El Misterio de Hermione-Por Lucía-

Harry llamo a la puerta de la casa de Hermione. Luego de esperar un rato, su madre le abrió. Estaba vestida con su delantal de dentista.

- Buen día- saludo alegremente Harry.

- Cómo estas, Harry...Agradezco tus buenas intenciones, pero el dia no puede ser bueno para mí.

-¿Cómo? Perdón, pero... No la comprendo, Señora.- dijo Harry, confundido.

- No te preocupes, cariño, es lógico, ni yo podia asociar mi mente a esta idea hasta un tiempo después, asi que pasa, y mi marido y yo trataremos que explicarte... porque... pasa – dijo la madre de Hermione.

Harry, aunque muy confundido, pasó y se encontró en un pequeño saloncito que hacia las veces de comedor o de sala de estar, o de hall... o de lo que fuera necesario. Los muebles eran viejos y la pared estaba pintada con una pintura que ya se estaba empezando a descascarar. Algunos cuadros y plantas le daban un mínimo toque de color a la habitación.

El Sr. Granger se encontraba sentado en un sillón ante una mesita ratona, la television estaba prendida.

- Buenos dias, Sr... –dijo Harry.

- Alberto Granger, mucho gusto, Harry- dijo el Sr. Granger.

- Bueno, Albert, creo que ya es hora de que le expliquemos un poco a Harry como es esto, ya que... bueno, ejem, ejem, ya sabes que el... ejem, no es cierto... me entiendes ¿No, Albert? – dijo la Sra. Granger muy nerviosa.

-Debemos explicarle todo a Harry, pero ya mismo y sin grandes rodeos, Kathy- dijo Alberto.

- Si no queda otra... pero comienzas tu, Albert- contesto ella.

- Por favor, díganme ¡Necesito saber que le pasa a Hermione!- dijo nervioso y preocupado Harry.

- Muy bien, ahí lo tienes, Kathy, el quiere saber, y lo debe saber...

- Bien, entonces comienza- le dijo Kathy al Sr. Granger, con una cara de absoluta resignación al destino.

- Bueno, Hermione... fue los otros días a buscarte, a la casa de tus tíos. Dice que tenia algo para mostrarte. Para cuando llego alli, tus tíos le dijeron que no estabas en casa en ese momento. Pero ella encontró a tu lechuza en el patio y le dejo un papelito...

- ...que decía que yo viniera- continuo Harry.

- Exacto. Pero cuando volvía, algo la ataco, o eso parece. Esta pálida, temblorosa, y no quiere ni prestarnos atención. No come ni deja que la llevemos al medico. No sale nunca de su habitación. Pero...Kathy encontró su diario. Creímos que el mas indicado para leerlo eras tu... asi que todavía ni lo hemos tocado. Ven aquí, a nuestra habitación, hay un escritorio y un sillón, puedes sentarte y leerlo. Asi no te molestaremos- termino de decir el Sr. Granger.

Harry entro a la habitación del Sr. Y la Sra. Granger. Era un lugar amplio, bastante cómodo, y, tal como le habían dicho, en un rincón, frente a una gran ventana, había un escritorio con una computadora y una silla, y al lado, un sillón. Se acomodo en el sillón y empezó a leer, aunque nervioso y sintiéndose culpable, el diario de Hermione. Empezaba 2 semanas antes, ya que ese dia era 25 de agosto

 

"5-8 Querido Diario: Estoy muy nerviosa, pasan cosas raras a mi alrededor, me siento vigilada y perdida. En los pocos momentos en que puedo refugiarme de esa mirada que me persigue, solo pienso en Harry...no se lo cuentes a nadie, Diario, pero creo que me estoy enamorando de el... ya no aguanto mas sin verlo, y no se que puedo hacer... ¿Viajar? No tengo plata... para eso, necesito pedirles plata a mis padres, y no es una buena temporada de trabajo para ellos... me voy, estan golpeando a mi puerta para llamarme a cenar. Un beso de Hermione"

 

Harry trago saliva y tuvo que juntar todas sus fuerzas para dar vuelta la hoja.

