Un Aporte para la Construcción de una Sociedad Sustentable
EL
PENSAMIENTO VIVO DEL GRAL. PERON
(Solanas-Gettino,
Junio-Julio-Octubre de 1971, Madrid)
Orden
general del 27 de julio de 1819. Compromiso del ejército de los Andes:
..."la
guerra se la tenemos que hacer del modo que podamos... si no tenemos carne, un
pedazo de tabaco no nos tiene que faltar; cuando se acaben los vestuarios nos
"vestiremos con la ballestilla que
nos trabajen nuestras mujeres y si no andaremos en pelotas como
nuestros paisanos los indios; seamos libres y lo demás no importa
nada...
Compañeros, juremos no dejar las armas de la mano hasta ver al país enteramente libre o morir con ellas como hombres de coraje..."
General
San Martín
La
guerra por la definitiva independencia argentina es una guerra que aun no ha
concluido. San Martín, Rosas, las montoneras son apenas momentos victoriosos en
esta guerra liberadora e inconclusa, una guerra en la que cambiaron los nombres
de los protagonistas en la que no se modificó el carácter de la misma. Pueblo
y antipueblo, Patria y antipatria se mantienen aun como antinomias
irreductibles.
Juan
D. Perón
Off
de inicio del documental:
En los últimos años, la historia de esta lucha por la liberación nacional y social del pueblo argentino, historia de un proceso revolucionario de características poco comunes. La historia de la revolución justicialista, proceso que arranca en 1945 y se proyecta hoy hacia el futuro sin pausas ni interrupciones. Popular y antiimperialista que reconoce sólo a un gran protagonista: al pueblo argentino y a un conductor el General Perón.
Son las indicaciones básicas que el general Perón transmite a las bases y a los diversos encuadramientos del movimiento, a los efectos de profundizar la actual etapa de la revolución justicialista hasta la toma del poder. Estos mensajes han sido realizados con la finalidad de ayudar a la formación política de cuadros y militantes para esa toma del poder, por lo tanto cada proyección no es otra cosa que parte de una sección de estudio, de discusión y de trabajo, es decir de actualización política y doctrinaria.
(..)Las circunstancias presentes (...) y estimular la participación de todos los compañeros; cada uno tiene ideas y experiencias que aportar. La actualización política y doctrinaria, como bien lo indicaba nuestro conductor, es también una tarea que nos obliga a todos.
El
justicialismo, la unidad y la identificación del enemigo
La
concepción justicialista y el problema de la liberación
La concepción justicialista que nace en
1945 es una concepción simple con una base filosófica firme y que obedece a un
concepto cristiano y humanista de la política. Indudablemente, el mundo ha
venido desarrollando una evolución que hay que captar si queremos darle una
continuidad congruente en el futuro. De ahí parte el justicialismo, sin dudar
que el capitalismo que se instaura como sucesor del medioevo trae consigo la
empresa, la máquina, que modifica extraordinariamente la actividad de
comunidad.
La etapa capitalista
No
podemos negar que en los dos siglos de acción del capitalismo, el mundo técnica
y científicamente ha progresado más que en los diez siglos precedentes aunque
indudablemente el progreso ha gravitado sobre las espaldas de los pueblos que
han vivido sacrificados y miserables durante esos dos siglos.
Llegamos
a este momento en que se ha producido una gran revolución con aspiraciones de
ser revolución mundial: la revolución rusa. Un sinnúmero de revoluciones ha
explotado en este mundo como reacción contra este sistema que impone el
sacrificio de los pueblos para el avance científico y técnico de la humanidad.
La etapa socialista
Indudablemente
que hoy los pueblos están muy esclarecidos en razón de los medios de
comunicación, de la televisión, la radio, los diarios, las revistas, en fin
eso ha esclarecido a las masas populares que han llegado a darse cuenta que se
prepara para el futuro otro sacrificio semejante, para también obtener un
progreso parecido. Y ya no quieren los pueblos que eso se realice sobre el
sacrificio, el dolor, el hambre y la miseria de hecho. Así es como nosotros nos
concebimos; entonces es necesario que ofrezcamos a los pueblos la posibilidad de
que trabajen felices con un grado suficiente de dignidad para un progreso técnico
y científico de la humanidad que quizás no sea tan grande como el que ha
venido asegurando el capitalismo pero por lo menos que no sea sobre el
sacrificio de nadie. Pueblos felices trabajando por la grandeza de un mundo
futuro pero sin sacrificios y sin dolor que eso es lo humano, que eso lo
natural, y que es también lo científico.
