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viernes, 18 de abril de 2003 

Director: Rodrigo Guevara

Tiempo en el Mundo

Una mujer clave en el entorno presidencial

Condoleezza Rice: 

la halcona negra del imperio

SEGUNDA GUERRA DEL GOLFO
Edición especial

(IAR) - Sus amigos y enemigos la consideran una guerrera nata y una estratega genial. Cultiva el bajo perfíl, y tiene acceso directo a Bush durante las 24 horas. Intenta ser su compañera de fórmula en las próximas elecciones. Se dice que una maniobra suya apresuró el ataque final sobre Bagdad. Los halcones la comparan con Kissinger y la aman como a una diosa.

La "interna" presidencial

 

Rummy, o sea Donald Rumsfeld, el halcón mayor, odia a los negros. Primero porque son negros. Segundo porque son negros. Donde hay un negro puede haber un comunista. Los comunistas (que se extinguieron con la guerra fría) siempre terminan abrazados con los negros y los terroristas. 

 

El secretario de Estado Colin Powell es negro. Condoleeza Rice, asesora  de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, es negra.  Pero hay una diferencia: Powell es un negro paloma. Y Condoleezza, es una halcona negra que se come a las palomas de cualquier color. Por lo tanto, los halcones blancos del Pentágono, cuyo jefe es Rumsfeld,  aman a Condoleezza.

 

Colin Powell y Condoleezza Rice, ambos negros, no son precisamente dos vidas paralelas en el entorno íntimo de la Casa Blanca manejada por W. Bush.

 

Papá Bush, el verdadero jefe del clan petrolero en el poder, nunca confundió la misión de cada uno: Powell está para el papelerío burocrático de la ONU, Condoleezza  está para trazar doctrinas y líneas estratégicas que siempre terminan con las invasiones a los países "bárbaros" productores de petróleo.

 

Cuando Powell llega a las reuniones con su carpeta bajo el brazo, los halcones cuchichean socarronamente por lo bajo: "ahí trae las pruebas de que Saddam está cumpliendo con el desarme". 

En el entorno de Bush, son pocos y se conocen todos. Está perfectamente delimitado el territorio de operaciones y los lobbys que cada uno hace en defensa de los intereses económicos que representa

 

Y hay dos líneas matrices: Rumsfeld y los suyos representan el lobby de las petroleras y la industria armamentista, en tanto que Powell y sus palomas juegan principalmente para el capitalismo financiero concentrado en Wall Street. 

 

No se trata de establecer una falsa línea de competencia  entre esos dos capitalismos: ambos son el imperio. Las contradicciones parten de su fuente de ganancia capitalista. Las corporaciones del Complejo extraen su ganancia de las guerras, y Wall Street  factura dividendos financiando las guerras.

 

Los polos contradictorios se establecen a partir del contexto funcional en que se desarrollan ambos capitalismos: el capitalismo del Complejo Militar extrae principalmente sus utilidades del presupuesto del Estado nacional norteamericano.

Fundamentalmente canalizados a través de  tecnología, servicios y proyectos de investigación. 

 

Los monstruos financieros de Wall Street, los megaconsorcios como el Morgan o el Citigroup, financian tanto los proyectos locales como los emprendimientos de consorcios europeos, asiáticos, o de cualquier punto del planeta. 

En realidad, la diversificación y las infinitas redes comunicantes y "sin fronteras" de las empresas transnacionales  hace que sea imposible discernir un punto fijo para sus negocios.

 

El puente que une a los dos capitalismos es la bolsa de Nueva York. En ese enclave central del capitalismo internacional, se concentra el poder económico del imperio americano


Mucho de los proyectos y ventas de tecnología a Irak, violando el bloqueo económico, se realizaron sobre la base de emprendimientos europeos o asiáticos financiados por el Morgan o el Citigroup. El Consenso de Washington, un cónclave integrado por los jefes de trasnacionales, el Pentágono, el Tesoro y la Casa Blanca, diseña estrategias comunes para ambos capitalismos.

 

En el terreno operativo, cuando se habla de la ONU, se habla del ámbito donde el capitalismo europeo canaliza diplomáticamente sus áreas de competencia política con el capitalismo norteamericano.

 

Por eso en el universo de la ONU, cuando se habla de Rumsfeld, se habla en cuchicheos y sin levantar la voz. Los halcones, representantes del capitalismo expansivo y agresivo del Complejo Militar Industrial, no cuajan demasiado con las estrategias "globalizadas" de las transnacionales que negocian con Dios y con el Diablo.

 

Para decirlo  de otra manera, el capitalismo de los halcones representa en mayor grado los "intereses nacionales" del Estado imperial norteamericano, de donde extrae su principal fuente de negocios. Las potencias nucleadas en el consejo directivo de la ONU, están para traccionar ganancias hacia sus propios estados capitalistas. 