 

"6-8 Querido Diario: Sigo teniendo esa misma inquietud. Esta mañana recibí una lechuza de Ron. Era una postal de amor. Dice que se esta enamorando de mi. Pero su amor no esta correspondido con el mío, le respondí. Quizás me conteste, aunque ni loca le digo que estoy enamorada de Harry. No quiero desencadenar ninguna guerra de celos. Me voy. Un beso de Hermione"

 

Inmediatamente después, había mucho escrito en tinta roja, en una letra apurada

 

"7-8 Querido Diario: Te escribo apurada, porque nos tenemos que ir a la casa de la abuela a cenar. Ron me contesto. En su carta decía que yo era una mentirosa y que era mentira que no estaba enamorada de él, que no podia ser, que me mataría si eso pasara, y que el me tenia que gustar si o si. Le conteste que no iba a cambiar por mas que el lo quisiera, ya que el no era ningún Dios para mi, y ya tenia el amor de mi vida. Una lechuza golpea la ventana. Ya vengo...La acabo de leer. Es la repuesta de Ron. Dice que toda su familia apoya nuestra relación. No se que decirle ¿Se pensara que, bajo amenazas, me voy a enamorar de el? Si eso piensa, esta muy equivocado. Al menos, de eso no cabe duda. Yo sigo enamorada de Harry y con esa sensación de que me vigilan. Cada vez que pienso en todas las veces en que Harry se enfrento a Lord Voldemort, y el casi lo mata... los ojos se me llenan de lagrimas y el corazón me rebosa de amor hacia el. Pero no se lo cuentes a nadie. No creo que nadie sepa aceptar esta historia. Por otro lado, no se si Harry sentirá algo parecido por mi,... creo que esta enamorado de esa tal Cho Chang, la de Ravenclaw. A mi no me parece nada bonita... Bueno, ya nos va a venir a buscar el taxi, porque el auto de papa esta roto, chau, un beso de Herm"

 

"8-8 Querido Diario: Ya le contesté a Ron. Le puse lo que te dije, que aún bajo esas tontas amenazas, yo no voy a cambiar mis sentimientos. Aunque no creo que lo entienda... ya sabes cómo son los chicos. Por suerte, ya no falta mucho para volver a Hogwarts, por lo tanto, voy a poder ver a Harry de vuelta. Eso me pone muy contenta. Pero pasemos a otro tema: Mis papás perdieron las oficinas del consultorio en el que trabajaban. Aumentaron el alquiler y papá y mamá, como no tuvieron casi pacientes en el mes, no pudieron pagar. Y aparte no pueden alquilar uno solo, sino que tienen que alquilar si o si dos. Entonces, atienden en casa, en la piecita del fondo. Espero, con todo mi corazón, que vengan clientes gracias a los avisos que escribí y repartí por la ciudad, diciendo que son ese papelito tenían que venir y se les cobraría un 10 % menos. Entonces, espero que venga gente. Hasta ahora solo vino uno pero algo es algo "...la esperanza dice quieta hoy quizás si..." como dice esa canción. Bye, Diario! Un beso de Hermione."

 

Harry se detuvo un momento. Se levanto y se cayo en la cama, perplejo y asombrado por las cosas que leía ¿Hermione estaba enamorada de el? ¿Y como podia pensar ella que el estaba enamorado de Cho? Había sido para darle celos, pensó, pero nunca creyó que su fingido amor por Cho hubiera sido creído por alguien. Pero Hermione si estaba enamorada de el, y si se lo había creído…y le había dado un golpe muy fuerte en su vida...