Justicialismo
Debe
haber una tercera posición que es la que concibe el justicialismo, donde el
hombre en una comunidad que se realiza, pueda también realizarse como ente
humano. Esa es la verdadera concepción del justicialismo que hace 25 años
lanzamos nosotros en forma de una tercera posición, que cayó aparentemente en
el vacío. Pero transcurridos esos 25 años, las dos terceras partes de los
habitantes del mundo y sus comunidades están pujando por colocarse en esta
tercera posición tan distante de uno como de otro de los imperialismos
dominantes.
La
tercera posición
Lógicamente
el tercer mundo está en tercera posición. La evolución de la humanidad
siempre ha ido hacia integraciones mayores: del hombre, la familia, la tribu, al
estado primitivo, el estado feudal, La Nacionalidad que hemos vivido los de mi
generación. Ahora ustedes vivirán la etapa que sigue el continentalismo. Y es
posible que sus nietos, sus bisnietos lleguen a la futura y última integración
que es el universalismo.
La línea entreguista
Nosotros,
como colonia española, pasamos a ser colonia inglesa. Por eso en Argentina ha
habido una línea anglosajona y una línea hispánica. La línea hispánica ha
sido la que siguió con la idea independentista, la otra es la línea colonial.
Y en nuestro país la línea nuestra es la línea, diremos, de la Primera Junta,
Rosas que defendió esto, Yrigoyen que también ha defendido esto y Perón.
Todos los demás gobiernos argentinos han pertenecido a la línea anglosajona y
la han servido de una manera directa o indirecta. De manera que todo esto tiene
una continuidad histórica en el mundo pero tiene también, en cada país, una
continuidad histórica porque los países están viviendo el reflejo del resto
del mundo.
La
integración latinoamericana
La patria grande
Ya en
el año 1949 dije, con motivo del tratado de complementación económica -
que tenía por finalidad constituir una comunidad económica
latinoamericana con fines de integración continental - que el año 2000 nos
encontrará unidos o dominados. Ahora es preciso que sin pérdida de tiempo se
unan férreamente para conformar una integración que nos lleve de una buena vez
a constituir la patria grande que la historia está demandando desde hace casi
dos siglos y por la que debemos luchar todos los que anhelamos que nuestros países
dejen de ser factorías del imperialismo y tomen de una vez el camino de
grandeza que nos corresponde por derecho propio. El futuro de un
mundo superpoblado y superindustrializado será de los que dispongan de
mayores reservas de comida y de materia prima, pero la historia prueba que tales
reservas son soluciones si se las sabe y se las quiere defender contra el
atropello abierto o disimulado de los imperialistas.
Liberación
nacional y social
Liberación continental
Pino
Solanas.- Si nuestra liberación es inseparable de la liberación continental,
¿debemos coordinar esta lucha con la de Asia y Africa? ¿Es esta lucha del
tercer mundo la que puede universalizar la liberación del hombre?.
Hoy
nosotros los que trabajamos dentro de esta línea estamos en el tercer mundo y
trabajamos en el tercer mundo y estamos conectados todos los dirigentes de América
con el tercer mundo y trabajamos con la idea de liberación del continente y
trabajamos para eso y creemos que la juventud, que la gente del futuro debe
aferrase a esa posición pues será
la posición del futuro.
La continuidad de la vieja guerra por la segunda independencia
Pino
Solanas.- ¿Esta concepción o vocación independentista y liberadora es también
continuidad de las viejas vocaciones nacionales las de la patria?
Es
natural, en nuestro país no es un secreto para nadie que el imperio inglés se
fundó sobre los despojos del imperio español. Pero han pasado los años y hoy
vemos auspiciosamente surgir revoluciones salvadoras en varios países hermanos
del continente. Cuba, Chile, Perú son dignos espejos en los que han de mirarse
muchos otros latinoamericanos que luchan por la liberación.
El
socialismo nacional
Pino
Solanas.- General, hoy el justicialismo explicita que su objetivo de gobierno es
realizar el socialismo nacional. Como la palabra socialista ha sido utilizada
también para denominar proyectos antirrevolucionarios o reformistas o socialdemócratas
como los europeos e incluso social-imperialista, ¿qué sería para nosotros el
justicialismo?
