Ningún país se ha opuesto a esta convención, cuyo texto había sido elaborado en febrero pasado tras tres años de negociaciones. Estados Unidos levantó hace unos días sus últimas reservas sobre el texto, cuando el secretario de Servicios Sanitarios y Humanos de la administración Bush, Tommy Thompson, aseguró que su delegación apoyaría el texto. Un anuncio que pilló por sorpersa a muchos de los países participantes, que temían que Estados Unidos rechazase el texto.

Trámites hasta la puesta en marcha

Este tratado está ahora abierto a la firma y ratificación por parte de los Estados. Entrará en vigor tres meses después de que lo hayan ratificado 40 países.

De hecho, las directrices sólo entrarán en vigor en aquellos países que ratifiquen el texto. «Es una victoria de la cooperación internacional para promover la salud pública» declaró la directora general saliente, Gro Harlem, quien también recordó que aún queda mucho trabajo por hacer, fundamentalmente, apuntó, «los países deben ratificarlo lo más rápidamente posible y utilizarlo como base para su propia legislación antitabaco».

«Este no es el final feliz de la historia, sino el principio de un nuevo reto para la Organización Mundial de la Salud», añadió el delegado japonés en la reunión. Y es que todo el mundo es consciente de las dificultades que supondrá la puesta en práctica de estos puntos teóricos, especialmente en los países menos desarrollados, donde la legislación local es más débil.

Para la directora saliente, la lucha contra el tabaco ha sido una de las prioridades de su mandato, «con este tratado estamos salvando billones de vidas y protegiendo al resto de generaciones futuras» dijo tras la asamblea.

El texto se ha aprobado después de casi cuatro años de trabajo en los que la OMS ha tenido que luchar contra las presiones de la industria tabaquera, hasta el punto de que algunos funcionarios de este organismo denunciasen «golpes bajos» de las compañías para hacer fracasar la iniciativa. Países como Alemania y Estados Unidos, con potentes compañías tabaqueras, también mostraron reticencias iniciales a este tratado.

Algunas cifras

La OMS prevé que, según los datos actuales, en 2020 se producirían 10 millones de muertes anuales relacionadas con el tabaco. En España, según los cálculos de la Sociedad Española de Especialistas en Tabaquismo, cada 10 minutos muere una persona por causas directamente relacionadas con el tabaco, esto es, 6 a la hora, 150 al día, 1.050 a la semana, 4.500 al mes y unas 55.000 al año. Las mismas estimaciones apuntan que el gasto diario en tabaco en España asciende a 24.040.050 de euros, lo que significa que cada segundo el gasto es de casi 300 euros.

La mayor parte de los nuevos fumadores son chicas jóvenes procedentes de países en desarrollo, donde este hábito está aumentando espectacularmente en los últimos años. De hecho, según la OMS, el 70% de las víctimas que provoque el tabaco de aquí al año 2020 se producirán en el Tercer Mundo.

Las medidas ya están en el Plan español

A partir de ahora, todos los países de la OMS van a tener ya unos objetivos comunes y claros en la lucha contra el tabaco.

Se insistió sobre todo en la necesidad de poner en marcha medidas para que los fumadores dejen este hábito ya que sólo en Europa, el tabaquismo provoca 500.000 muertes al año; mientras que en España es responsable de 55.000 fallecimientos, del 30 por ciento de los distintos tipos de cáncer y de más de 25 patologías.