Cuando el agresor consigue invadir un país y dominarlo con fuerzas de
ocupación, siempre ha ocurrido que aparezcan, esos connacionales, que por
prebendas o miedo se pasan a las fuerzas invasoras y se convierten en
reptiles verdugos de sus propios compatriotas: son los entregadores o
colaboracionistas (...)
Los verdaderos responsables, a pesar de las campañas
de confusión y cortinas de humo están ahora en la vitrina pública (…)
Ya no pueden seguir ocultándose, con el disfraz de
funcionario, empresario, escritor o politicastro.
Ya se sabe quiénes son los sirvientes de los negociantes internacionales,
la hora de la verdad, de la justicia nacional, está próxima, por ello, antes
que sea tarde deben meditar y en el arrepentimiento conseguirán quizá, que su
final no sea tan trágico como el que se merecen.
CESAR CAO SARAVIA,
¡Argentina Acosada!,
pp. 38 y 39, Buenos Aires 1967. |