La
determinación del término socialista hoy en el mundo es muy difícil, porque
toma una enorme rama de extensión que va desde un movimiento internacional dogmático
hasta uno abiertamente democrático. Dentro de ellos hay miles degradaciones
y uno lo puede observar en los cinco continentes los distintos sistemas
todos basados en un socialismo. Ahora, existen las monarquías de un gobierno
socialita y existen los movimientos marxistas pero del otro extremo; entre la
extrema derecha y la extrema
izquierda se escalonan todos los
socialismos habidos y por haber.
Nuestro
movimiento en ese sentido es mucho más simple, es de base socialista porque
pivotea sobre la justicia social que es la base de toda nuestra promoción
revolucionaria. El socialismo nuestro puede caracterizarse así: en estos dos
siglos, como ya he dicho anteriormente, se ha producido un avance extraordinario
que supera a los diez siglos precedentes. Esto ha estado basado en la máquina,
la empresa, la ciencia, la técnica y el hombre, el capitalismo, nacido de la
revolución francesa que en estos dos siglos desde la revolución francesa hasta
ahora ha hecho un sistema que ha hecho avanzar al mundo de una manera
extraordinaria, especialmente en el aspecto científico y técnico. Pero
los pueblos con esos medios técnicos se han esclarecido por la facilidad
de la dispersión de las noticias del conocimiento. Y estos pueblos se dan
cuenta que se ha avanzado estos dos siglos extraordinariamente pero a costa de
un tremendo sacrificio de los pueblos. Entonces los pueblos se dan cuenta
que ese mismo avance podrá ser más lento quizás pero se puede hacer sin
necesidad de sacrificar a los pueblos.
El
justicialismo lo que anhela es eso, seguir luchando por un progreso quizás no
tan rápido como ha sido el de estos dos siglos,
pero si más justo, es decir, sin que el sacrificio gravite tremendamente
sobre la espalda de los pueblos como ha estado gravitando hasta ahora a través
del sistema capitalista. Entre el socialismo internacional dogmático y el
capitalismo la diferencia no es tan notable porque uno es un capitalismo de
Estado y el otro es un capitalismo individualista. Los dos
someten: uno intensifica al hombre e indudablemente el progreso es
extraordinario porque es una colmena en acción, el otro promulga por los
intereses, se hecha para adelante y obtiene también grandes resultados, pero
los dos es a base del sacrificio de los pueblos.
Reemplazar
el sacrificio por el esfuerzo
Nosotros
queremos que ese sacrificio desaparezca y que se realice el mismo trabajo sin
sacrificio, sólo con esfuerzo. Eso es el justicialismo. Busca esa forma de
convivencia con gran acento en el aspecto social, que siempre el hombre sea de
la comunidad y que la comunidad también sea del hombre. El gobierno
justicialista es aquel que sirve al pueblo que no sirve otro interés que el del
pueblo y que no hace otra cosa que lo que el pueblo quiere, y dentro de esa
forma va luchando por la grandeza de la comunidad en que vive. Congeniar lo
individual con lo colectivo ese es el proceso revolucionario nuestro y al
hacerlo es una de las formas del socialismo.
El
socialismo argentino para los argentinos
Pino
Solanas.- Esto sería el proyecto socialista en el justicialismo, ¿un
socialismo argentino para los argentinos? ¿Autónomo?
Natural,
porque cada comunidad tiene sus propias idiosincrasias y sus propios valores
intrínsecos que es necesario respetar. No son iguales dos comunidades, son de
características distintas en las que influye hasta la situación geográfica
absoluta, la situación geográfica relativa, la raza, un sinnúmero de
circunstancias que gravitan sobre la formación de esa comunidad.
Un
socialismo nacional creado desde el pensar y el sentir del pueblo
Un
socialismo justo como al que aspira el justicialismo ha de ser aquel donde una
comunidad se realice de acuerdo a sus condiciones intrínsecas. No se puede
importar nada desde afuera porque no se pueden asimilar los métodos de una
comunidad diferente. No es cuestión de adoptar sino en algunas circunstancias
de adaptar y en otras de crear, porque la suprema convicción del arte de
conducir a los pueblos es precisamente la creación y para crear hay que
someterse a las circunstancias naturales del hecho que uno pretende crear.