 

"9-8 Querido Diario: No se cuando Ron me dejara de molestar. Esta mañana me mando un explosivo invento de Fred y George. Claro, yo lo toque con las manos al abrir la carta y por eso me hizo mal, pero seria maravilloso usarlos para Navidad o Año Nuevo. Por suerte, al rato me llego una lechuza de George, que se entero que Ron me había mandado un explosivo, y entonces me mando un tónico para sacar las manchas verdosas que producen al tener contacto con piel no protegida, junto a una carta en la que aseguraba matar a Ron y me pedía por favor que no estuviera enamorada de "Su hermano pequeño y estúpido, Ron". O sea que por fin alguien que me apoya, y no creo que me apoye porque Ron le robo un explosivo, verdaderamente, creo que George dice eso desde su corazón, porque tiene su parte sentimental además de su parte traviesa e irresponsable. En cuanto a Harry, tengo pensado secuestrar a Pidwigdeon la próxima vez que Ron me mande algo y hacer que le lleve una carta a mi amorcito^^. Besos de Hermione."

 

Harry se separo del cuaderno. Así que Ron la había estado molestando ¡Molestando! El sabia que a Ron le gustaba Hermione, pero... a ella no, eso también era seguro, y entonces... ¿Por qué Ron le trataba de robar a Hermione, a SU Hermione? Iba a pagar, pues, las consecuencias... El haría que Ron se arrepintiera de haberla molestado...

 

"10-8 Querido Diario: Hoy estoy mucho más contenta. Falta ya muy poco para volver a Hogwarts, y mis padres han tenido gran cantidad de clientes, mañana nos vamos a ir de vacaciones ¡una semana! A Italia, que parece un país moderno y sin embargo he averiguado que tiene un importante pasado en brujería, que me encantaría seguir descubriendo. Oh! Acabo de recibir la carta de Hogwarts... ¿Cómo me las arreglare para pagar toda esta cantidad de libros? No les puedo pedir más plata a mis padres, yo ya les había dicho que elegía las vacaciones, pero en realidad me había olvidado de los libros... Bueno, no importa, eso se arreglara de alguna manera. Hoy estuve buscando unos mapas de historia de Italia, como para ir conociendo, y luego unos periódicos (en italiano ¬¬U), que traducí para ver que decía, y entonces resultó que Italia no es tan pacífica como yo pensaba...Un beso muy, muy grande de Hermione"

 

Harry no entendía nada hasta ese momento. Sus relatos, hasta ahí, si que eran interesantes, pero no podían darle ni una pista acerca de que es lo que podía haberle pasado a Hermione, y por lo cual sus padres estaban tan preocupados. ¿Era ella capaz de haberse hecho algo, movida por esas angustias que la agobiaban? Sin embargo, en la última carta que había leído en el Diario, Hermione parecía encontrarse de muy buen humor, y contenta. Además ¿Hace cuánto que le había pasado esto a Hermione? Tenía que ser si o sí el 10 o el 11, antes de la hora programada para el viaje. ¿Sería ella capaz de esconder tanto así sus sentimientos como para ocultarle a su propio Diario si sospechaba de alguien o si ella misma tenía malas intenciones? Harry, después de la sorpresa inicial, no podia encontrar respuestas a estas preguntas. Conocía bien a Hermione, sí, claro, habían pasado 4 años juntos en Hogwarts, pero...

 

"11-8 Querido Diario: Me siento extraña. No se que me pasa. Ayer a la tarde fui a la casa de Harry. Le tengo que mostrar una cosa muy secreta. Ni siquiera a vos te puedo contar que lo que es. Como los tíos de Harry me dijeron que él no estaba, me fui y en el patio de la casa encontré a Hedwig, dejándole un papelito para que le dijera a Harry que yo viniera. Cuando volvía, sentí que me picaba un mosquito o algo así, pero lo raro fue que en ese momento escuche que alguien pronunciaba de lejos, un hechizo, algo como "Alfoita" o "Alfohita" Bueno, es hora de irme, me siento muy mal. Un...beso...de...Hermione"

 

El Diario terminaba ahí. Las hojas siguientes estaban en blanco, aún sin usar. Se veía que Hermione estaba tan mal, que no podía ni siquiera escribir.

