El FFCC progreso y imperialismo británico
Los ferrocarriles fueron el motor de
desarrollo y poblamiento regional. Pero también fueron el negocio
del imperio ingles y la corrupción de los conservadores liberales en
el gobierno de fines del siglo XIX y principios del XX.
Con el fin de llevarse a través del embudo
ferroviario-portuario de Buenos Aires la riqueza de la tierra, la
política británica contó con un aliado de hierro en el gobierno.
El FFCC Central Córdoba unirá todas las vías de
trocha angosta del noroeste con la ciudad de Buenos Aires.
En 1903 el gobierno otorga al FFCC Central
Córdoba el derecho a construir una vía férrea que una Rosario con
Buenos Aires que se denominará “FFCC Central Córdoba-Extensión
Buenos Aires”.
Su planos y estaciones serán aprobados en 1905
y en 1906 comienza su construcción.
En 1908 se autoriza el servicio público de
cargas hasta la estación Santa Lucia.
En 1909 se fijan los nombres de las estaciones
Los Polvorines, Del Viso y Alberellos. El primero de agosto será
librado al transporte de pasajeros (un vagón para pasajeros y el
resto de carga).
Scalabrini Ortiz denunciará fuertemente este
negociado disfrazado de inversión “…el FFCC Central Córdoba nacía
así animado por un propósito no estrictamente ferroviario, nacía
para taponar la salida de los FFCC del Estado al principio. Para
absorberlos en la primera ocasión favorable. Esa miserable línea de
208 km., rudimentariamente construida, infelizmente dotada. Iba a
actuar de ferrocarril ganzúa, iba a ser el instrumento con que los
“financieros” ingleses extraerían del dominio argentino los
ferrocarriles que ellos construyeran por su propia cuenta…”
Esta empresa sería la encargada de extender su
recorrido desde Retiro hasta Rosario cerrando un fabuloso negocio,
para los ingleses claro: “…en 1909 se inicia una maniobra de alto
vuelo que tiene por objetivo absorber las nueva líneas de trocha
angosta que el Estado argentino ha construido con el andar de esos
años y que en 1909 miden 1.047 km. de longitud. La absorción se
proyecta realizar mediante la formación de una compañía en que el
Central Córdoba y las líneas del Estado se fusionen. Para que en esa
compañía el Central Córdoba detente el comando, es preciso que su
capital domine al capital de las líneas del Estado…”
Es así como se consuma el control de estos ferrocarriles en manos
inglesas hasta que por dedición del gobierno nacional (Gob. Del
Gral. J. D. Perón) se recuperan para el patrimonio nacional.
En 1912 comenzará a funcionar en toda su
extensión uniendo Buenos Aires con Rosario.
Pero la caída de la bolsa de Nueva York 1929
generará una crisis mundial y con ella la empresa inglesa tendrá
serios problemas para sostenerse. En 1939 el Estado se hará cargo de
la línea.
Inmediatamente de producida la urbanización de
las tierras que rodeaban las vías ferroviarias, a partir de 1945, se
instalará un apeadero que pronto se transformó en el “Paradero
Km.34”.
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