Esto
es una cosa fundamental, si se hace un movimiento socialista en Argentina ha de
ser un movimiento hecho por los argentinos, para los argentinos, porque no se
puede hacer un socialismo igual para un mujik de la zona asiática y para un
hombre de la pampa argentina.
Los
dos son campesinos pero están diametralmente opuestos en todas sus
manifestaciones anímicas, físicas, y el medio también es diferente y la
actividad es también distinta. En consecuencia, queremos una cosa para ese
argentino realizada por los argentinos. Si en eso es necesario sacrificar alguna
cosa será necesario sacrificar, para gozar de algunas hay que sacrificar otras.
Eso es el proceso de pesos y contrapesos que en toda comunidad establece el
verdadero equilibrio de realización. Eso es lo que nosotros aspiramos
hacer con el justicialismo.
Terminar
con la explotación capitalista
Pino
Solanas.- Usted ha escrito General, que el mundo ha terminado el reinado de la
burguesía y comienza el reinado de los pueblos, es decir comienza la etapa en
el mundo donde termina esa expropiación capitalista de la burguesía.
Natural,
es por la circunstancia que ya he explicado. El mundo ha cambiado, no es una
imposición Argentina, es una imposición del mundo. El mundo que va en una
evolución con pueblos que ya están esclarecidos, y en consecuencia pueblos que
se niegan a seguir un proceso de sacrificio cuando eso se puede reemplazar por
un simple esfuerzo que hasta puede ser agradable.
Los
pueblos rechazan el
desarrollismo, el
neocapitalismo y los demás proyectos
imperialistas
Esa
es una aspiración del justicialismo, la dignificación del hombre, la
dignificación del trabajo a través del cual se puede crear y se puede
construir. Pero para que se realice no es necesario que tenga un policía atrás
con un fusil ni que esté el patrón con un garrote insultándolo mientras
realiza su trabajo. Es decir que en condiciones dignas un hombre se realiza a sí
mismo para sumar un bien a una comunidad.
Lo
que no puede existir en una comunidad son tipos que no producen lo que consumen,
porque una comunidad donde abundan los que consumen y no producen es una
comunidad que no va a ninguna parte. Ahora para producir al hombre hay que darle
las condiciones de dignidad, de felicidad y de tranquilidad para que pueda
producir sin sacrificio.
El
movimiento justicialista
La
única fuerza cívica que conserva
su estructura y su potencia, es el justicialismo y dentro de él, la clase
trabajadora. Estas fuerzas representan el eje del movimiento revolucionario
nacional.
Peronista
para mí, como conductor del movimiento, es todo aquel que cumple la ideología
y la doctrina peronista. Por otra parte, esto lo hemos aclarado bien en el
movimiento. Hay un decálogo del peronismo donde dice cuáles son las diez
condiciones básicas que debe llenar un hombre para poder ser y sentirse
peronista.
Primero
la patria, después el movimiento, luego los hombres
Persuadidos
de esa verdad él la sirve, eso es ser peronista. Indudablemente que hoy hay un
desplazamiento natural hacia el peronismo que nos lo da el éxito de toda esta
larga lucha de los 16 años pasados desde el '55 hasta hoy. En eso no hay que
extremar las cosas, el movimiento peronista jamás ha sido ni excluyente ni
sectario. Nuestro movimiento, por ser de una tercera posición es un movimiento
de gran amplitud.
La incorporación al movimiento
Dentro
de la acción política que se desarrolla todos los días vemos mucha gente que
proviene de otros sectores políticos, que puede ser del comunismo, del
conservadurismo, porque hay de todo en el huerto del señor. Por aquí han
pasado las más diversas tendencias. Yo a todos les digo lo mismo: vean señores
cuando nosotros formamos el justicialismo vinieron hombres conservadores como el
Dr. Remorino, que era secretario de
Julito Roca, de manera que imagínense ¡del riñón de la oligarquía!, y fue
un gran peronista y un buen servidor. Del otro lado vinieron sectores
socialistas como Bramulia, como Burlengui, y también del comunismo. Y todos
esos hombres han demostrado a lo largo de estos años que han sido buenos
peronistas, por qué vamos a presuponer que un hombre que se incorpora hoy debió
haberlo hecho hace 25 años y va a ser peor que esos que se incorporaron
entonces. En ese sentido, para ser realmente justicialista debe admitir que
todos los hombres pueden ser buenos y que todos pueden tener razón e
incorporarlo para servir al movimiento.
