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ANALISIS
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say no more, el famoso concepto constante
La noticia
apareció en un periódico sensacionalista y decía simplemente que se había
producido un incendio. Después de llegar los bomberos, la policía, la prensa,
rescatar al hombre, apagar el fuego, le hicieron la pregunta obvia: ¿cómo se
inicio el incendio? No sé... estaba en llamas cuando me acosté.
Say No More es
el resultado de la lucha por la construcción de un espacio, es la búsqueda
desesperada de un lugar, es la muralla alrededor de un refugio. En
definitiva:"es". Que quede claro: García no quiso hacer este álbum,
nunca se lo propuso, simplemente no tuvo mas remedio, no lo pudo evitar.
Imposible como no respirar.
Desde que el
primer “ruido” rompe el silencio uno queda prisionero del Constant Concept y
comprende, con temor, que García no es el autor de la obra: él es la obra. Y
Charly lo sabe, quizás como nadie es conciente de eso y goza entregando, ya no
su música, su genio y su talento, sino su desgarbado cuerpo, su sangre, su
alma, su llanto y lo que quiera que se suponga que seamos.
Sé que es
poco pero podrías entender, que vine aquí en una misión, quiero curar, pero
mis manos sólo tocan Amor.
La batería
enloquece, los teclados parten hacia un lugar incierto y se quiebran, el violín
se aferra como puede a un desorganizado intento por mantener una melodía. Una
mujer habla, su acento no tiene patria, no tiene pasado,
Charly desde el off sugiere y presenta.
Esto es otra cosa... ¿quien se atreve a susurrar que no reina la
melodia? Esto no es un álbum de Rock & Roll, es el grito
desgarrado de un hombre prisionero del Constant Concept.
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SAY
NO MORE «
No digas
nada... luego la iglesia... un órgano de iglesia que deja paso a un pianito
simple, de los pegadizos, de los bien García, que mezcla y remezcla, que no
quiere ver mas caras viejas. Pero el tema, ningún tema, cede
a la batería que pierde el tiempo y se entrecorta hasta lo molesto.
La entrada es
gratis, la salida vemos... avisa Miguel García por
teléfono, y comienzan a escucharse los mensajes del contestador, lo mismo que
Manu Chao hará tres años después (no entiendo a los que hacen lo
mismo que yo hice ayer, pero hasta ahí nomás...). Mientras Charly canta
con Calamaro un tema con destino que no puede ser mas que Hit, sin embargo
lo revuelve y lo desarma, lo lleva atrás, cada vez mas atrás, hasta que
las letras dejen de entenderse. (Cuando lo grabamos se entendía perfecto,
confesó el monje tibetano Andrés algunos años después aun sin comprender)
¿Recordas
el día que naciste? ¿Recordas el día que recordaste algo por primera vez? Y
tal vez tu auto choco la otra mañana y recién extrañaras a tu pequeño perro
el día de su cumpleaños.
Say No More es
“el disco”, es el disco que García comenzó a preparar hace 25 años y del
cual todavía hoy, cinco años después, no logra desprenderse. Por eso tomó su
identidad, por eso se entregó vencido. Que nadie se deje engañar:
“Cuchillos” con un piano acústico es “Desarma y Sangra”.
Yo sé que
quería que alguien, alguien en el mundo piense en mi.
Y es así, nada que hacer, nada que ver, solo películas siempre
viejas... la Vanguardia es así.
Los temas no se
cortan pero no siguen unidos, el lazo soy yo, es el que escucha. Los temas son
sólo uno, largo, constante, que cambia de titulo cada tanto. El estribillo
pegadizo se pierde debajo de un ensayo de sonidos, de juegos climáticos de un
teclado camuflado, en lo que es, definitivamente, la música García. Un piano,
un saxo, y nuevamente el florecimiento de la primavera.
Muda, se deja ir
quizás la más bella melodía que Charly nos obsequio en su vida. El fragmento:
Constant concept.
Pero las melodías
duran sólo lo que se demora en desperezarse la obsesión, y el violín se traba
en un acorde del que no puede huir, repitiendo hasta el hartazgo, mientras
Charly decide que por fin se escuche su voz, y no es casual, tiene algo que
decir: Mi vida es tan triste, yo sé que, existe la voz.
La confesión
dura poco y una voz distorsionada recuerda: decía simplemente que se había
producido un incendio. La música se mezcla, las voces renacen, los sonidos se
acercan al ruido y luego por primera vez, la pausa.
Nada es casual,
el único silencio precede a “cuchillos”. A Charly le gusta esta canción, y
prepara todo para que el tema te sorprenda y despabile. Que nadie se deje engañar:
“Desarma y Sangra” quince años después es “Cuchillos”.
La música
sigue, siempre sigue. Pasa una casa vacía, pasa un pedido “podrías
entender”, llega el bostezo, el sueño y todo cae hasta descansar, con un último
centelleo de recuerdos de shows, lo que sueña García que es al mismo tiempo la
obra y Say No More, antes de dormir, aunque nunca duerme.
Me haré
famoso o tristemente celebre.
Terminó.
Todo se
construye y se destruye tan rápidamente que no puedo dejar de sonreír.
Hay quienes con
liviandad juzgan... por mi lado prefiero agradecer: Gracias Say No More, Gracias
García, tu obra, tu música, justifica quince vidas
como la tuya y quizás más. Gracias y no nos dejes solos... que sería
de nosotros sin la esperanza de un oasis en medio de tan gris y triste desierto.
Alejandro Marmol
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