo la instrucción y educación popular; resultando tal maniobra un verdadero sectarismo anticatólico, anticristiano, ateo, positivista y agnóstico. El primer tema que se trató en el Congreso Internacional Masónico reunido en Italia del 10 al 23 de septiembre de 1911, fue precisamente el siguiente: "Cuál debe ser la actitud de la masonería frente a la Iglesia Católica para impedir que ejerza su influencia sobre el mundo laico".

   Anteriormente, el informe del Congreso Masónico Internacional de 1902 decía que "los problemas actuales que preocupan a la masonería universal son la emancipación de la mujer y la educación del niño; echando primero por tierra los obstáculos que son las nociones impuestas por la Iglesia".

   "Si la mayoría de los pueblos fuese formada por masones —declaraba la Revista Masónica Americana de Buenos Aires en 1872— la reacción (o sea el catolicismo), no se presentaría tan altiva, y la propaganda jesuítica no haría tantos prosélitos". Y más adelante añadía: "La masonería debe tener intervención en la política, porque si fuese destinada únicamente a practicar actos de beneficencia, no tendría razón de ser. Es necesario influir para que la masonería intervenga en los negocios públicos".

Las mil puertas abiertas para salir

   Los ilustres masones Edgard y Eugenio Sué, hablando de las naciones católicas, decían: "El mejor medio de descristianizar es protestantizar a los católicos; pues las sectas protestantes son las mil puertas abiertas para salir del cristianismo". En la revista masónica Lathorñia se lee: ''El protestantismo no es sino la mitad de la masonería; ya que, para beneficiar al liberalismo y al racionalismo —añado de puro metido—, basta que se abrace cualquier secta protestante. [2] En efecto, los mismos protestantes y evangelistas comprueban la apostasía que significa el pertenecer a la masonería. Así lo confesaba el clérigo protestante que, no obstante ser masón, decía lleno de sorpresa: "Nunca entendí cómo alguien que crea en la divinidad de Cristo y en su doctrina, como única revelación de la verdad, pueda llegar a ser masón sin padecer al mismo tiempo esquizofrenia espiritual". [3]

   En el periódico "Symbolisme" escribió el docto masón Osvaldo Wirth: “Si el candidato es católico romano ha de obedecer al Papa que le prohíbe ingresar en la Orden. En cambio las religiones orientales y las iglesias evangélicas no son enemigas de la masonería y nuestros templos se han llenado de ellos".

   Los evangelistas y protestantes en las logias masónicas se hallan en sus propias casas. Los masones, mientras necesiten de ellos para descatolizar al mundo, no los molestarán y, por el contrario, siempre serán muy bien recibidos. Porque en esto, a la verdad, están muy interesados. Ya lo decía al perito Francisco Moreno, a orillas del Nahuel Huapi, el presidente masón Teodoro Roosevelt al visitar América del Sur en 1912: "La absorción de estos países latinos por los Estados Unidos es tarea larga y difícil mientras se mantengan católicos". [4] Igual afirmación hará más tarde su hijo Franklin Roosevelt al explicar a Stalin en la reunión de Yalta que ciertas recomendaciones fracasarían en América latina "por la fuerte influencia ejercida en esos países por la Iglesia Católica". [5]

   El diario masónico alemán "Hamburger fremdemblatt" del 13 de junio de 1917, al celebrarse los 400 años del protestantismo y los 200 de la masonería, se expresaba así: "Las dos fuerzas espirituales del protestantismo y de la masonería están siempre bien unidas y en buenas relaciones. La masonería reconoce al protestantismo como a su fundador, y no se puede concebir aquélla sin éste. No hubiera habido verdadera y auténtica masonería sin Lutero y sin la Reforma contra nuestro común e implacable enemigo el romanismo". Y la "Gazette de Cologne" del 24 de junio de ese año añadía: "La aparición subversiva de la masonería en Inglaterra fue una reacción del anglicanismo y de la sociedad de los librepensadores ingleses contra las tendencias católicas de los Estuardos.  [6]

   Iguales reflexiones caben para los cismáticos ortodoxos, entre los cuales se ha comprobado, que el 30 % de los miembros de su alta jerarquía son masones.