El
peronismo no es sectario ni excluyente
Con
todo lo que ha pasado en el país yo pienso que habrá un sector malintencionado
pero más que nada ha sido un sector desaprensivo o ignorante, o algún bruto
también, porque el malo suele tener remedio, el bruto no. He visto muchos malos
que se han vuelto buenos, no he visto jamás un bruto inteligente. De manera que
todo esto que uno va echando a la balanza de la apreciación de los hombres debe
servirle para calificar y para
comprender, eso es conducción. Los hombres son útiles en la medida de su
capacidad y de su buena intención. Sancionarlo cuando no sea capaz suele servir
Sacrificar
pasiones e intereses
Es
indudable que el hombre no puede ser perfecto, entonces tiene sus pasiones y
tiene sus intereses. Las pasiones y los intereses individuales son los que desvían
y deforman la actuación peronista, porque no podemos pedir que en cada
peronista haya un santo un héroe, eso no sale todos los días, es bastante con
que sea un hombre con sentido y con sentimiento peronista.
Un
hombre de nuestro movimiento podrá tener cualquier defecto, pero el más grave
de todos será no ser un hombre del pueblo.
En
la política esto es tan cierto como la vida. En consecuencia todas esas
condiciones son las que debe reunir un peronista.
El
movimiento peronista es de todos los que lo formamos y defendemos y allí radica
el derecho que cada uno tiene de sentir y de pensar para el beneficio común,
como lo establece el viejo apotegma peronista:
que todos sean artífices del destino común, pero ninguno instrumento de la
ambición de nadie.
Los hombres que vengan al peronismo deben hacerlo con la voluntad decidida de poner todos los días algo de su parte para ennoblecerlo y dignificarlo.
Eso
es, en pocas palabras, una gran síntesis del movimiento justicialista.
Compañeros,
aliados. Traidores y enemigos.
El
movimiento tiene enemigos de afuera y enemigos de adentro: quien no lucha contra
el enemigo ni por la causa del pueblo, es un traidor, quien lucha contra el
enemigo y por la causa del pueblo, es un compañero; y quien lucha contra un
compañero es un enemigo o un traidor.
Dice
Mao Tse Tung: el que lucha contra un compañero es que se ha pasado al bando
contrario. Eso lo hemos observado todos, no hay peronista que no haya observado
este tipo de disidencia, siempre sospechoso, pero más que nada negativo para el
trabajo de conjunto que debemos
realizar. En el movimiento peronista eso tiene su remedio, porque el movimiento
peronista ha sido creado y conducido en forma que desarrolle sus propias
autodefensas.
En esto
hay una tremenda similitud entre el organismo fisiológico y el organismo
institucional. En el organismo fisiológico ocurre un fenómeno del cual debemos
aprender: si el hombre no tuviera sus autodefensas hace miles de años que habría
desaparecido de la tierra, solamente son las autodefensas las que conservan la
especie, no son ni los médicos, ni la penicilina desgraciadamente. Ahora, ¿cómo
se generan esas autodefensas? El promotor de ello es el microbio, el agente patógeno
que entra en el organismo, que a su vez genera sus propios anticuerpos, de donde
salen las vacunas que crean las propias enfermedades. Ese microbio genera los
anticuerpos, y son esos anticuerpos las autodefensas del organismo.
En lo
institucional pasa lo mismo. Cuando el movimiento justicialista fue creado yo me
persuadí de esta necesidad y de esta verdad, y dejé actuar al movimiento con
la mayor libertad posible. Cada uno hizo lo que quiso dentro de él, claro que
eso dio lugar a que aparecieran algunos de los que se denominan traidores en la
política o tránsfugas. Pero ¿qué son los traidores o los tránsfugas dentro
de un organismo institucional de la política? Son los microbios, son los gérmenes
patógenos que entran en el organismo, y tan pronto entran generan sus
anticuerpos igual que el otro microbio y generan sus autodefensas para la
organización institucional. Hemos visto muchos actos de las autodefensas que se
han producido en el movimiento.
