en el
silencio amplio de las mazmorras,
te han
muerto, compañera!
Muchacha
victoriosa
de flores
y banderas.
No
toleraban ese cántico
en que
ibas sinfonizando
el
perfume y la
sangre
del
viento militante.
Esa forma
de enamorar la vida ,
llevando
adelante el plenario de lunas
envuelto
en los cánticos populares.
Canciones
que hicieron a las palabras
bengalas
engordadas de fervor.
En cada
acento iba la esperanza,
la furia,
la
ternura henchida de locura.
Si
hubiéramos excluido el amor y la bronca....
¿ qué
otra militancia habría sido posible?
Con tu
vuelo filosófico y tus alas poéticas,
bien lo
sabias.
¡Compañera de sueños!
amiga de
las palabras y el duende militante
camarada
de luchas.
No
pudieron perdonarte la desobediencia y el grito,
el
cantar y la bandera.
Ibas en
las entrañas mismas del combate de un pueblo
desaliñado en las creencias.
Creer,
es saber
de la verdad,
de la
existencia del otro.
Caminabas
de paloma.
apasionada,
de nube o
de vientos trigales
que
amanecían en la aurora,
en tu
piel,
para
movilizar el retorno.
Utopía de
jóvenes
que iban
a llegar cantando
para
crecer la verdad,
en mañanas comprobables.
ALFREDO CARLINO
Marzo 24
del 2007.