QUINTA LECCIÓN
CARÁCTER
ESPIRITUAL
DE LA
REALEZA DE JESUCRISTO
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33. ¿Qué otra
característica posee la Realeza Social de Cristo?
El Papa Pío XI la
explica con los siguientes términos: “Los
textos citados de la Biblia demuestran con toda evidencia que este
reino es principalmente espiritual y que su objeto propio son las
realidades del espíritu, conclusión lógica confirmada
personalmente por la manera de obrar del Salvador. Porque juzgaron
equivocadamente que el Mesías devolvería la libertad al pueblo
judío y restablecería el reino de Israel, Cristo deshizo y refutó
esta idea vanamente esperanzada. Cuando la muchedumbre, maravillada,
quería proclamarle rey, Cristo rehusó este honroso título huyendo
y escondiéndose en la soledad. Finalmente, en presencia del
gobernador romano declaró que su reino no era de este mundo. Los
evangelios describen este reino como un reino cuyo ingreso exige una
penitencia preparatoria, ingreso que a su vez sólo es posible por
medio de la fe y del bautismo, el cual, si bien es un rito externo,
significa y produce la regeneración del alma. Este reino se opone
solamente al reino de Satanás y a la potestad de las tinieblas, y
exige de sus súbditos no sólo que, con el desprendimiento
espiritual de las riquezas y de los bienes temporales, observen una
moral pura y tengan hambre y sed de justicia, sino que exige además
la abnegación de sí mismos y la aceptación de la cruz”.
Cristo,
como Redentor, rescató a la Iglesia con su sangre; y Cristo, como
Sacerdote, se ofreció a sí mismo y se sigue ofreciendo
perpetuamente como victima por los pecados del mundo; ¿quién no
ve, por tanto, que la dignidad real del Salvador participa y muestra
la naturaleza de ambos oficios? Por otra parte, incurriría en un
grave error el que negase a la humanidad de Cristo el poder real
sobre todas y cada una de las realidades sociales y políticas del
hombre, ya que Cristo como hombre ha recibido de su Padre un derecho
absoluto sobre toda la creación, de tal manera que toda ella está
sometida a su voluntad. Sin embargo, mientras vivió sobre la
tierra, Cristo se abstuvo totalmente del ejercicio de este poder, y
así como entonces despreció la propiedad y administración de los
bienes humanos, así también permite y sigue permitiendo el uso de
éstos a sus poseedores. Expresa bien esta permisión el conocido
texto: No arrebata el reino temporal el que da el reino
celestial".
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34. Explique este
carácter espiritual de la Realeza de Cristo.
Es necesario recordar lo que ya se ha dicho. En razón de la unión
hipostática y su acción redentora, Jesucristo posee entera
autoridad sobre toda creatura. El hombre
debe alcanzar su fin último por medio de Jesucristo. El es el
Camino que se debe seguir para la salvación, la Verdad que ilumina
a todo hombre que viene a este mundo, la Vida que tiene por misión
vivificar las almas por la gracia. A causa de su poder supremo, Jesucristo debe obrar sobre todo
hombre, de manera que sea en toda realidad para cada uno: Camino,
Verdad y Vida. También a causa de este mismo poder supremo que le
da autoridad sobre toda Sociedad y toda Autoridad, debe
necesariamente obrar de modo tal que, por una parte ninguna
autoridad terrestre le impida ni pueda impedir a nadie que
Jesucristo sea Camino, Verdad y Vida; y por otra parte, que toda
Autoridad o Sociedad cooperen de hecho a que Jesucristo sea para
cada uno Camino, Verdad y Vida. El carácter social y espiritual de la Realeza de Cristo se ve
explicado con perfecta claridad por las consideraciones que se
acaban de hacer. Jesucristo es Rey. Todo poder le ha sido dado,
incluso sobre las cosas temporales. Este poder puede ejercerse de
derecho tanto en el orden temporal como en el espiritual. De hecho,
se limita a una intervención espiritual.
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35. ¿En qué medida
interviene espiritualmente Cristo en las organizaciones sociales?
No hay límites para su poder de intervención. En derecho y de
hecho, Cristo Rey debe intervenir por Sí mismo y por su Iglesia, es
decir, por su enseñanza, en las constituciones fundamentales de los
pueblos y países, en las organizaciones sociales y hasta en la
Sociedad de las Naciones mismas. Esto debe ser así, porque es el único
medio para el Divino Rey de cumplir la misión divino-terrestre
que se ha impuesto y le ha confiado la Santísima Trinidad. |
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36. Así
pues, ¿Jesucristo es Rey de todas
las Naciones?