   La primera acción masónica en las naciones con unanimidad o mayoría católica es pugnar por la libertad de cultos, porque la división religiosa de un pueblo es la premisa necesaria para su progresiva descristianización, secesión política y autoaniquilación.

   El Gran Oriente de Italia en su Instrucción a las logias en 1889 — después de celebrar sus triunfos por la supresión de las Ordenes religiosas, por la desamortización de los bienes eclesiásticos y por la destrucción del poder temporal de los papas— (a más de 5.000 -conventos habían despojado de sus bienes en 1879), recomendaba entre otras muchas cosas lesivas de los derechos de la Iglesia y de la persona humana, lo siguiente: "Trabajar por la reducción del cautiverio de los espíritus agravado por los dogmas y preceptos religiosos; demostrar que la masonería no combate a los católicos sino a los "clericales" que deshonran al catolicismo con las contiendas políticas; probar que la religión florece mejor donde la Iglesia se halla separada del Estado y que no conviene comprometer a los Estados con trabas jurídicas como son los concordatos estipulados con la Iglesia; apoderarse de la instrucción y educación en las escuelas y de las cátedras y cargos directivos en la docencia secundaria y universitaria; hacer impopulares y cesantear a los maestros y profesores católicos; desprestigiar con calumnias al clero; y laicizar, en fin, toda la vida política, civil y social con leyes secularizadoras de los cementerios, matrimonios, escuelas, hospitales, asilos colonias, clubes, cuarteles, funerales, fiestas nacionales, etc.”  [7]

   En 1904 escribieron en la revista de la secta: "Nuestra táctica frente al catolicismo debe ser la de aislarlo, la de contribuir a su fosilización; para ello contamos con la inestimable ayuda de los mismo sacerdotes y de los obispos que los protejen”. [8]

   El satanista Adrián Lemmi, jefe de la masonería italiana, decía en su circular a las logias 6n 1887: "El aniversario del 20 de septiembre (de 1870), en que ha sido derrocado el poder temporal del papa, toca exclusivamente a la masonería. Es una fiesta pura y simplemente masónica. Ahora trabajad haciendo el último esfuerzo para dispersar las piedras del Vaticano y construir con ellas el templo de la Razón Emancipada".

   Su desafío satánico, hecho a Dios en su Vicario, repitiendo el "non sérviam" de Luzbel, tuvo lugar el 5 de marzo de 1875 cuando, al inaugurar el templo masónico en Roma, dijo el Gran Maestre: "Hermanos de la patria universal: La masonería, es el grito de la conciencia humana contra la opresión. Aquí donde existe la tribuna donde se ha proclamado el Syllabus —la más asombrosa amenaza contra la sociedad moderna— hemos erigido otra tribuna, más modesta pero mucho más sabia, para proclamar y defender los derechos de la conciencia y de la libertad".  [9]

   Con tal jefe, como Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo, y con el ministro del rey, Francisco Crispi, presidente del Consejo desde 1887 a 1896— que era a su vez Gran Maestre de la Orden, los masones italianos contaban, en 1890, con trescientos diputados sobre un total de quinientos.

Avatares y epígonos masónicos

   La masonería ejerce su influencia sobre todas las políticas, y sobre los ejecutores de ellas, los politicastros, la Nueva Oligarquía parasitaria que soporta el Pueblo argentino, la mayoría completamente masonizados, y los que no lo son lo parecen. Pero, en la conjura anticristiana que encabeza la masonería, cuenta con sus epígonos y avatares —manifiestos o encubiertos—, ellos son a saber: de los evangelistas (en sus 142 versiones todas judaizantes); de la llamada Iglesia Carismática (que son Pentecostales de cabo a rabo, disfrazados de católicos, y por ello clandestinos por definición); del ocultismo que ha envenenado el alma del hombre y de la mujer comunes; del hermetismo (de Hermes Trimegisto) cumulus nimbus de maldades insolentes; el logosofismo; del espiritismo (un fraude hecho y derecho); el kabalismo judaico; el esoterismo; el teosofismo; el rosacrucianismo y toda suerte de neoespiritualisinos, los cuales se insinúan en el seno de la socie­dad cristiana, sembrando la confusión en las ideas y la perversión en las costumbres.

