» LA
LLEGADA DE CHARLY
Herbert
Vianna, Hilda Lizarazu, Pipo Cipolatti y los Turf… todos
esperan a Say No More en el pasillo. Ni hablar de la prensa.
Los muchachos de seguridad abren la puerta 1, sobre la calle
Martín de Gainza. 22.23. Una limousine Mercedes Benz blanca
que no pasa por el portón hace varias maniobras hasta
lograrlo.
A esta altura los patovas se
deleitan abusando de su (siempre escaso) poder para echar
cronistas. Pero RollingstoneLA.com está acovachado entre
una camioneta negra y la pared del estacionamiento bajo las
gradas de Ferro. Se escurre a un costado del auto de lujo
que trasporta a Say No More y le abre la puerta a… ¡Leticia
Bredice! Detrás de ella baja el patrón. Camina por la
alfombra roja del estrecho backstage y clava los frenos en
la puerta de los Paralamas. Saluda a Vianna, le baila con
amor a sus pies estáticos y sigue la marcha. Está feliz,
se le nota. En exclusiva rollingstoneLA.com pone play, rec y
cuestiona:
-¿Qué viniste a enseñarles
hoy?
-(García mira de costado al
cronista, piensa una milésima y sonríe)… La pija.
-Entonces… ¿El rock
nacional o el rock nació mal?
-Nació mal, pibe.
Peaje patovica.
"Peligra el show, ¿no te das cuenta?", agitan,
perseguidos, los muchachos de la "seguridad". Y
afuera.
INFORMACION
DE ROOLING STONE
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