Por medio de la presente intimo a Uds. se abstengan de usar mi nombre como símbolo de vuestra agrupación. Resulta gravemente lesivo para mi prestigio y honor que una banda de vendepatrias como Uds. tengan el atrevimiento de enarbolar un apellido que es recordado como parte de una generación que enfrentó sin medias tintas a lo peor del cipayismo vernáculo. Uds., al integrar el gobierno de la Alianza, han optado por favorecer los intereses más oscuros del imperialismo globalizado. Si estuviera vivo, incluiría sin duda al Frepaso entre las tantas zonceras argentinas de las que me ocupara oportunamente. Uds. son un fraude incurable, una falsificación irremediable de las auténticas banderas populares. Mientras el país termina de hundirse en el cataclismo neoliberal del que Uds. forman parte, Uds. mismos se ocupan de rosquear un carguito en el Deliberante de la principal ciudad de la Patagonia. Mi nombre no puede ser manchado en semejantes pequeñeces. El gobierno del que Uds. son parte acaba de estatizar, otra vez, la deuda de los chupasangres privados. ¿Se acuerdan acaso Uds. de mi ensayo sobre Avellaneda y la Deuda Externa? Sres. De la Agrupación Arturo Jauretche: desde la oscuridad y el frío de mi tumba les ordeno que dejen de ensuciar mi nombre, déjense de joder, y váyanse con sus pelotudeces a la puta madre que los parió.

Quedan Uds. debidamente notificados.

Arturo Jauretche