   En el siglo XIX, la Alta Venta Carbonaria, heredera del Iluminismo, ejerció la dirección general de las sectas secretas con estas nuevas formas de masonería. Todos sus documentos —de más de setenta y tres años de actuación, y que certifican cuanto aquí afirmo— se hallan en el archivo secreto del Vaticano.

   Muchas otras sectas, asociaciones y sistemas doctrinales, como la Acción Laica; Liga de la Enseñanza; Intelligence Service; Friendly Societies; Young Men's Christian Association (YMCA); Liga por los Derechos del Hombre; Amnisty Internacional; Liga por la Defensa de los Derechos Humanos (y subconjuntos de éstos como las Madres de Plaza de Mayo, las abuelas de Plaza de Mayo y otras organizaciones terroristas como el CELS);  el Rotarismo y el Leonismo Internacionales; y además el conjunto de laicistas, materialistas, positivistas, librepensadores, racionalistas, solidarios, marxistas y liberales de todos los pelajes imaginables, progresistas disfrazados con pellejos de cordero, etc., tan sólo  son auxiliares y renuevos de la masonería, no sólo porque son instituciones y sistemas fundados por masones, bajo la inspiración de la masonería, modelados sobre ella y con masones militantes en su seno, sino también porque por ella son dirigidos y directamente fiscalizados, aprenden sus máximas y cooperan a la victoria de sus empeños, cumpliendo cada uno la misión encomendada. Son los diferentes caldos de cultivo que utiliza la masonería para la fermentación de sus principios. Los obispos franceses condenaron en 1935 la Liga de los Derechos del Hombre, de la Enseñanza Laica, etc., como organizaciones "franc-masonas encubiertas y disfrazadas, y como filiales de las logias de las cuales reciben las inspiraciones, cooperando en su labor anticristiana; pues, es evidente que la masonería es la base de unión de todas". [10]

   En la Argentina existen cerca de 80 organizaciones colaterales de la masonería; un centenar de organizaciones judías dependientes de las sionistas DAIA y AMIA (todas bajo el control de la logia masónica B’Nei Brith -Hijos de la Alianza-), y alrededor de 1.200 religiones y sectas inscriptas en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, creadas todas ellas de ex professo para desarrollar su acción profana sin comprometerse (la gran mayoría de estos tabucos fueron aceptados durante el Proceso de Reorganización Nacional y, dentro de él, por el catolicísimo General Videla). Por otro lado existen otras 30 que, si bien no son fundaciones masónicas, han sido prácticamente copadas por la masonería y han tomado su estructura funcional. Allí actúan, junto a los masones, los que Lenín llamaba idiotas útiles (tantos, que hasta pueden llenar una avenida), los cuales, al mismo tiempo que sirven de relumbrón a la institución y de resplandor al charlatán de turno, encubren su verdadera finalidad y real origen. Viendo este aquelarre puedo decir con justicia que la Argentina ha sido invadida por el satanismo. Espero que salga alguno a desmentirme. Lo espero.

   La YMCA, llamada también masonería blanca, fue condenada por la Santa Sede en 1920 con estas palabras: "Tales organizaciones, mientras manifiestan una especial preocupación por la juventud, corrompen su fe con la excusa de hacerla más pura; enseñando una concepción de la vida con la prescindencia de todas las iglesias y de toda profesión religiosa". En otras palabras "YMCA acarrea la ruina de la fe de los jóvenes, al afirmar que su finalidad es hacerles conocer mejor la verdadera vida por encima de toda religión y confesión religiosa".  [11]

   En 1894 el Congreso Masónico de Amiens recomendó la fundación de de sectas religiosas y sociedades que obraran en consonancia con la masonería, "quedando nosotros siempre entre bastidores". Y el periódico masónico Chronicle decía en 1897 que "la fuerza de la masonería en su trabajo externo está, sin duda, en que hay más masones, y muchas veces mejor calificados para la ejecución de trabajos masónicos, fuera de la Hermandad que dentro de ella. Por eso la masonería en Europa y América funda sectas religiosas, sociedades e instituciones de semejante forma y fin, e infunde en ellas su espíritu".