Efectivamente.
Según la palabra del
Profeta: Todas las naciones le han sido dadas en herencia y su
imperio, o más exactamente su propiedad, se extiende hasta los
confines de la Tierra.
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37. Los homenajes
públicos que deben dársele a Jesucristo Dios y Hombre, ¿proceden del
carácter espiritual del que se halla revestida la Realeza de Jesucristo?
Sí;
los homenajes públicos de adoración y de amor, de reconocimiento y
de reparación, de petición e impetración le son debidos a
Jesucristo Dios. Son impuestos a Jesucristo Hombre y a todos los
hombres por Jesucristo Rey. Cristo Rey ejerce una Realeza espiritual
porque es el Camino, la Verdad y la Vida. La ejerce además porque
solamente El posee los medios para adorar y rendir dignamente todos
sus deberes a la Santísima Trinidad. Que el hombre cumpla estos
deberes fue uno de los fines de la venida de Cristo al mundo. A su
realeza le compete pues, imponer estos homenajes espirituales al
hombre y a toda Sociedad, pues es el único medio tanto para el uno
como para la otra de llegar a su último fin.
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SEXTA LECCIÓN
EL PODER
DE LA IGLESIA
EN EL
ORDEN ESTABLECIDO POR DIOS
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38. ¿Cuál es la voluntad de Cristo,
Rey de las Sociedades, sobre la Iglesia?
Su voluntad es doble. Primeramente, como ya se ha dicho, la Iglesia
le debe a Dios y a Jesucristo la más entera sumisión.
No le es permitido añadir una sola verdad a las que enseñó Jesucristo. Del
mismo modo, no le es permitido suprimir ninguna. Depende de Dios, hasta en los mínimos
detalles, con una absoluta dependencia. También, por voluntad de Jesucristo, se
halla investida de una misión que debe cumplir. En razón de esta autoridad
sobre toda autoridad, Jesucristo le confió esta misión. Esta implica
necesariamente una participación a su autoridad sobre toda autoridad.
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39. ¿Puede explicar un poco esta misión
de la Iglesia?
Esta es la situación en la que Cristo puso a su Iglesia. Le dijo:
"Vayan, enseñen a todos los pueblos, Yo estoy con ustedes
hasta el fin de los siglos". Estas palabras explican las
intenciones de Jesucristo. El Divino Maestro quiere que su Iglesia
sea en el mundo el instrumento para la salvación de las almas, Lo
quiere hasta tal punto que sólo a la Iglesia, excluyendo cualquier
otro organismo, le ha confiado la misión de conducir las almas a su
Bienaventuranza final. Quiere sin duda pues, que su Iglesia cumpla
en el mundo, para la salvación de éste, la función de organismo
necesario.
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40. Pero en estas condiciones, la
Iglesia sería tan necesaria como el mismo Cristo, lo cual es inadmisible.
Es perfectamente admisible que la Iglesia sea tan necesaria como
Cristo mismo si tal es la voluntad de Cristo. Y de hecho, Cristo
manda a su Iglesia que enseñe a los Pueblos y administre los
Sacramentos. 0 por mejor decir, Jesucristo por mediación de la
Santa Iglesia quiere ser para todo hombre y para toda Sociedad:
Camino, Verdad y Vida. |
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41. Pero en estas
condiciones, a la Iglesia le pertenece el título de Reina, y al Papa el título
de Rey.
Incontestablemente.
La Iglesia no tiene a nadie, ni por encima de Ella ni a su mismo
nivel, que la pueda iluminar, enseñar y dirigir, mas
que al mismo Dios, al Espíritu de Dios y a Jesucristo. Si Cristo es
verdaderamente Rey porque ejerce una autoridad sobre los individuos,
las Sociedades y toda otra Autoridad, del mismo modo la Iglesia es
Reina, porque debe enseñar a los hombres con autoridad sus deberes. Y
como realmente rige, es Reina.
Al
mismo título y por las mismas razones, El Papa es verdadero Rey.
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42. ¿Cuáles son las consecuencias
inmediatas de estas verdades?