Harry tenía que ir a Hogwarts. Debía, necesitaba ir a la biblioteca. Pero no había forma de ir que no fuera... Mandándole una lechuza a Dumbledore. El no lo había hecho cuando le había dolido la cicatriz, pero este era el momento de hacerlo. Necesitaba que Dumbledore lo llevara a Hogwarts, y estaba seguro de que Hedwig, su lechuza, lo encontraría. Sí. Eso iba a hacer. Pero no podía dejar a los padres de Hermione sin ninguna respuesta. Algo iba a pensar... Harry salió apurado de la habitación, sosteniendo firmemente el Diario en la mano.

-¡Oh, Harry, ya estas aquí!- dijo Katherine

- Sí, pero... lo lamento, debo irme, debo buscar a una persona que es la única que puede ayudarnos a resolver lo que le pasa a Hermione- respondió el.

- Oh, si, Harry, estoy desesperada... ve...

 

Harry salió corriendo de la casa. Con el diario fuertemente agarrado, llegó a Privet Drive. Sin hacer caso de las preguntas de su tío para saber adonde había ido, subió las escaleras y con un suspiro entro a su habitación.

- Hedwig! Prepárate, voy a escribir una carta y debes encontrar a Albus Dumbledore, no sé adonde está, y el viaje puede llegar a ser largo.

"Sr. Director Albus Dumbledore: Necesito que venga a mi casa en Privet Drive, mi amiga Hermione Granger tiene un problema terrible y sé que solo Ud. puede ayudarme a que se le pase. Sus padres están desesperados, y necesitamos todos su ayuda, urgente. Lo saluda atte., Harry Potter."

Sí, así estaba bien. No iba a dar mayores detalles en una carta, no podía ¿Qué pasaría si fuera interceptada por quienes le habían causado el daño a Hermione? No... era mejor así.

Harry le entregó la carta a Hedwig, quien con un picotazo cariñoso se despidió de él y salió volando, destacando su silueta blanca en el cielo.

Harry observó a Hedwig marcharse y luego se recostó en su cama, a pensar todo lo que le había tocado vivir ese día, y todas las cosas que se habían revelado.

"Así que Hermione está enamorada de mí...-pensó- y tanto se preocupó por lo de Cho Chang... es verdad, estoy de acuerdo con ella de que es horrible..."

Interrumpió sus pensamientos una lechuza que cruzó el umbral de su ventana y se posó a su lado. Traía una carta con un sobre de color rojo. Lo primero que pensó Harry fue que era una carta vociferadora, pero no era posible eso en el mundo muggle. Entonces se levantó, se acercó a ella y le sacó la carta mientras le indicaba la jaula de Hedwig para que se refrescara y comiera.

Harry creyó desmayarse en ese momento. La carta la mandaba Cho Chang. Se dejó caer abatido sobre la cama y, rasgando el sobre, quitó el papel que había adentro.

La carta era bastante larga y lo que no estaba escrito, estaba lleno con corazones rosas, rojos y azules, pintados cuidadosamente con lapicera.