   Por ejemplo Le Droit Humain (espermatozoide de la que hoy azota a nuestra Nación), es una orden masónica mixta internacional con sede en París, dirigida por el Supremo Consejo Internacional de masones y masonas, grado 33º, fundada el 4 de abril de 1893 por Jorge Martín del Gran Oriente de Francia.[12]  Tal cual ocurre con la inofensiva Iglesia Clandestina de Quilmes (que no tiene dueño pero están todos los que son, y son todos los que están). O con hechos que, en apariencia no guardan relaciones entre sí; por ejemplo: para que venga el señor Luis Palau a dar su perorata y hablarnos como si fuéramos infradotados, primero hubo que dar testimonio, lo que es típicamente masónico: inferir una terrible afrenta a la Catedral Metropolitana, con baños incluidos. Y la complicidad del Episcopado en cuya palabra el Pueblo ya no cree ni quiere saber nada, porque Fray Jorge Cardenal Bergagoglio todavía no se ha dado por enterado.

   La Liga por los Derechos del Hombre fue uno de los aparatos más importantes de los comunistas en el orden internacional (aquí, por lo menos, todos los son aparte de terroristas malvivientes). Se originó después de la disolución del Socorro Rojo Internacional en 1937, el cual apareció en la Argentina como órgano colateral del Partido Comunista antes de 1930. A él pertenecieron grandes figuras de la política argentina (como por ejemplo Arturo Frondizi y sus hermanitos Silvio y Risieri, junto con Chavero, alias Atahualpa Yupanqui, hoy erigido en prócer nacional de la mano del judío Julio Maharbiz). Sus nombres pueden leerse en la revista Estudios sobre el Comunismo en sus entregas de julio-septiembre y de octubre-diciembre de 1957, Santiago, Chile. [13]

   El solidarismo fue inventado en 1865 por el masón Eugenio Pelletan, Venerable de la logia L’Avenir, Por él los solidarios reniegan de todo culto y religión: rechazando anticipadamente y con juramento los auxilios sacerdotales en vida y trance de muerte. Él solidarismo es la asociación oficial de los librepensadores (tipo del judío Ernesto Sábato), hija dilecta de la masonería (modelo del gorila tenebroso de Alfredo Palacios), cuyo principio esencial es cabalmente el librepensamiento. Solidario fue el ladrón, asesino y filibustero Garibaldi, el cual escribía en su Testamento Político: "(…) Yo declaro que, encontrándome hoy en pleno uso de razón, no quiero aceptar en ningún momento el ministerio odioso, despreciable y condenado de ningún cura (…) y, además, que sólo en estado de locura o de extrema ignorancia creo que pueda un individuo encomendarse a estos sucesores de Torquemada". Pero él fue peor que Torquemada, que a su lado parece un pichón de picurú.

   En fuerza de los continuos avances del racionalismo, la masonería hizo profesión de fe positivista, o sea del materialismo, más brutal, y recibió en la logia de París, a su jefe Littré en 1876. Al año siguiente, el célebre masón Ferry, a quien se debe el laicismo escolar francés (digamos que como Sarmiento aquí y por la misma época), hizo el elogio del positivismo. Las logias fundaron luego en París (¡Ah, Francia, nación sin destino!), una Escuela Superior, "destinada —escribe Deschamps— a propagar científicamente el socialismo entre las clases intelectuales; y con el socialismo, ese grosero materialismo y esa negación total que constituye el credo del positivismo y de la masonería".

   La tenebrosa y criminal secta de los caballeros del Ku-Klux-Klan, que profesa odio fanático al catolicismo, y que es brutalmente segregacionista en el problema de discriminación racial de los negros de Norte América, encuentra entre los masones sus mejores elementos.

   Fundada en 1864, durante la Guerra de Secesión, agrupa a cuantos abrigan especial encono contra el negro y el católico (a los que llaman papistas, despectivamente) y, en ocasiones, con el extranjero y, al organizar la caza del hombre, resultó ser el terror y espanto de los negros y destructores de muchos hogares católicos. En tal época asesinó a 10.000 de estos infelices, de los cuales unos 9.000 fueron negros africanos y el resto católicos. Los locales de reunión se llaman cavernas (como en la Cábala) y su jefe es el Gran Mago (como se llaman los Herméticos y Esoteristas). Esta junta de tenebrosos fue abolida en 1871, pero resurgió en 1917. A mediados del siglo pasado lograron un nuevo incremento en su macabra lista de infames y espantosos crímenes. Dicen que ahora sus locales se llaman cuevas; usan como distintivo la Biblia (con una versión neoyorquina editada en la Quinta Avenida), y el puñal (masónico) y por la noche se presentarían encapuchados y vestidos de blanco en diabólico conciliábulo alrededor de la Cruz de Fuego que presidía sus reuniones. [14] 

