Si te dan la calle
y el número, pero no te dicen cuál de los séptimos pisos es, no hay problema:
cuando subís, te encontrás con una puerta normal a la izquierda, y otra,
cruzada con graffitis e inscripciones. Y se terminan las dudas. Charly vive en
el 7º "15". Toc, toc...
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LA ENTRADA ES GRATIS. LA SALIDA, VEMOS...
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YENDO DE LA CAMA AL LIVING...
SILENCIO...
GENIO CREANDO
El centro del universo García. Charly hace todo desde su cama: graba los discos, atiende a la prensa y mantiene reuniones de negocios. En su dormitorio suele imperar el caos: miles de cables que se extienden de un lado al otro, instrumentos de todo tipo, videocaseteras y televisores conforman el cuartel general de García. |
El living de Charly es un rectángulo chico como una pileta, donde hay
que navegar entre instrumentos musicales para pasar a la cocina. Y lo
mismo para acceder al esqueleto de sofá que está al ras del piso. Un
lugar inhóspito y confortable a la vez. No hay ni siquiera una silla
que ofrezca la comodidad estructurada y convencional de un respaldo. Las
paredes están cubiertas de gestos exasperados en aerosol. Cada tanto,
se ve que la mano que pinta hizo un alto, poético, humorístico, para
poner un acento de gracia, como el punto rojo que cayó justo en la
mitad del piano.
Entre los graffitis de la pared del living de su casa hay una crus
esvastica pintada en plateado. En cualquier otro contexto uno asociaría
ese simbolo nazi con asesinatos, discriminación y estupidez. Pero ésta
es la pared de Charly García, y nada debe tomarse de manera literal
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El departamento, en verdad
un semipiso, está en un edificio clásico y antiguo, ubicado frente al
shopping Alto Palermo. En la habitación no hay muchas cosas, excepto un
equipo de música, un puñado de compacts discs desparramados y una
botella de algo dando vueltas por ahí. En un estante, apenas la figura
de un angelito pintada con aerosol
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LOS GARCIA, DE
PALERMO
» BUENOS VECINOS
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Una vez el músico
dijo que tenía un sueño: que la esquina de Coronel Díaz y Santa Fe alguna vez
fuera bautizada, en su honor, Charly y García. Es que allí, en el séptimo
piso de un viejo edificio, está su sala de ensayos - fuente de inspiración. Un
par de metros más abajo vive un vecino con el que jamás tuvo problemas:
Miguel, su único hijo. Cada vez que se visitan, repasan viejas canciones de
Joni Mitchell, The Beatles y The Who y hasta se dan el gusto de tocar el piano a
cuatro manos. Miguel tiene muy buen oído y canta tan bien como Charly, pero por
el momento prefiere mantenerse lejos de los escenarios. Los separan 25 años
pero coinciden en sus gustos, como recorrer pubs y esquivar fotógrafos. De tal
palo...
» EL
BARRIO DE CHARLY
» un dia de compras con el bicolor «
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