Es
decir el movimiento se defiende por sí, porque los movimientos o los partidos
políticos o las organizaciones institucionales que no tienen sus autodefensas
desaparecen como habría desaparecido el hombre. Por eso la conducción de un
movimiento político hace pensar en la necesidad de dar absoluta libertad.
Hay que
tener en cuenta que cuando aparece un hombre de nuestro movimiento que lucha
contra otro hombre de nuestro movimiento puede ser lo que dice Mao, que se haya
pasado al bando contrario. Pero generalmente defiende un interés, no un ideal
porque el que defiende un ideal no puede tener controversias con otro que
defiende el mismo ideal.
Es que
en la política al haber más de dos ideales juegan los intereses. Y hay horas
distintas, en 1955 fue la hora de los enanos, 1971 es la hora de los logueros.
Entonces, son esos intereses los que han venido y siguen jugando, pero el
peronista debe darse cuenta y cualquiera sean sus intereses no pueden estar
sobre el ideal que todos defendemos y por el cual todos debemos luchar. Por eso
el peronismo creó un apotegma que dice: para un peronista no puede ni debe
haber nada mejor que otro peronista. Entonces cómo puede ser posible que un señor
que está en la misma lucha esté luchando contra otro peronista cuando tiene al
enemigo con el que tiene naturalmente que luchar.
El
movimiento tiene enemigos de afuera y enemigos de adentro: quien no lucha contra
el enemigo ni por la causa del pueblo, es un traidor, quien lucha contra el
enemigo y por la causa del pueblo, es un compañero; y quien lucha contra un
compañero es un enemigo o un traidor.
Cuando
nosotros decimos que para un peronista no debe haber nada mejor que otro
peronista, estamos levantando la bandera de la solidaridad dentro de nuestras
fuerzas. Esa conciencia colectiva y esa conciencia social por la que nosotros
luchamos.
Lo importante es comprender que todo este espíritu de solidaridad hay que imponerlo; hay que ir persuadiendo, si es preciso de a uno, para que cada uno sepa sacrificar un poco de lo suyo en bien del conjunto. Predicamos con el ejemplo que es la mejor de todas las prédicas.
Nuestra
solidaridad no ha sido jamás ni sectaria ni excluyente. Para nosotros todos los
que luchen contra los enemigos del otro país son nuestros amigos, y en el carácter
de tal les hago llegar mi saludo emocionado y afectuoso.
La
organización revolucionaria
Pino
Solanas.- El enemigo especula con la
posibilidad de integrar al peronismo pero castrado revolucionariamente, es
decir, un peronismo sin Perón. El enemigo entonces especula con la desaparición
política o física de Perón. Entonces ¿qué medidas previsoras puede usted
aconsejar para que la segunda etapa de la revolución justicialista, como usted
denomina la toma del poder, pueda llevarse adelante aun en el caso límite de no
contar con su conducción? Usted ha hablado de la necesidad de construir una
organización revolucionaria que pueda sustituir colectivamente en el futuro a
la actual conducción. ¿Me puede explicitar sus ideas al respecto?
Desde
que en 1955 nosotros caímos del gobierno, yo me he preocupado de ir conformando
una organización. Es muy difícil, los dirigentes revolucionarios siempre son
movimientos gregarios detrás de un realizador y contando con 100 mil
predicadores, así se pone en marcha un movimiento revolucionario, nosotros lo
hicimos así.
Ahora,
una vez que se ha conformado un movimiento con un líder enfrente no es tan fácil
transformarlo en una organización, porque en general la gente resiste a eso.
Pero hay que tener en cuenta que el hombre no vence al tiempo, el único que
puede vencer al tiempo es la organización.
Entonces
yo me he ocupado de ir formando por simbiosis la organización sin que yo
perdiese la conducción, para que los grupos que desean la organización y los
grupos que desean seguir en el movimiento gregario puedan por simbiosis unirse y
llegar a elegir en el momento oportuno, cuando yo desaparezca, su forma de
conducción, porque eso lo tiene que elegir el propio movimiento.
Si
aparece un hombre que me pueda
reemplazar a mí, no habrá problema, si no aparece ese hombre es indispensable
reemplazarlo por una organización revolucionaria que permita al movimiento a
través de organismos ir conformando y cumpliendo los objetivos que nosotros
hemos venido indicando hace muchos años, más los objetivos que las
circunstancias nuevas vaya produciendo.
