Periódico EL SOCIALISTA a u t é n t i c o edición on-line |
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Buenos Aires, Argentina, septiembre del 2002. Año 1 / Número 8 |
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1973
- 11 de Setiembre – 2002
Salvador Allende vive Han pasado 29 años desde que el golpe militar pinochetista pro-yanqui derrocara al gobierno del compañero Salvador Allende. A casi tres décadas del golpe, los Socialistas de Argentina recordamos y reivindicamos su memoria, renovando nuestra lucha por los mismos objetivos que llevara adelante el presidente socialista de Chile, Salvador Allende. Desde aquí, nuestra solidaridad con el pueblo, los trabajadores chilenos y los compañeros socialistas que continúan adelante. En su homenaje, publicamos el último discurso de Salvador Allende, el 11 de Setiembre de 1973 por Radio Magallanes. Es
posible que silencien las radios, y me despido de ustedes. Quizás sea
ésta la última oportunidad en que me pueda dirigir a ustedes. La
Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de radio Portales y radio
Corporación. Mis palabras no tienen amargura, sino decepción y serán
ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramente que
hicieron, soldados de Chile, comandantes en jefes titulares, el
Almirante Merino, que se ha autoproclamado,
el general Mendoza, general rastrero que sólo ayer
manifestara su solidaridad, también se ha denominado Director
General de Carabineros. Ante
estos hechos sólo me cabe decirle a los trabajadores: yo no voy a
renunciar. Colocado en un trance histórico pagaré con mi vida la
lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla
que entregáramos a la conciencia digna de miles y miles de chilenos no
podrá ser segada definitivamente. En nombre de los más sagrados
intereses del pueblo, en nombre de la patria, los llamo a ustedes para
que tengan fe. La historia no se detiene ni con la represión ni con el
crimen. Esta es una etapa que será superada. Este es un momento duro y
difícil; es posible que nos aplasten. Pero el mañana será del pueblo,
será de los trabajadores. La humanidad avanza para la conquista de una
vida mejor. Trabajadores
de mi patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la
confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de
grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría
la constitución y la ley, y así lo hizo. Es
éste el momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a
ustedes. Pero que aprovechen la lección. El
capital foráneo, el imperialismo unido a la reacción, creó el clima
para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que señaló
Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector
social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena conquistar
el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios. Me
dirijo, sobre todo a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina
que creyó en nosotros, a la obrera que trabajó más, a la madre que
supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los
profesionales de la patria, a los profesionales patriotas, a los que
hace días están trabajando contra la sedición auspiciada por los
colegios profesionales, colegios de clase para defender también las
ventajas de una sociedad capitalista. Me
dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y
su espíritu de lucha; me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al
campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en
nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente, en los
atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas,
destruyendo los oleoductos y los gasoductos, frente al silencio de los
que tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La
historia los juzgará. Seguramente
radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz no llegará
a usedes. No importa, me seguirán oyendo. Siempre estaré junto a
ustedes, por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue
leal con la patria. El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El
pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco debe
humillarse. Trabajadores
de mi patria: tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres
este momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan
ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las
grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una
sociedad mejor. ¡Viva Chile, viva el pueblo, vivan los trabajadores! Estas
son mis últimas palabras, teniendo la certeza de que el sacrificio no
serán en vano. Tengo la certeza de que, por lo menos, habrá una sanción
moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.” © El Socialista
Auténtico: http://www.oocities.org/ar/elsocialistaautentico Sugerencias u opiniones a: elsocialistaautentico@yahoo.com.ar
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