Los radicales, el poder y los golpes de Estado

No se pierdan, neuquinos, el último fascículo del “Breviario del Pensamiento Político Lobotomizado” de Pechi Quiroga. Lean ya mismo la entrevista que le hacen en La Mañana del Sur y después nos cuentan qué les pareció. No nos sorprenderá que nos confiesen que al alcanzar semejantes alturas teóricas la vidas de todos ustedes ha cambiado definitivamente. Es cierto: el pensamiento del Pechi es un vuelo directo al Nirvana del pensamiento político. El muchacho de San Martín de los Andes no se achica y arremete contra los zurditos, los periodistas, los intelectuales y todos los que piensan (distinto). El brote de gorilismo y fascismo que exhibe Pechi tiene su único correlato en las peligrosas pavadas que Sobisch pronuncia ante los micrófonos serviles de Laura Plaza. No queremos demorarlos con nuestros comentarios. Sólo nos atrevemos a llamarles la atención sobre un párrafo que prueba que Pechi oculta mal su inclinación por los golpes de Estado militares. Lean por favor:

Horacio Quiroga: El día que renunció de la Rúa me acordé de Don Arturo Illia que se fue caminando de Casa Rosada y no hubo un partido que lo haya defendido. Raúl Alfonsín, con toda una maniobra de los sectores económicos para que abandone el gobierno y ahora Fernando de la Rúa de quien yo hubiera preferido que lo sacara del gobierno la Infantería y no un “cacerolazo”.

Sí, leyeron bien. Pechi prefiere un golpe militar a una protesta popular. Es la prueba que faltaba para demostrar que el intendente de Neuquén y su empleaducho Massei prefieren las botas a las cacerolas. Conviene estar vigilantes. Este muchacho viene cargado de mucho odio, y está dispuesto a cualquier cosa con tal de abrazarse al poder.

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