"Querido Harry: Hace días que pienso en vos. En realidad, no dejé de pensar en ti en todo el verano. La muerte de Cedric me ha llevado a quererte más, a amarte más. Espero que esta carta no te tome por sorpresa, sabes, el año pasado parecías gustar de mí. Si... me gustas, Harry. No creas que no tengo vergüenza por decirlo, pero creo que ya ha llegado el momento de aclarar todo esto, de dejar de jugar a tener nuestros sentimientos escondidos dentro de nuestro corazón, sin mostrarlos a los demás, sin dejarlos ver. Quizás yo te parezca una loca escribiendo estas cosas, pero mira dentro de tu corazón, Harry, y comprenderás que vale la pena sacar nuestros sentimientos. Te contaré, entonces, todo. Me gustaste desde la primera vez que te vi, pero yo era un año mayor que tú, y pense que nunca te fijarías en mí. Andabas siempre con ese Ron Weasley y con esa Hermione Granger, y pensé... bueno, en realidad todo el colegio pensaba (y más piensan todavía después de las notas que salieron en Corazón de Bruja cuando estábamos en cuarto...) que Hermione Granger y tú eran novios. Eso me hizo llorar tanto... falté a clases. Y eso que nunca falto. Me quedé llorando como loca por esto, no podía parar, me faltaban energías, me faltaban ganas... esperaba que alguien me consolara... y llegó Cedric. Ahí fue cuando nos pusimos de novios, cuando me empezó a gustar. El año pasado fui con él al baile... pero yo no te había olvidado, Harry. Nunca, desde que te conocí, te olvidé. Por eso fue que me sentí tan triste cuando me pediste ir contigo. Una vez... una vez que tú me prestabas atención, yo no podía hacerlo. Así que me llené de celos y odio contra esa Parvati, que bailó contigo. Pero después me di cuenta de que hacía mucho que yo te gustaba... Cuando Cedric murió, ya te lo dije al principio de la carta. Te amé más. Muchísimo más. Mi corazón rebosó de amor hacia ti, y siempre rebosará, como lo está haciendo ahora mientras te escribo esta carta, que sino no te la hubiera podido escribir... Harry, quizás te rías de mí al ver lo que he escrito, pero es la más pura verdad. Harry, piensa lo de abrir tu corazón y dejar aflorar libremente tus sentimientos. Te amo, un beso de Cho Chang"

Harry se quedó atónito. ¿Cómo podía Cho pensar eso? Y ahora que había descubierto lo de Hermione, era aún peor. Se tenía que deshacer de inmediato de Cho, Hermione era su verdadero amor, y sin embargo... ¿qué le iba a responder a Cho Chang? ¿Qué le iba a decir? ¿Cómo la iba a enfrentar?. Si antes estaba abrumado por problemas, ahora ya estaba desarmado totalmente....

" Querida Cho: Déjame un tiempo para pensarlo, por favor, ahora estoy muy angustiado por unos problemas familiares terribles, sé que lo comprenderás. Cho, Prometo contestarte muy pronto, apenas este tormento se pase. Espero que me comprendas... en realidad, sé que lo harás. Un beso de Harry" escribió rápido y torpemente. Releyó la carta. Sí... así estaba bien. No pensaría que la estaba despreciando y tampoco que le estaba declarando su amor. Y además, así le dejaría tiempo para pensar.

Le dio la carta a la lechuza. Harry, que ya estaba bastante angustiado, bajó las escaleras, mientras tocaban el timbre. Cuando llegó al vestíbulo, reconoció la voz de Dumbledore hablando con tío Vernon.

- Vengo a hablar con Harry Potter- decía Dumbledore

-¡¡¡Aquí, perdóneme, Sr., pero no vive ningún Harry Potter que yo conozca!!!- le respondió tío Vernon.

- Qué raro que no lo conozca, si fueron Ud. y su esposa quienes descubrieron al niño que estaba frente a la puerta hace tiempo , y leyeron mi carta, y se comprometieron a cuidarlo, aunque se que no lo hacen. Y fui yo quien embruje a esta casa para que Harry estuviera protegido... ¿lo conoce?

- Yo... eh... em... este... ah... es... yo...

-¿¿Lo conoce??

- Si... em... yo... pase.- dijo, al final, abatido, tío Vernon.

Dumbledore pasó al vestíbulo acompañado por tío Vernon, que parecía absolutamente desesperado y atontado

- Hola... er... Profesor Dumbledore

-¡Hola Harry! Eh... - dijo Dumbledore mirando a tío Vernon- ¿No podríamos ir a un lugar más... tranquilo? Ya sabes ¿no...?