Esa
organización hemos tratado e alcanzarla y creo que hasta este momento tenemos
una organización. Por lo pronto no hay en el país ninguna fuerza política que
tenga la organización que nosotros tenemos, y sobre todo no hay ninguna fuerza
que pueda compulsar en sí un poder mayor por unidad, por solidaridad, por
cohesión, por unidad de doctrina. Detrás de una doctrina es que van los
hombres organizada o desorganizadamente.
Nosotros
en ese sentido estamos en un punto medio, en parte organizados en parte todavía
inorgánicos porque hay grandes sectores que se van incorporando durante la
marcha a esta lucha que nosotros venimos sosteniendo en nuestro momento.
Estamos
en un momento en que estamos a caballo de dos generaciones, una generación que
es la nuestra que ha hecho todo lo que ha podido, bien o mal, pero lo ha hecho
hasta ahora y ha cumplido una etapa de esa revolución, que podemos decir que es
la etapa doctrinaria. Ahora viene la toma del poder, la etapa gregaria y luego
vendrá la institucional. Todo ese proceso ha de realizarse a base de las nuevas
generaciones, las revoluciones no son jamás obra de una generación sino de
varias.
Hay una
nueva generación que está esperando, por eso yo vengo hablando de la necesidad
del trasvasamiento generacional, junto con la organización debe venir un cambio
porque si no el movimiento envejecerá y terminará muriendo como todos los
viejos.
Entonces
para evitar ese proceso está el camino orgánico y el camino de rebosamiento
por un cambio generacional. La gente joven tomará ahora nuestras banderas al
triunfo. ¿En qué forma la llevará?, no podemos predecir eso porque si aparece
un hombre que pueda catalizar la
voluntad de todo el movimiento peronista, será ese hombre a la cabeza de ese
movimiento el que lo llevará, sino tenemos la suerte que aparezca un hombre
esclarecido que pueda seguir una conducción en el campo estratégico
y aun provocar en el campo táctico esa lucha que es indispensable para
triunfar, no habrá más remedio que recurrir a la organización.
Por eso
la previsión está en esto, ¡organicémonos, marchemos organizadamente!. Si
aparece ese hombre bendito sea y bienvenido.
La conducción colectiva de la organización revolucionaria
Pino
Solanas.- ¿Estaría reunida la figura de
un nuevo conductor con el proyecto de una organización revolucionaria?
No
siempre en todos los casos el hombre que dirige una revolución necesita de la
organización, de manera que no puede estar riñendo lo uno con lo otro. La
organización puede, en caso de ser necesario, reemplazar la carencia de un
conductor. Eso es lo que nosotros debemos de perseguir, es decir, buscar la
forma de vencer al tiempo. Hay ejemplos en la historia; el ejército de Napoleón
que era formidable desaparece con Napoleón, porque no tenía una organización.
Nosotros debemos formar una organización que pueda vencer al tiempo, es decir,
desaparecida la conducción mía, que aparezca otra que pueda ser por un hombre
o puede ser por una organización.
Así
como la organización se articula en el espacio, toda la lucha se articula en el
tiempo. Hay cosas que son permanentes, como es la ideología y por lo menos
por mucho tiempo eso será una cosa inamovible. Arriar la bandera de
justicia social, de independencia económica y de soberanía política eso es
muy difícil porque son cosas permanentes. En cambio, la doctrina, que son las
formas de ejecución de esa ideología varía según las circunstancias
evolucionan con la evolución.
En
el cambio generacional va buscando rebosar en el tiempo esas formas de ejecución;
lo que hace 25 años nosotros hicimos de una manera, puede ser que en este
momento esa manera no sea la apropiada para realizar, entonces las nuevas formas
de ejecución que nace con la nueva generación y las nuevas circunstancias son
las que hice poner en marcha a través del rebosamiento permanente del
movimiento para que el movimiento no envejezca.
Construir
la organización
Sólo la organización puede vencer al tiempo
Proyecto
orgánico estaría ligado a trasvasamiento generacional y reactualización
doctrinario y eso es lo que nosotros debemos de perseguir, es decir buscar la
forma de vencer el tiempo, reemplazarlo con una organización revolucionaria que
permita, a través de organismos, ir conformando y cumpliendo los objetivos que
nosotros hemos venido indicando hace mucho años más, los nuevos objetivos que
las circunstancias nuevas vayan produciendo.
