Adolfo Pérez Esquivel
La
lectura de los acontecimientos y las políticas generalmente se
desarrollan sobre los hechos
en la superficie, es decir, en los escenarios que impone el
modelo en el poder. Rara vez se hace una lectura de los ríos
subterráneos que no se ven en la superficie, pero que arrastran
en su cauce la confluencia de muchos otros cauces y en momentos
determinados, hacen irrupción en la superficie;
son los emergentes históricos de los pueblos cuando
dejan de ser espectadores y se asumen como protagonistas y
constructores de su propia historia.
Los
sectores políticos y económicos que se creen los dueños del
poder, menosprecian la capacidad de reacción de los pueblos y
siempre lo ven como agentes pasivos y manipulables.
Los
cauces de los ríos subterráneos al confluir en el gran río,
dejan de ser aguas tranquilas y emergen con toda fuerza y
capacidad de alterar y transformar los acontecimientos, como
cambiar la histórica, se vuelven incontrolables para aquellos que
trataron de dominarlo y mantenerlo en el silencio subterráneo.
Esos
ríos son los imprevistos históricos que nacen en la conciencia
colectiva de los pueblos.
En
América Latina en las últimas décadas marcadas por la represión,
las dictaduras, la voracidad económica , han surgido los ríos
subterráneos de la resistencia, de los valores, sociales y
humanos, el continente tiene muchos emergentes que son ejemplos;
como el Movimiento de los Sin Tierra en Brasil, los movimiento indígenas
en Ecuador y México, como en Chiapas, los organismos de derechos
humanos en toda América Latina, el Foro Social Mundial en Porto
Alegre, los movimientos de mujeres que día a día van adquiriendo
mayor protagonismo social, cultural y político.
En
los países industrializados el movimiento de anti-globalización
que mostró su rostro en Seatle, Génova y Davos, frente a las políticas
de imponer el “ pensamiento único” del neoliberalismo y la
dictadura global.
La
Argentina es víctima de las políticas neoliberales y de la
voracidad que ha
impuesto el “terrorismo económico”, con el saqueos de los
recursos del pueblo. Los hechos recientes ponen en evidencia el
hartazgo, la desilusión y frustraciones que durante el gobierno
peronista de Carlos Menen quien con la promesa del futuro, hipotecó
el presente.
Le
siguió el gobierno radical de Fernando de la Rúa quien profundizó
el modelo neoliberal, acepto las imposiciones del FMI y privilegió
el pago de los intereses de la deuda externa, sobre la deuda
social.
Quien
fuera ministro de economía , Domingo Cavallo fue el gestor de las
políticas de ajuste, capitalización y privatizaciones, los
megacanjes y no satisfecho con haber destruido la capacidad
productiva del país y como agente de la voracidad del FMI,
impone sus políticas sobre el pueblo, congela los fondos
bancarios de los medianos y pequeños ahorristas y
somete a la pobreza a las dos terceras partes de la población.
El
pueblo argentino queda en un estado de indefensión jurídica
total.
En
muchas provincias, como en la capital surgieron grupos de
afectados al sufrir los embates del plan económico impuesto, los
despidos, la exclusión social, el hambre y reaccionaron con los
piquetes, las huelgas, las marchas para reclamar los derechos
perdidos o postergados.
Es
increíble que en un país como la Argentina, productor de
alimentos se mueran mas de 100 niños por día de hambre y
enfermedades evitables. Los jubilados,
después de 35 ó 40 años de trabajo y de aportes a las
cajas, no se les paga la jubilación o se les reduce y se ven
sometidos y transformado
en mendigos del Estado.
El
pueblo harto de tantas agresiones salió a reclamar sus derechos
en una pueblada como pocas veces se vivió en el país.
La
represión fue brutal con un saldo de 31 muertos y cientos de
heridos, entre ellos menores de edad, como miles de detenidos,
algunos de los cuales fueron liberados. El gobierno del presidente
de la Rúa no tuvo la voluntad política de enfrentar esa grave
situación y quedó aislado, aún de sus aliados y de su propio
partido político, la Unión Cívica Radical, privilegió al gran
capital financiero y las políticas impuestas por el FMI, sobre
las necesidades del pueblo. Congeló los fondos bancarios de los
pequeños y medianos ahorristas, agudizando la recesión, bajando
salarios, no pagando a los jubilados
No quiso escuchar ni ver la situación social, podría
sintetizar que fue un “gobierno autista”, con el trágico
desenlace que nos duele a todos.