 

En esa selva de frases amables, prefieren a Powell, un general negro de cinco estrellas devenido en diplomático de carrera. En cambio Rumsfeld y su clan de halcones agresivos -dicen por los pasillos diplomáticos- sólo están para tirar misiles y arruinar negocios.  

 

Un sólo color, y dos objetivos


La decisión  final de la invasión a Irak del presidente George W. Bush  tuvo que optar entre dos posturas excluyentes: la línea de los halcones encabezada por Rumsfeld, y representada como nadie  por la consejera de Seguridad Nacional Condoleezza Rice, y la propuesta de las palomas del Secretario de Estado Colin Powell, las dos con enfoques diferentes respecto a la invasión de  Irak.

 

Los dos, son  personas de color negro , con ambiciones electorales que miran hacia la Casa Blanca. 
Rice intenta postularse como candidata a vicepresidente de Bush en el 2004, y a la presidencia en el 2008, en tanto que Powell insiste en seguir su carrera hacia la presidencia de EE.UU., después que las luces de Bush se apaguen en el firmamento de Washington.

 

Los halcones racistas lo viven a Powell como una "oveja negra" de la familia  que tienen que soportar en nombre de la "democracia participativa" del grupo de guerreros encabezado por papá Bush. 

 

Nadie sabe porque el progenitor de W. protege a ese militar fracasado devenido en diplomático. Para los duros del Pentágono Powell, por ese entonces jefe del Estado Mayor, fue el responsable del fracaso de la primera Guerra del Golfo en 1991. 

 

Formado en el ejército, con una maestría de la Universidad George Washington, Powell se benefició con una beca en la Casa Blanca y ahí se relacionó con el equipo de los "duros" de Reagan: Caspar Weinberger y Frank Carlucci. 

 

Allí se cobijó bajo el ala del hombre que por dos décadas diseñó las estrategias expansivas del capitalismo militar norteamericano: George Bush, el padre de W., que sacó a su hijo del vicio del alcohol y lo lanzó al vicio de la guerra

 

Para Condoleezza y los halcones, Powell es una paloma que viste uniforme militar, a quien no  le perdonan su pasado de demócrata converso.

 

En 1989, el hoy vicepresidente Dick Cheney postuló a Colin para presidir la junta de jefes de estado mayor, la jefatura operativa máxima del poder militar de Estados Unidos. Los  halcones nunca terminaron de lamentar esta decisión. Powell era entonces demócrata, pero le fue leal a Reagan por conveniencia.


Vidas paralelas, pero marcadas por profundos intereses contradictorios. Powell es considerado como "el negro bueno de los blancos" por el establishment norteamericano, en tanto que Condolezza (o "Condi" como la llaman cariñosamente Rumsfeld y su equipo) es temida por su inteligencia y su falta de escrúpulos a la hora de tomar decisiones.

 

Para los halcones, en cambio, Condi es una diosa blanca metida en la piel de una negra. Sobre ella Rumsfeld suele decir: "Condi... Condi..., esa sí que es una chica de acción".

 

La halcona negra

 

La asesora de Seguridad Nacional, selecta, de Estados Unidos posee una sólida formación universitaria, y es dueña de un extenso currículum donde se destaca por su especialización en asuntos rusos y de control de armas. 

 

Apoya  el proyecto de un escudo defensivo contra misiles balísticos  impulsado por Rumsfeld y sostiene que Estados Unidos debería examinar a fondo su marco doctrinario estratégico cuyos principios se remontan a la Guerra Fría. 

 

Condoleezza Rice, de 49 años, fue la arquitecta principal de la nueva Doctrina de Seguridad Nacional presentada por Bush al Congreso estadounidense el año pasado. 

 

En ese nuevo marco doctrinario se establece que Estados Unidos abandona la estrategia de la disuasión militar (sostenida durante toda la Guerra fría)  y pasa a la acción preventiva contra los enemigos de la gran nación norteamericana. 

 

La "chica negra" de los halcones supo plasmar como nadie las ideas del grupo sobre cómo terminar con los bárbaros enclavados en el "eje del mal". Saddam fue el primero en probar la medicina.


Condi  posee un bachillerato universitario y doctorado en ciencias políticas en la Universidad de Denver; licenciatura en la Universidad Notre Dame, y en su legajo figura como catedrática y administradora en la Universidad de Stanford, y becaria del Instituto Hoover.

 

Ha escrito o colaborado en varios libros, incluyendo " Alemania Unificada y Europa Transformada" (1995), " La Era de Gorbachov" (1986), y "Lealtad Incierta: La Unión Soviética y el Ejército Checoslovaco" (1984). A su llegada a Washington en 1986, trabajó en planificación estratégica nuclear en el Estado Mayor Conjunto como parte de una beca del Consejo de Relaciones Extranjeras.