El
movimiento tiene enemigos de afuera y enemigos de adentro: quien no lucha contra
el enemigo ni por la causa del pueblo, es un traidor, quien lucha contra el
enemigo y por la causa del pueblo, es un compañero; y quien lucha contra un
compañero es un enemigo o un traidor.
Todo
esto es consecuencia de poner en armonía la necesidad de crear las autodefensas
dando absoluta libertad de acción a todo el que se desempeñe dentro del
movimiento. Eso tiene de favorable la
creación de las autodefensas. Naturalmente en la vida no todo resulta
favorable, hay un factor desfavorable y
lamentablemente es el que muchas veces se empeñan en luchar fracciones de
nuestro movimiento en contra del objetivo común que perseguimos. La conducción
debe ejercer sobre todas esas fuerzas y sin violencia, su acción persuasiva,
que es lo que trato de hacer yo. Es decir el conjunto debe ser una suerte de
padre eterno que bendice, e influenciar a todos para que esa bendición los
alcance de forma de encaminarlos hacia el objetivo y desviarlos de
objetivos sospechosos o que sostienen los interese parciales.
En
política sobre todo en el ambiente dirigente es donde están los problemas, en
la masa no hay problema. Es que los dirigentes a menudo cada uno de ellos lleva
un gallito debajo del brazo y defiende sus intereses y los de su gallito. Esto
es indudablemente en este momento perceptible pero debe ser corregido.
Cuando
hay dirigentes que no están en lo que están los demás dirigentes hay que
desconfiar de ellos, esos andan en algo inconfesable aunque den otras razones. Y
eso nosotros lo hemos tenido en evidencia muchas veces durante estos 16 años,
sin embargo, la misma organización sindical o el movimiento se ha encargado de
aplicar las sanciones que las autodefensas han aconsejado.
Cualquiera
sea el escenario en el que se lucha, se lucha por la misma causa. De manera que
no hay que mirar al costado para mirar lo que hace el compañero, hay que mirar
al frente para ver qué hace el enemigo.
El dispositivo de la lucha táctica necesita estar articulado. Unos están en una acción contemplativa, otros están en una acción de superficie, otros están en una acción violenta y activa, otros están preparando para la futura acción con estudios tecnológicos. Cada uno de ellos está trabajando para lo mismo.
Identificar
aliados y enemigos
Pino
Solanas.- ¿Cómo identificamos al
aliado y al enemigo? Usted ha definido al compañero y al traidor; ¿puede
definir al aliado?
Un
aliado es el que trabaja por la misma causa que nosotros. También lo dijo Mao:
lo primero que uno debe hacer cuando conduce es establecer cuáles son sus
amigos y cuáles sus enemigos, y dedicarse luego - esto no lo dice Mao lo digo
yo - al amigo todo, al enemigo ni justicia porque en eso no se pueden tener
dualidades.
Todo el
que lucha por la misma causa que lucho yo es un compañero, piense como piense y
sobre todo nosotros debemos tener suspicacias en ese sentido porque ninguno
de los grupos que se incorporan al peronismo con buenas y a veces con
peligrosas intenciones nos hará peligrar a nosotros, porque todavía nadie ha
hecho teñir el océano con un frasco de tinta.
Ellos y
nosotros en toda nuestra marcha del movimiento hemos demostrado que no ha habido
fuerza política incapaz de enfrentarse con nosotros, y en el futuro la habrá
menos porque estas cosas se están esclareciendo suficientemente para que cada
argentino pueda pensar lo que le conviene al país.
Ahora
indudablemente quizás yo eso no lo que le convenga a él, pero lo que le
interesa y lo que le conviene al país es indudable la realización de nuestras
ideas y no las que acaban de fracasar a través de esta dura, amarga y triste
experiencia de 16 años de desorganización, de desgobierno, de injusticia y de
arbitrariedades.
Los
enemigos de la patria son los enemigos del pueblo.
La
Argentina actual es un satélite del imperialismo yanqui y su gobierno está al
servicio de la oligarquía y de la burguesía.
Su pueblo lógicamente está tan en contra del imperialismo como de la oligarquía y la burguesía, pero especialmente opuesto al gobierno que los sirve y a las fuerzas de ocupación que lo hacen posible.
Juan
Domingo Perón