Situación
similar fue la vivida en el Ecuador y responsable de la aplicación
del mismo modelo, el ex ministro de economía, quien fuera
contratado por el gobierno del Ecuador. Debe se un alerta del
proceso que pueden sufrir otros pueblos de latinoamérica
y en otros continentes, dónde se aplica las mismas políticas
impuesta por el FMI y la voracidad financiera. La rapiña
financiera se pudo en evidencia que cuando soportábamos la fuerte
represión en la Plaza de Mayo , como en otros puntos del país,
la Bolsa de Valores aumentó 15 puntos. La voracidad financiera no
tiene limites.
El
partido justicialista hizo cuanto tuvo a su alcance para apurar la
caída del gobierno, le faltó voluntad política y grandeza. Los
hechos que sucedieron a la fuerte represión y cambio de gobierno,
con la designación del gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez
Saá, como presidente provisional de la nación, ponen en
evidencia la voracidad política; los dirigentes políticos
del peronismo esperan repartirse los despojos de la patria.
Lo han tomado y festejado como un triunfo, cuando en realidad el
pueblo no les ha dado ningún voto de confianza, ya que son
responsables durante el gobierno de Carlos Menen de la grave
situación que se vive. El peronismo, violando la Constitución
Nacional, por tener mayoría parlamentaria ha impuesto la ley de
Lemas, un aberración y lucha interna del partido para ver quien
se queda con los despojos del poder.
El
pueblo permanece alerta observando el curso de los acontecimientos
y políticas a aplicar por
el actual gobierno
provisional.
El
programa de gobierno presentado por Rodríguez Saá en la vorágine
de los acontecimientos, es contradictorio, llamado a elecciones en
60 días, pero presente un programa
para cuatro años, reduce los ministerios, promete un millón de
puestos de trabajo, habla de las Madres de Plaza de Mayo y recibe
a un grupo en Casa de Gobierno, por el otro lado deja en manos de
las fuerzas armadas las obras sociales, sin
el esclarecimiento de los hechos aberrantes durante la época
de la dictadura y las consecuencias para el pueblo.
No
ha mencionado a quienes saquearon el país, a los centros del
poder económico.
Ha
dicho que no pagará la deuda externa. No es novedad porque la
Argentina está imposibilitada de hacerlo. Hay que presentar
propuestas concretas sobre la deuda.
Los
acontecimientos se precipitan y no hay tiempo para poner remiendos
a los graves problemas para que nada cambie.
La experiencia dice que la situación argentina puede ser
semejante al Ecuador, cuando el pueblo en su pueblada provoca la
renuncia del entonces presidente Jamil Mahuad, llega un gobierno
de transición y terminan dolarizando la economía con la graves
consecuencias para el pueblo.
Otro
de los graves problemas y que es necesario estar atento es la
re-militarización de América Latina por los EE.UU., la instalación
de bases militares a cambio de créditos, como en el Ecuador
cuando ceden la base militar de Manta a EE.UU. para el Plan
Colombia, las maniobras militares bajo la dirección de los EE.UU.
en la Argentina, denominadas Cabaña 2000 y 2001, la instalación
de bases militares, sin la aprobación del parlamento, en Tierra
del Fuego, en Bariloche y en Zárate, son indicadores de la
militarización continental, lo mismo podríamos señalar en otros
países.
La
imposición del ALCA para
todo el continente y las políticas de ajuste, capitalización y
privatizaciones, como el aumento de la pobreza y exclusión
social, ponen en evidencia las perspectivas para la vida de los
pueblos. Las pocas industrias que quedan serán barridas, EE.UU.
subvenciona su producción y los países latinoamericanos no están
en condiciones de poder competir en plan de igualdad.
Un
cambio de gobierno no significa nada sino va acompañado de políticas
sociales y cambios estructurales a la actual situación, puede ser
un cambio de maquillaje y nada mas para continuar con las políticas
de entrega y pérdida de la soberanía.
El
Frente Nacional Contra la Pobreza, ha realizado una Consulta
Popular con mas de 3 millones de votos, sobre el seguro de trabajo
y empleo para que no haya pobres en la Argentina, un hecho inédito
y positivo que no ha sido escuchado.
Otro
signo de esperanza es el Foro Social Mundial a realizarse en Porto
Alegre, Brasil a fines de enero del 2002 y principio de febrero,
se está tratando de construir el “pensamiento Propio”, frente
al “pensamiento único” que tratan de imponer. La resistencia
de los pueblos y sus emergentes tienen la capacidad de cambiar la
historia y superar las dominaciones.
Esperamos
que este gobierno y las dirigencias políticas lo entiendan. No
jodan con el pueblo, que está alerta y espera respuestas dignas,
frente a quienes a todo le ponen precio y valor a nada.
Precio y valor no son lo mismo. Esperamos que hayan
aprendido la lección que el pueblo les dio.
Buenos
Aires, 26 de diciembre de 2001