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JAMES DARMESTETTER, PROFETA DEL JUDEO CRISTIANISMO 02

(Que versa sobre el Vaticano al gobierno y Darmestetter al poder)

Un trabajo exquisito del Licenciado Tomás Elvino Blanco

 

Visión del Darmestetter sobre el papel de los judíos en la Historia

   AI reconstituir en su segundo ensayo La Historia del Pueblo Judío, Darmestetter marca clarísimamente los episodios de la lucha que opone el judaísmo a sus rivales, a través de una acción sorda e invisible (...) que justifica a posteriori el odio de la Iglesia, la polémica religiosa que corroe y oscurece al cristianismo. En esta parte (pág. 186) viene el segmento citado más a menudo de nuestro autor: el judío sabe cómo revelar los puntos vulnerables de la Iglesia (...) él, es el doctor de todos los incrédulos; todos los rebeldes del espíritu van a él, en la sombra o a cielo descubierto. Está trabajando en el gran taller de la blasfemia del emperador Federico y de los príncipes de Souabe y de Aragón; es el que forja aquel arsenal mortífero hecho de razonamiento e ironía, que dejará a los escépticos del Renacimiento, a los libertinos del Gran Siglo, tal sarcasmo de Voltaire –en el recuadro derecho- no es  más que el último y resonante eco de tal frase susurrada diez siglos antes, en las sombras de un ghetto y antes aún, en tiempos de Celso y de Orígenes [8]  –en el recuadro izquierdo-, en la cuna misma de la religión del Cristo. Pero sigue: En el umbral del siglo XVI Reuchlin se levanta (...) el inmenso soplo del renacimiento apaga la antorcha dominicana y la Refor­ma estalla. Agregando: La Biblia de Lutero está sacada de los comentarios de Raschi, la Cabala sale de sus misterios y se apodera de los fogosos que emborracha con sus humos, pero emancipa y permite la mayor audacia, ya que sólo los judíos conocieron el verdadero nombre de Dios (pág. 188). Y un poco más adelante: El Antiguo Testamento sustituye al Nuevo, da a Francia, Coligny y su admirahle falange de mártires y héroes (...) da a Inglaterra los puritanos y la República y fundamenta la tradición democrática. Agradecido, Cromwell –en el recuadro de abajo- vuelve a abrir a los judíos las puertas de Inglaterra. Para rematar en: Por fin llega le Grand Siécle del libre pensamiento: el volterianismo (...) culebrea por debajo de la religión oficial del gran reino y estalla por fin con los filósofos (…) La Revolución francesa (...) reconoce a los judíos el derecho de tener por patria pleine et entière a Francia, y detrás de Francia vienen los países de civilización, Italia, Inglaterra, Holanda, Dinamarca (…) La Revolución francesa abre para el judaísmo una nueva era (pág. 189). Por primera vez el pensamiento judío se encuentra de acuerdo con la conciencia de la humanidad (pág. 192).

   Así es cómo la eclosión de la ciencia en el Siglo XVI, la filosofía destructiva del Siglo XVIII y la Revolución han reducido la cuestión a los términos en que los viejos profetas la habían planteado, realizar la justicia en la tierra, sin. apoyarse sobre las sanciones de ultratumba (pág. 128); habiendo constituido una religión, la más estrecha y la más amplia de todas, hecha de aislamiento en cuanto al culto y de expansión respecto a la idea, y que actuaba cuanto más poderosamente por una cuanto se mantiene más enérgicamente por la otra, excelente condición para permanecer y actuar, y convertir al mundo a sus principios sin dejar que concesiones oportunistas de la propaganda le hagan mella (pág. 173); el pueblo judío, el único entre todos los pueblos que le rodean (posee), para guiarlo por el mundo, una filosofía de la historia: para él existe en el drama del universo un plan racional que se desarrolla según una ley y que tendrá un desenlace feliz para todos (pá­g. 174).