- Sí, eh... pase por aquí... – dijo Harry mientras lo conducía escaleras arriba hacia su habitación- no es muy ordenado... – añadió poniéndose rojo.

- No importa, lo comprendo perfectamente- respondió Dumbledore.

Cuando entraron en la habitación, Harry le contó a Dumbledore todo el problema, de pies a cabeza. Lo del Diario de Hermione, lo que él pensaba, lo que los padres de Hermione habían dicho, las impresiones que ella tenía...

- Bien, veo que es un problema bastante grave y sé que en la biblioteca de Hogwarts debería de haber algo que pudiera ayudarnos, pero ella debería venir con nosotros... ¿La has visto?- dijo Dumbledore

- Eh... este... em... yo... es... mmm... pre... preferiría no verla... sabe... lo de... este... el... diario... yo... ella... yo... dice...este... ella... yo... ya sabe... em...- tartamudeó Harry, cohibido.

- No te preocupes Harry, yo te ayudare... - dijo comprensivo Dumbledore

- Eh... este... ¡Gracias!

- Bien entonces ¡vamos para su casa! – dijo Dumbledore

- Yo... este... yo... me cambio... este... mi ropa... –volvió a tartamudear Harry

- ¡¡¡Ah!!!- dijo muy contento Dumbledore- eso me hace recordar a... – Hurgo entre los pliegues y bolsillos de su capa- Ah... aquí estan... un regalo de cumpleaños... en realidad 2... uno mío y otro del Profesor Snape y la Profesora Mc Gonagall...

-¿¿¿Snape y McGonagall???- dijo Harry, que estaba atándose los cordones, volviéndose a mirar a Dumbledore sorprendido.

- Profesor Snape y Profesora McGonagall, si ¿tiene algo de raro?

- Eh... este... ¿¿¿Pero no eran enemigos???- pregunto Harry

- Antes, se podria decir que si... pero ahora... Bueno, les contare a ti y a Hermione mientras vayamos a Hogwarts... – dijo Dumbledore entregándole los regalos a Harry, que los abrió y miro sorprendido la ropa que le habían mandado.

- ¡Oh! ¡Gracias! Ahora mismo me la voy a poner- dijo.

-Te espero aquí... –contesto Dumbledore

Harry se fue a vestir, y, una vez que estuvo listo, se dirigieron con Dumbledore a la casa de Hermione. Esta vez los atenido el padre de ella, que los miro muy sorprendidos.

-¡Hola, Harry! Buen día, Sr... –dijo Albert

Avanzaron hasta el living.

- Mi esposa se fue a descansar un rato... –dijo el Sr. Granger

- Bien, ¿Podemos pasar el profesor y yo a ver a Hermione?

- Si, pasen, con todo gusto... es esta pieza.

Harry y Dumbledore golpearon la puerta.

- Adelante, pasen- se oyó la voz de Hermione.

Ellos entraron y vieron que Hermione estaba acostada, su pelo más revuelto aún que siempre.

- Hola... - saludó Harry

- Buen día, Hermione- dijo Dumbledore.

- ¡Oh! Buen día, Profesor Dumbledore, Hola, Harry- dijo Hermione sorprendida.

- Bien, Hermione, debo decirte que esta mañana, Harry vino y tus padres le dieron... - Harry, colorado, se dio vuelta y se agacho. Hermione lo miró sorprendida y luego volvió a escuchar a Dumbledore-... una explicación acerca de lo que te pasaba... –Harry dio un suspiro de alivio mientras se levantaba- y me mandó una lechuza para que yo viniera, para que vayamos los tres a la biblioteca de Hogwarts, a averiguar sobre que es lo que te pasa.

-¡Oh! ¿En serio? ¡¡¡Gracias, Harry!!!

- No... por nada, Hermione- respondió él.

- Bien, entonces les iremos a decir a tus padres- dijo Dumbledore

- Muy bien, de mientras, yo me pongo otra ropa- respondió Hermione

Harry y Dumbledore salieron hacia el vestíbulo, donde se encontraba el Sr. Granger.