 
Antes de su paso por la administración  de W. Bush fue miembro del personal del Consejo de Seguridad Nacional, 1989-1991, directora y luego directora principal de Asuntos Soviéticos y de Europa Oriental; posteriormente fue nombrada ayudante especial del asesor de Asuntos de Seguridad Nacional. 

 

Para sus admiradores del Pentágono, deslumbrados por la capacidad intelectual de la halcona negra, Condi es algo así como una especie de "Kissinger con polleras". 

 

Condolezza, quien integró junto a Cheney y Powell el equipo de campaña de W.Bush, fue reclutada para las filas republicanas en 1984, durante una cena en Washington con Brent Scowcroft, quien luego sería consejero de Seguridad Nacional durante el gobierno de Bush padre. 

 

Tras un fugaz romance con la luminaria negra, Scowcroft la introdujo en el ambiente social de la política de Washington. En 1989, Rice se incorporó al CSN como encargada de los asuntos soviéticos.

 

Rice mantiene un férrea amistad (muchos dicen que hubo algo más) con George Shultz, quien fuera poderoso secretario del Tesoro y luego secretario de Estado en la era de Reagan. 

Precisamente fue Shultz quien se comunicó con papá  Bush quien la ubicó como jefa del equipo exterior del entonces candidato presidencial, su hijo pródigo W.


Condi se caracteriza por un carácter firme, una preparación intelectual sólida, y por el bajo perfíl que cultiva en su relación privilegiada con el despacho presidencial.

 

Es dueña de un estilo claro y sencillo para exponer sus ideas, y siempre comienza sus conferencias con la misma frase:"¿Cuáles son los intereses de Estados Unidos?"


Condi se reúne con el presidente todos los días, y comparte largas jornadas de trabajos a solas con él. 
Por el lado de los que sirven el café en la Casa Blanca, se comenta que esas sesiones suelen prolongarse más de la cuenta.

 

No faltan los suspicaces que se preguntan: ¿de qué puede hablar tan extensamente la genial Condolezza con W.? 

Algunos se responden diciendo que ambos dan rienda suelta a su pasión compartida por el fútbol americano, elaborando largos comentarios sobre los resultados. 


Para Condoleezza Rice, según sus biógrafos, el mundo es un campo de batalla marcado estrictamente por la teoría de la selectividad de las especies. 

 

Es una guerrera nata, dotada de capacidades estratégicas que asombran a sus interlocutores . Siempre dice que ella no fue marcada por el racismo que padeció durante su niñez. Sin embargo, los que la subestimaron o intentaron minimizarla ante el poder, conocen de su persistencia casi obsesiva por el revanchismo. 

 

Cuanto la agreden, como buena halcona, muestra las garras y ataca con lo que tiene: el poder.  


Condi se desempeñó en el CSN durante los años de la crisis terminal de la Unión Soviética. 

Su fervor anticomunista, no le impidió tomar como suyo un precepto táctico de Stalin: “se va a la derecha aislando a la izquierda, luego a la inversa, para después regresar a la derecha sin tener enemigos al frente”.


En Washington, los rumores de pasillo indicaban  que durante el desarrollo de las operaciones terrestres para la toma de Bagdad, Condolezza Rice seguía atentamente la cobertura informativa de la CNN en español.

 

Los halcones habían evaluado las asimetrías existentes entre la información de la CNN en inglés y su filial en español. 

Los comentarios de algunos presentadores y corresponsales denotaban una actitud crítica respecto de las tropas invasoras, y dedicaban abundante cobertura de imágenes de las marchas pacifistas. Una actitud informativa que difería notablemente de la versión en inglés. 

 

Entre los días 28 y 29 de marzo, la CNN en español dedicó largas horas a informar sobre los rumores que anunciaban una detención de la campaña de invasión militar. 

 

Se hablaba del "fracaso" de la estrategia de Rumsfeld, y del "malestar" existente entre los altos mandos militares del Pentágono.

 

De acuerdo a las versiones que corrían en Washington, los halcones investigaron las fuentes de esos rumores, y llegaron a la conclusión que las mismas partían de sectores ligados al actual jefe del Estado Mayor General, Richard Myers, quien mantiene viejos roces con Rumsfeld y los arquitectos de la estrategia militar de invasión. 

Myers, y otros oficiales de su entorno, fueron relegados por el secretario de Defensa en la confección de esos planes.

 

Furiosa,con los informes de inteligencia en la mano, Condolezza le habría puesto al tanto a Bush de la supuesta maniobra. 

 

Veinticuatro horas después, en una reunión cerrada entre Bush, Condolezza y Rumsfeld, se habría formalizado la decisión de incrementar el potencial ofensivo de las tropas de la Tercera División de Infantería que avanzaban hacia la toma de Bagdad. 

 

Tres días después esas fuerzas tomaron la capital iraquí. 


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