La primera de todas es que Jesucristo y su Iglesia
tienen la obligación de intervenir en todo Orden Social. En toda
obligación social, sea la que sea, tienen por misión divina,
iluminar a los Pueblos y Sociedades sobre sus deberes. Es lo que
enseña la Santa Sede en una carta que dirigió al Arzobispo de
Tours (Francia): "En medio de los desórdenes actuales, es
necesario recordar a los hombres que la Iglesia es, por su divina
institución, la única arca de salvación para la humanidad.
Fundada por el Hijo de Dios sobre San Pedro y sus sucesores, no
solamente es la guardiana de las verdades reveladas, sino también
la custodia necesaria de la ley natural. Por esto,
hoy más que nunca, se debe enseñar, como lo está haciendo,
Monseñor, que la verdad liberadora tanto para los individuos
como para las sociedades
es la verdad sobrenatural
en su plenitud y pureza, sin atenuación ni disminución ni compromisos,
tal, en una palabra, como Nuestro Señor Jesucristo vino a traería
al mundo, tal como la confió a la custodia y magisterio de Pedro y
su Iglesia". (Carta del 16 de marzo de 1917).
La segunda consecuencia, que sigue a la
primera, es que Jesucristo y su Iglesia son necesarios para el Orden
Social. Si no fuesen necesarios, Dios no los hubiese impuesto al mundo
como medio de salvación. Si tienen una misión obligatoria para con los
Pueblos. |
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43. Pero entonces, ¿la Iglesia tiene
una misión no sólo con las almas, sino también con las Sociedades?
Sí, la Iglesia y el Papa tienen que
cumplir una tarea impuesta divinamente, no sólo ante las almas sino también
ante las Sociedades. Primeramente, en la tierra únicamente a la Iglesia
se le ha confiado el depósito no sólo de las verdades reveladas sino
también el de las verdades morales del orden natural. Sin la existencia y
puesta en práctica de esta ley moral, ninguna Sociedad puede subsistir.
Pertenece pues a la Iglesia la enseñanza de las verdades primordiales, únicas
que pueden salvar al mundo y a cada país en particular. Pertenece también
a la Iglesia y solamente a Ella la interpretación autorizada de las leyes
de justicia natural que deben presidir las relaciones de los Pueblos entre
si. Es justo que sea así. La Iglesia debe conducir los Pueblos a su fin
último. Estos viven normalmente en este mundo en estado de Sociedad. La
Iglesia pues, debe conducirlos a su fin, por la Sociedad en la que Dios
quiere que vivan. Esta es la verdad primordial del fin último querido por
Dios y que el hombre, que ilumina todas las grandes cuestiones, debe
querer. No es de extrañar que el desprecio de esta verdad y de la ley que
comporta atraigan los castigos divinos. ¿Acaso no es un castigo real la
impotencia en la que se hallan los Gobiernos que buscan la Paz de las
Naciones? Dios, la Iglesia y el Papa están arrinconados, y las cosas
quieren hacerse sin Ellos. La consecuencia de este criminal olvido es
fatal: quiere obrarse sin Dios, y Dios deja que las cosas se hagan sin El.
Nada bueno se hace.
En estas condiciones
se debería inculcar a los hombres, cueste lo que cueste, la
dependencia de toda Sociedad respecto de Dios, de su Cristo y de la
Misión de la Iglesia. Sin duda. Hay un dicho común: "Entre
dos males se debe escoger el menor". Y es algo certísimo que
el mal que proviene del silencio de los que tienen por misión enseñar
es el mayor y más pernicioso de los males. Jesucristo o de modo
tajante para circunstancias como estas: para establecer su Verdad en
el mundo, si es necesario pasar por sufrimientos y persecución,
debe pasarse. Más vale el martirio que el sacrificio y renuncia de
las verdades necesarias a la salvación.
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44.
En estas condiciones se debería inculcar a
los hombres, cueste lo que cueste, la dependencia de toda Sociedad respecto
de Dios, de su Cristo y de la Misión de la Iglesia.
Sin duda. Es algo certísimo que el mal que proviene del silencio de los que
tienen por misión enseñar es el mayor y más pernicioso de los
males. Jesucristo o de modo tajante para circunstancias como estas:
para establecer su Verdad en el mundo, si es necesario pasar por
sufrimientos y persecución, debe pasarse. Más vale el martirio que
el sacrificio y renuncia de las verdades necesarias a la salvación.
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