- Bien, yo soy el director de Hogwarts, el colegio donde asiste su hija, y hemos decidido entre los tres que debemos ir a la biblioteca de nuestro colegio para averiguar que puede ser el problema que en estos momentos esta aconteciendo a su hija, pero necesitamos su permiso.

- Por mí, el permiso es dado. Espero me excusen unos minutos mientras voy a hablar con mi esposa, por favor.- dijo Alberto.

- Por supuesto- repuso Harry.

En ese momento, Hermione apareció en el comedor. Estaba peinada y vestida, y se veía mucho mejor que mientras estaba acostaba.

Se quedaron los tres en silencio unos momentos, sentados en los sillones del vestíbulo, esperando al Sr. Granger.

- Bien, mi esposa esta de acuerdo.... ¡Hija! Ya te has levantado... parece que estas mucho mejor.

- Si, lo estoy- dijo Hermione

- Es hora de irnos, buenos días- anuncio Dumbledore

- Hasta luego- dijo Harry

- Hasta pronto- saludo Hermione

Los tres se dirigieron hasta la estación del tren

- He avisado que vamos a utilizar el expreso de Hogwarts- dijo Dumbledore mientras los 3 pasaban por la barrera y veían el expreso de Hogwarts

-¿Qué? ¿Qué le paso?- pregunto Hermione

- Pensamos que fue una "obra de arte" de algún seguidor de Voldemort- dijo Dumbledore mientras señalaba el frente, en el que estaba pintado una marca tenebrosa en color negro. –Vamos, subamos.-.

Los tres subieron al tren y buscaron un compartimento.

- Eh... ¿Profesor? –Dijo Harry una vez que el expreso se puso en funcionamiento.

- Si... ¿Qué necesitas, Harry?

- Bueno... dijo que nos iba a contar...

-¡Ah, si!- dijo Dumbledore- A Harry, Hermione, le di dos regalos de cumpleaños, uno mío y otro del Profesor Snape y la Profesora McGonagall...

-¿Snape y McGonagall?- dijo Hermione a punto de desmayarse.

- Harry reacciono igual- se río Dumbledore- Bueno, les cuento, ya que son tan curiosos... El Profesor Snape y la profesora Mc Gonagall se amigaron... este... durante las vacaciones escolares... y... bueno... es... como... que... oh.... este... se pusieron de... de novios... o así parece.

De mientras Harry y Hermione se revolcaban de la risa, por más que habían luchado hasta lo imposible para contenerse.

-Eh... este... eh... ¡si, es divertido!- dijo Dumbledore echándose a reír, contra su voluntad de director del colegio.

Al cabo de un rato, se divirtieron comiendo grageas Bertie Bott y un montón más de golosinas.

- Si se quedan unos días en Hogwarts, podemos visitar Hogsmeade, si quieren-propuso Dumbledore luego de recuperarse de comer una gragea con gusto a pimienta y otra con gusto a cebolla.

-¡Genial!- exclamaron al mismo tiempo Harry y Hermione.

Luego se eligieron un compartimento para cada uno y se pusieron a dormir. Mientras Dumbledore dormía tranquilamente, Harry y Hermione se despertaron y se dirigieron a explorar el expreso de Hogwarts.

Primero recorrieron todos los compartimentos. Estaban todo muy limpios y cuidados. Luego, se dirigieron hacia la máquina del tren, y se sorprendieron de que iba sola, sin necesitar ni siquiera conductor. Se manejaba por magia.

Al cabo de un rato, después de visitar el compartimento de los prefectos, y todos los demás de vuelta, Harry y Hermione se cansaron y se sentaron a mirar el paisaje.

Los paisajes pasaban, y ellos estaban en silencio. A Harry le empezó a doler su cicatriz, y, antes de que tuviera tiempo de decir una palabra, se desmayó.

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