   Semejante a la Liga del Ku-Klux-Klan fue la célebre Camorra Napolitana de la segunda mitad del siglo pasado: junta de bribones y canallas, progenitores de la Maffia moderna. Etimológicamente esta palabra se la hace derivar de las iniciales de los siguientes vocablos: "Mazzini autorizza furti, incendi, awelenamenti" (Mazzini autoriza robos, incendios y envenenamientos).[15] No muy lejana a los asesinos de la Carcoma de los españoles: Carbonarismo, Comunismo y Masonería.

   Las sociedades masónicas de los Teósofos (con varias asociaciones en nuestro país; la más importante se encuentra en Rosario, Santa Fe, ciudad que fue por añares Lupanar de la Masonería), derivadas del espiritismo, establecen que es su deber oponerse decididamente a toda religión positiva, en particular al cristianismo, que estima como la más perniciosa. La Sociedad Teosófica fue fundada la en 1875 por la masonería hindú.

   El teosofismo —fusión de kabalismo, hinduismo, panteísmo y ocul­tismo— efectuó su unión con la masonería a través del rito mixto del Le Droit Humain (Los Derechos Humanos), y luego selló oficialmente su unión en 1912 con el Gran Oriente de Francia.

   Estas sociedades fueron condenadas por Benedicto XV el 18 de julio de 1919 "como irreconciliables con la fe católica". Además, se prohibió a los católicos "asistir a sus reuniones y leer sus escritos". [16]

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REFERENCIAS
  • [1] Revista Civilta Católica, abril de 1958. Nicolás Serra y Caussa, La masonería al derecho y al revés, Tomo II, pág. 438. 

  • [2] Nicolás Serra y Caussa, op. cit.., Tomo II, pág. 164. Revista de la Masonería Americana, Tomo I, pp. 79 a 81. Revista Eclesiástica de Buenos Aires, año 1905. 

  • [3] Despertad, revista de los Testigos de Jehová del 8 de agosto de 1958, pág. 20; redactada en inglés en la ciudad de Nueva York y traducida al castellano en la Logia Southern Cross (funcionaba en la calle Corrientes 38 de la ciudad de Córdoba), dependiente de la Gran Logia Británica a cargo de Ian Gillispie Drysdale (espía inglés y amigo inseparable del General Aramburu), que se desempeñaba como Auditor, Gran Custodio y Gran Administrador de las logias Mark Master Masons dependientes  del Príncipe Consorte Felipe de Edimburgo. 

  • [4]Miguel A. León, La Persecución en Méjico, pág. 68, Ed. 1927. 

  • [5] Diario La Nación del 19 de marzo de 1955. 

  • [6]  Hamburger Fremdemblatt del 13 de junio de 1917 y Gazette de Cologne del 24 de junio de 1917.

  • [7]  Nicolás Serra y Caussa, op.cit., Tomo II, pág. 340

  • [8] Revista de la Masonería Italiana, pág. 164, año 1904. 

  • [9] Revista de la Masonería Americana, Año III, Nro. 17, 15 de octubre de 1875.

  • [10] Duque de la Victoria, Israel manda, pág. 170 

  • [11] AAS (Acta Apostolicae Sedis), pág. 596, Ed. Año 1920.

  • [12] Diccionario Enciclopédico de la Masonería, Tomo II, pág. 901, Ed. de la secta de 1947. 

  • [13]  Revista Estudios sobre el Comunismo, julio-septiembre y octubre-diciembre de 1957, Santiago de Chile. Diario El Pueblo del 27 de mayo de 1959. La Liga por los Derechos del Hombre fue clausurada por el gobierno nacional (Frondizi) en 1959 por haberse descubierto que era una filial del Partido Comunista.

  • [14]   Hermann Schreiber, Mistagogos, masones y mormones, pp. 45 a 47. Barcelona 1958. Traducción al castellano de la edición alemana de 1956.  

  • [15]  Hermann Schreiber, íbidem pág. 289.

  • [16]  AAS, del 18 de julio de 1919, XI, pág. 317