   Tales son, según Darmestetter, las etapas (que hemos seguido, pacientemente, en este trabajo) de la reconquista del mundo por el judaísmo, y los objetivos que fija a la humanidad. A este título invita a la Iglesia a participar paralelamente a la secta de la ciencia, en la marcha hacia el progreso y al establecimiento de la justicia en esta tierra. Con Pío XI (el Papa judío Achille Ratti, en el recuadro izquierdo), consiguió penetrar en el Vaticano (en realidad construyó una Sinagoga dentro del Vaticano que pasó a ser la más alta antena del judaísmo en el mundo), lo que le permitió alrededor del año 1930 (ya había condenado a la Action Française y puesto en el Index las obras de Charles Maurras (1926); pero no condenó a Stalin hasta 1938), aliarse, entre otros, con aquel Estados Unidos del judío Roosevelt (ver la obra de Silcox), y en Alemania, con ciertos elementos católicos para combatir la reacción de los alemanes contra el marxismo y contra el apoyo que prestaban al NacionalSocialismo incipiente en su lucha contra los bolcheviques.

   Gracias a este acercamiento, el ideal del judeo-cristianismo, preconizado por Darmestetter, empezó a penetrar en los hechos, ya antes de la guerra, y pues antes de que Jules Isaac [9] niciara sus gestiones. Esta Nueva Alianza, ¿no es acaso la llave del Concilio Vaticano II [10], donde los textos de Darmestetter arrojan una luz diferente sobre sus novedades? Saint Yves d'Alveydre, padre de la Sinarquía, que preparaba el terreno para esta evolución, había acogido favorablemente el dogma de la infalibilidad proclamada por el Vaticano I [11] como parte de ella: ¿acaso, de aquí en adelante no sería más que suficiente la llegada al trono de San Pedro de un Pontífice ilustrado para dominar a la Iglesia, y permitir a las sociedades secretas que la manipulen para sus propios fines, sin que nadie pueda decir un chistido so pena de ir al horno de la Gehená do se escucha el rechinar de dientes? ¡Oh! ¡Vengan Santos Milagrosos, vengan todos en mi ayuda!   

Señor de los Milagros de Mailín del devoto y antiguo

Santiago del Estero: Perdónalos Padre, aunque

ELLOS SABEN PERFECTAMENTE LO QUE HACEN.

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Referencias
  • [8] Este Orígenes al que se refiere Darmestetter no es el célebre doctor de la Iglesia (184 -254), llamado por sus contemporáneos Ada Manfino por la alusión a la fuerza de sus argumentos. No. Se trata del hereje que frecuentó este mundo en Siglo III y que en año 290 enseñó que el matrimonio había sido inventado por el diablo y que era lícito impedir la generación por cualquier medio. Esta tesis, que suena a sonsera sin abuela, fue esgrimida como bandera por los seguidores de Lutero, las sectas secretas que se crearon en torno de él y los sistemas comunistas, terrible mezcla de pervertidos, ladrones y asesinos, que se implementaron en las dos terceras partes de ese Siglo XVI en Alemania, Suiza y las Provincias Unidas (Flandes).   

  • [9] Jules Isaac fue Inspector General de Instrucción Pública de Francia, autor de los manuales de historia Mallet e Isaac, y cuya mujer e hija, según las versiones, habrían muerto en campos de concentraciones, hace ciertas acusaciones en sus libros (Jesús e Israel -1948-; ¿El antisemitismo tiene raíces cristianas? -1960 y Génesis del antisemitismo), en contra de San Ambrosio, San Agustín, San Gregorio el Grande, San Agobardo, aprovechando la propaganda antinazi que se había volcado sobre el mundo. 

  • [10]  El Concilio Vaticano II, vigésimo concilio ecuménico reconocido por la Iglesia Católica, fue convertido en símbolo de la apertura eclesiástica a la Edad Contemporánea. El Concilio fue anunciado por el papa Juan XXIII el 25 de enero de 1959, y celebró 178 reuniones durante los meses de otoño de cuatro años consecutivos. La primera sesión tuvo lugar el 11 de octubre de 1962 y la última el 8 de diciembre de 1965.

  • [11] El Concilio Vaticano I, que es el 19º de la Iglesia Católica (el de 1431 - 1439 realizado en Basilea, transferido a Ferrara y luego a Florencia en 1439, siendo Papa Eugenio IV –Constantino Gabriel Condolmero- no se considera ecuménico), se llevó a cabo en 1870, donde se defendió el dogma de la infalibilidad pontificia. Era Pontífice entonces Pío IX –Juan María Mastai-Ferretti, Papa de 1846 a 1878-.